Aunque a fines de noviembre el INDEC emitió los que entonces llamó “resultados definitivos” del Censo 2022, este lunes el Instituto Nacional de Estadística y Censos agregó un segmento faltante en el compendio publicado dos meses atrás: la sección relativa a las migraciones internas e inmigración, que como era esperable muestra un viraje en la procedencia de la población llegada al país en los últimos años.
Simbólicamente y en comparación al censo de 2010, la reducción de inmigrantes, hoy solo el 4,2% de la población total informada en el (podría decirse) “falso censo definitivo” (46.234.830 es el total, de los cuales casi 2 millones son inmigrantes), parece un reflejo de la crisis in crescendo, en esta Argentina refractaria.
La provincia y la ciudad de Buenos Aires tienen la mayor proporción de inmigrantes, en comparación a las otras provincias. De hecho, la mitad de los extranjeros que registró el censo está en territorio bonaerense, mientras que CABA tiene casi al 22%. Le sigue Mendoza con una cifra comparativamente irrisoria, de menos del 3,4%.