El triple femicida que cumple una pena de prisión perpetua en una cárcel de San Luis en la que asesinó el lunes pasado a otro preso oriundo de Mendoza tras una pelea, quedó imputado hoy por el delito de “homicidio simple”, tras una audiencia en la que la fiscalía demostró que el ataque quedó filmado por cámaras de seguridad de videovigilancia de la institución penitenciaria.
Fuentes judiciales dijeron que se trata de Juan José Murúa, quien se encuentran encerrado en el Complejo Penitenciario de Pampas de las Salinas, en la Provincia de San Luis, y ahora quedó imputado por el homicidio del interno mendocino Jonathan Aguirre (28).
Custodiado por un fuerte operativo de seguridad, Murúa escuchó la acusación de la Fiscalía de Instrucción 4, a cargo de María del Valle Durán, durante la audiencia de imputación de cargo que se realizó en la tarde de ayer y en la que el juez de Garantías 3, Marcos Flores Leyes, resolvió imputarlo por el delito de “homicidio simple”.
La acusación se basó en el testimonio de reclusos que comparten el pabellón con Murúa, imágenes registradas por el sistema de videovigilancia y en el informe forense de la médica Daniela Olmos.
De acuerdo a la investigación, la hipótesis más firme que manejan los pesquisas es que el crimen de Aguirre fue por “celos y una deuda” entre los internos.
Durante la misma audiencia, la fiscalía pidió que el acusado, con condenas por dos femicidios, sea aislado o bien, trasladado a Córdoba, donde tramita la causa por el femicidio de Marisol Reartes y su hija de 2 años, en 2014.
Por ese doble femicidio, el hombre fue condenado a perpetua, pero la sentencia fue apelada por su defensa y actualmente se encuentra en Casación. Según la teoría de la fiscal adjunta Antonella Romagnoli, el lunes a la noche Aguirre había querido hablar con su agresor por “plata y porque le escribía a su novia”.
Murúa está preso desde 2018, condenado por los femicidios de Brenda Arias, en 2009 y por el femicidio de Reartes y su hija, en la localidad cordobesa de Los Pozos, en el Valle de Traslasierra, cumpliendo una condena a prisión perpetua -que unifico las penas- y ahora se agrava con el homicidio cometido contra Aguirre.
En su acusación, la fiscal adjunta resaltó que Murúa además de sus antecedentes cuenta con “pésima conducta” en el penal y que el testimonio de un interno habría revelado que la deuda que mantenía con Aguirre se debería a que “Murúa vende drogas” dentro de la cárcel.
El defensor oficial, Guillermo Salazar, no negó los hechos, no dio una versión distinta a la de la fiscalía y tampoco objetó la calificación legal, y planteo que su defendido “tiene una condena de la Justicia cordobesa y ese fallo aún está bajo revisión y, se opuso a su traslado a Córdoba porque “una jurisdicción extraña atentaría en contra del principio de inmediatez de la defensa”.
Según determinaron los investigadores, Murúa irrumpió la noche del lunes último en la celda de Aguirre y lo atacó a puñaladas.
