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Ser activista LGBT en un país en donde ser gay se castiga con pena de muerte

TN entrevistó al activista ugandés Eric Ndawula tras la promulgación de una de las normas más represivas del mundo contra la comunidad LGTB. Marcelo Izquierdo Por Marcelo Izquierdo

Eric Ndawula vivió con miedo constante durante muchos años. Temía que su familia se enterara de su homosexualidad. Hoy con 27 años, este activista LGTB de Uganda lucha por los derechos de la comunidad gay en un país que acaba de aprobar una ley que contempla la pena de muerte para quienes mantengan relaciones sexuales reincidentes con personas del mismo sexo.

Ese miedo visceral se convirtió en pesadilla en 2019 cuado fue arrestado, junto a otras 16 personas, por su preferencia sexual. Con poco más de 20 años su homosexualidad fue expuesta ante su familia. Fue entonces que decidió convertirse en activista.

Ser gay en Uganda es una batalla agotadora por la supervivencia, que consume cada momento de mi vida”, dijo Ndawula en una entrevista con TN.

Ahora, este joven activista ugandés residente en Kampala, la capital del país del centro-este de Africa, dirige una ONG que busca empoderar a jóvenes homosexuales, bisexuales y queer. Pero su sola condición sexual lo pone en riesgo de ir a la cárcel de por vida y, en el peor de los casos, ser condenado a muerte.

“Los gays experimentamos el ostracismo social y el rechazo de nuestras propias familias y comunidades”, afirmó.

Ndawula no fue fácil de entrevistar. TN se contactó con él a mediados de marzo. Finalmente accedió a responder unas preguntas pocos días después que el presidente ugandés Yoweri Museveni promulgó el 29 de mayo una ley aprobada por el Parlamento que castiga duramente las relaciones homosexuales, aunque paradójicamente no considera a la homosexualidad un delito.

“Ser un activista LGBT en Uganda está plagado de inmensos riesgos y desafíos”, afirmó Ndawula.

Eric Ndawula (Foto: Twitter)
Eric Ndawula (Foto: Twitter)

¿Cómo es ser gay en Uganda?

Al crecer en Uganda, enfrenté constantes burlas y etiquetas despectivas debido a mis rasgos afeminados, lo que llevó a otros a llamarme “niña”. A una edad tan temprana tenía una comprensión muy limitada de mi propia sexualidad. No fue hasta que asistí a un servicio religioso en 2009, donde el sacerdote habló sobre la homosexualidad, que se despertó mi curiosidad. Más tarde, cuando tuve acceso a un teléfono inteligente durante mis años de escuela secundaria, realicé una investigación que me ayudó a articular mis sentimientos. Viviendo con miedo constante, oculté mi verdadera identidad, temeroso de que alguien descubriera mi secreto. Desafortunadamente, en 2019, mis peores temores se hicieron realidad cuando fui arrestado junto con otras 16 personas y expuesto involuntariamente a mi familia. Fue en ese momento en que decidí embarcarme en mi viaje como activista, decidido a combatir las injusticias que enfrentan personas como yo. La lucha está lejos de terminar, como lo demuestra la Ley contra la Homosexualidad promulgada por el presidente. Ser gay en Uganda es una batalla agotadora por la supervivencia, que consume cada momento de mi vida. Pero a pesar de los desafíos, me comprometo a luchar por la igualdad y el reconocimiento de los derechos LGBTQ+.

¿Cuál es tu rol y qué tareas realiza la ONG que busca defender los derechos de la comunidad gay en Uganda?

Como director ejecutivo de Lifeline Youth Empowerment Center (LYEC), dirijo una organización que se enfoca en empoderar a jóvenes homosexuales, bisexuales y queer (GBQ) en Uganda. LYEC se dedica a garantizar su protección y bienestar con base en evidencia y datos. Nuestro objetivo final es fomentar una comunidad GBQ de Uganda libre de estigma, discriminación e injusticias. Al aprovechar información y evidencia precisas, nuestro objetivo es contribuir al empoderamiento de los GBQ y mejorar su calidad de vida en general. A través de nuestros esfuerzos, buscamos desafiar los prejuicios sociales y promover la igualdad, la comprensión y la aceptación de la comunidad en Uganda.

¿Cómo se llegó a aprobar en Uganda una ley como esta que contempla la pena de muerte para los homosexuales?

