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Las enseñanzas de Santa Fe y las perspectivas de salto al vacío

El resultado santafesino dejó más que un sabor amargo en el oficialismo: encendió el temor a que el enojo sea mayor que el previsto y en las PASO pueda llegar a perforar su piso electoral. La improbable posibilidad de bajar la tensión en la interna de JxC, y la negociación contrarreloj con el Fondo. Por José Angel Di Mauro.

Imprevistamente el lunes se anunció que la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner volvería a presentarse en un acto público, acompañando al precandidato presidencial Sergio Massa, para encabezar un acto de Aerolíneas Argentinas para presentar un simulador de vuelo para los aviones Boeing 737 MAX. Y en ese marco se celebrarían los 15 años de la reestatización de la línea de bandera.

Obviamente fue un acto de campaña que muchos interpretaron como un intento de retomar rápidamente la agenda tras el golpazo electoral del día anterior en Santa Fe. En esa provincia se realizaron ese domingo las elecciones primarias, y si bien se esperaba que las listas de Unidos para Cambiar Santa Fe (léase Juntos por el Cambio más socialistas) serían las más votadas, nadie imaginó semejante paliza al peronismo.

Que la decisión de armar rápidamente un acto con Cristina como protagonista fue un efecto reflejo del resultado santafesino lo prueba el hecho de que ese 17 de julio no se cumplía ningún aniversario de la reestatización de Aerolíneas. La decisión del gobierno de Cristina Kirchner de hacerse cargo de Aerolíneas fue anunciada por la entonces presidenta en un acto transmitido por la cadena nacional el 21 de julio de 2008. La expropiación de la empresa se concretó recién el 17 de diciembre de ese año, cuando el Senado aprobó la ley pertinente por 42 votos a favor y 21 en contra. La Cámara baja había votado la media sanción el 22 de agosto de 2008.

Nada sucedió en la fecha en que el gobierno actual decidió celebrar los 15 años de la renacionalización. Salvo el hecho de que, además de permitirle al oficialismo tratar de dar una rápida vuelta de página a la catástrofe santafesina, se aprovechaba la ausencia del presidente Alberto Fernández –en Bruselas- y el hecho de que dos días después se iniciaba la veda para actos oficiales que puedan remitir a la captación del voto.

En ese acto la vicepresidenta exhibió un trabajo que hizo especial referencia al Estudio de Cuentas Internacionales de la Argentina, haciendo hincapié en un dato que consideró “muy interesante”: el que cuantifica en 428.635 millones de dólares los activos formados en el exterior por personas físicas y jurídicas argentinas. “Hola, ¿qué tal?”, cerró Cristina, como quien acaba de sacar a la luz un gran hallazgo.

Esa cifra, estimó, corresponde a unas 100 mil personas que tienen fuera del país ese dinero. “Casi un PBI, ¿les suena eso? La ruta del dinero K, decían… Bueno, no era el dinero K, lo tienen los argentinos en el exterior”, resaltó.

No necesariamente se trata de plata en el exterior. Los dólares que miles de argentinos tienen debajo del colchón también forman parte de ese dinero no declarado, en una Argentina tan carente de dólares. Sostuvo Cristina que “si todo eso estuviera declarado, los ingresos fiscales serían monumentales, no habría déficit, seguramente. Por eso es necesario que lo entiendan los argentinos y, fundamentalmente, los argentinos de a pie, los trabajadores, porque cuando aparecieron los Panamá Papers, los trabajadores no estaban ahí, ni tampoco los K, estaban los M”, afirmó en tono de campaña.

En rigor, esos 5,6 millones de dólares hallados en 2017 en una caja de seguridad de Florencia Kirchner, bien podrían ser considerados “plata fugada”. Y no necesariamente deben asignársele intenciones aviesas. La Argentina tiene una historia que justifica el temor a depositar los dólares en los bancos. Así y todo, después de lo sucedido en 2001, hoy los bancos albergan 15.440 millones de dólares de ahorristas. En estos días no se registra un retiro de depósitos importante, a pesar de los temores fundados que podría haber.

Si se tiene en cuenta que las reservas netas están en 6.000 millones de dólares negativos, está claro que se ha echado mano a los encajes bancarios. Y explica en gran medida el porqué de ese PBI no declarado del que habla la vicepresidenta.

Amén de esas referencias de la vicepresidenta, llamó la atención la primera imagen difundida por el equipo de CFK poco antes del inicio del acto del lunes pasado en Ezeiza, donde se veía a Massa y Cristina en un simulador de vuelo. Con el precandidato sentado donde se supone va el piloto, y Cristina a su derecha, como copilota. Que es lo que en el imaginario colectivo ha sido siempre en estos cuatro años. Si las imágenes hablan, nada bueno puede sugerir ver a la vice en esa condición, de cara a una nueva elección presidencial.

Pero volvamos a la provincia de Santa Fe, donde Horacio Rodríguez Larreta festejó la victoria de Maxi Pullaro, en la única elección en la que los principales precandidatos presidenciales apoyaron a candidatos distintos. Se sabe que Patricia Bullrich llegó a la elección con la certeza de que el dirigente de Evolución lideraba las encuestas, y así y todo viajó y estuvo en el bunker de Carolina Losada. Las señales dadas inmediatamente después del resultado de la que fue la campaña más descarnada dentro de Juntos por el Cambio aportaron cierto alivio para el espacio, donde los más racionales se esmeran en diseñar estrategias para el mismo 13 de agosto por la noche, cuando deberá iniciarse un operativo seducción para retener la mayor parte del voto del o la que resulte perdidoso/a. El domingo, la senadora radical aceptó rápido la derrota y llamó al vencedor para felicitarlo, a pesar de las cosas gravísimas que había dicho de él en la campaña.

Las líneas inferiores inmediatamente se pusieron a trabajar juntas para las elecciones provinciales de septiembre, pero Carolina Losada no se mostrará con Pullaro, según pudo saber este medio.

Una imagen de unidad podría darse si Rodrigo de Loredo recupera para el radicalismo la capital cordobesa, como todas las encuestas anticipan. Apoyado por ambos precandidatos presidenciales y hasta por Mauricio Macri, se espera que tanto Larreta como Bullrich suban al palco este domingo para celebrar la victoria.

Una imagen que podría darse también el domingo siguiente en Chubut, donde el favorito es el senador del Pro Ignacio “Nacho” Torres. Juntos por el Cambio puede llegar al 13 de agosto precedido por una importante seguidilla de resultados favorables, habiendo festejado todos los domingos desde el 2 de julio en San Juan: menos el 9 de julio, luego celebró en Santa Fe y puede volver a hacerlo en la capital cordobesa y Chubut.

¿La resonante y holgada victoria de Pullaro en Santa Fe representa el triunfo de los moderados? Fue un resultado provincial; si algo vienen mostrando las elecciones escalonadas que se están desarrollando este año (ya hubo 18), es que los ciudadanos votan en función de sus propias necesidades e inquietudes. Aun en detrimento de aquellas figuras de proyección nacional, como eran Losada, o Luis Juez en Córdoba el 25 de junio. Los ciudadanos han privilegiado a quienes reconocen como más cercanos e idóneos para resolver los problemas locales.

¿La belicosidad de Losada derrotada por alguien que esquivó meterse en ese terreno como Pullaro debe ser tomada como una invitación a la moderación? No es lo que espera el politólogo Andrés Malamud, para quien por el contrario, lo que viene será más enconado, por cuanto les ha quedado claro que el resultado santafesino puede resultar un anticipo de lo que sucede con los oficialismos cuestionados. Ergo, hay una gran probabilidad de que entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta se resuelva este 13 de agosto el futuro presidente de los argentinos.

Aun a sabiendas de esas adversidades, Sergio Massa sigue su campaña convencido de sus posibilidades, aunque un poco preocupado porque su rival en la interna desproporcionada de UP pueda llegar a alcanzar un porcentaje mayor que lo que a priori calculaban. Este viernes estuvo en el parque industrial y tecnológico de Florencio Varela, cuando había pensado que en esas horas andaría por Estados Unidos rubricando un acuerdo con el Fondo que está costando más de lo previsto. A esta altura es una carrera contrarreloj, pues en los próximos días el board del FMI entrará en receso y un eventual acuerdo quedaría para después de las PASO. Para el oficialismo (y la Argentina en sí) sería un salto al vacío.

A nuestros gobernantes les cuesta resolver ese tema complejo, pero tampoco tienen mejor suerte con cuestiones menores, a pesar del reclamo persistente de la sociedad. Se viralizó estos días el video de una joven estudiante que expone mejor que nadie el drama de los alquileres, a esta altura un viejo reclamo que la clase política se resiste a debatir.

Impulsada por la oposición en su conjunto, el miércoles 23 de agosto, diez días después de las primarias, los diputados tienen previsto reunirse para encontrar una solución al tema. El tema se discutió en Diputados largos meses y se alcanzaron dos dictámenes: no hay acuerdo ni votos para definir nada. Lo más probable es que terminen votando en Diputados una derogación que nunca tratará el Senado. Pasa que el problema es la inflación; con semejantes porcentajes, no hay legislación que pueda adecuarse. Como prueba el video en cuestión, el mercado ha resuelto por sí solo pasar por alto la ley vigente.

De eso habló la joven rionegrina que detalló que los alquileres ya no están regidos por nada; que las propiedades se comercializan en dólares, el tiempo que el propietario desee. En lo personal, ella dijo que ya tiene pensado dejar sus estudios y regresar a su pueblo.

Entrevistada luego por medios nacionales, confirmó que ante la falta de perspectivas, sus amigos ven como única solución irse del país. Una radiografía de la realidad actual. Otra consecuencia inexorable de un país sin rumbo ni porvenir.

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