La Ley contra la homosexualidad de 2023 en Uganda representa una clara violación de la constitución del país y destaca la homofobia profundamente arraigada en su sociedad. Desafortunadamente, Uganda tiene un historial de no apoyar o aceptar a las personas queer. Esta ley ha provocado un importante debate público, lamentablemente acompañado de discursos de odio y amenazas de violencia contra las personas LGBTQ+ y sus aliados. Es importante enfatizar que esta legislación es injusta ya que criminaliza a las personas simplemente por amar o expresarse de manera diferente a las normas sociales establecidas por los legisladores. Estas leyes infringen los derechos humanos fundamentales, incluidos los derechos a la privacidad, la libertad de expresión y la libertad de asociación. Fomentan un entorno de prejuicio y discriminación, lo que genera una mayor vulnerabilidad y daño para la comunidad LGBTQ+.

¿Esta ley tiene apoyo popular?

Obtuvo el apoyo de una parte de la población, destacando la desafortunada realidad de que puede ser más fácil unir a las personas sobre la base del odio en lugar de los principios de igualdad y respeto. La opinión pública no siempre es un indicador fiable de lo que es justo o moralmente correcto. El apoyo popular a las leyes discriminatorias no justifica su existencia ni las hace moralmente aceptables. Los derechos humanos no están sujetos a los caprichos de la opinión pública, ya que se basan en los principios de equidad, igualdad y respeto de todas las personas, independientemente de su orientación sexual o identidad de género.

¿Cuáles son los puntos principales de esta ley?

La Ley establece la cadena perpetua para el sexo homosexual y la pena de muerte para la ‘homosexualidad agravada’. Este último delito incluye a los ´abusadores seriales´, a la violación entre personas del mismo sexo, sexo en una posición de autoridad o por intimidación, sexo con personas mayores de 75 años, y sexo con personas con discapacidad y enfermos mentales, y los actos homosexuales cometidos por una persona con condena previa por homosexualidad. Además, según sus disposiciones, la promoción (incluida la normalización) de la homosexualidad se castiga con penas de prisión de hasta 20 años y multas.

¿Cuáles son los riesgos de ser activista en Uganda?

Ser un activista LGBT en Uganda está plagado de inmensos riesgos y desafíos. Además de las luchas diarias que enfrentan las personas queer en el país, los activistas enfrentan graves peligros como arrestos, ataques violentos y acoso en línea implacable por parte de personas homofóbicas. El entorno legal opresivo agrava aún más estos riesgos. Ahora que la Ley contra la Homosexualidad ya es ley, la amenaza de arrestos y enjuiciamientos se cierne sobre los activistas. Se explota el sistema legal para suprimir el activismo e intimidar a quienes defienden los derechos LGBT. La seguridad física de los activistas LGBT está constantemente en juego debido a la prevalencia de ataques violentos. Los individuos y grupos homofóbicos atacan a los activistas por su valiente trabajo al desafiar las normas sociales y defender los derechos de la comunidad LGBT. Esto puede provocar lesiones graves, traumatismos e incluso la pérdida de la vida. Experimentamos el ostracismo social y el rechazo de nuestras propias familias y comunidades, lo que exacerba los sentimientos de aislamiento y afecta su bienestar mental. Las plataformas en línea también se han convertido en caldos de cultivo para el odio, con activistas que soportan acoso implacable, ciberacoso y amenazas de personas y grupos organizados que defienden puntos de vista homofóbicos. La falta de protección y apoyo legal exacerba aún más los desafíos que enfrentan los activistas LGBT en Uganda, mientras luchan por encontrar vías de justicia y asistencia en casos de violencia o acoso.

¿Cómo es tu relación con tu familia?

Prefiero no responder a esto.

¿Pensaste en solicitar asilo en otro país?

Buscar asilo basado en la persecución debido a la orientación sexual de uno es un proceso complejo y desafiante. Si bien a menudo se dice que el asilo puede brindar seguridad a aquellos cuyas vidas están amenazadas, la realidad es que el sistema de asilo puede ser arduo y el resultado no está garantizado. Cuando me enfrente a amenazas contra mi vida, la opción de solicitar asilo será crucial para mi seguridad personal. Sin embargo, es importante entender que la decisión de dejar mi país de origen no es fácil, implica dejar atrás un entorno familiar, seres queridos y la lucha por el cambio. Además, no todos los países cuentan con sistemas sólidos para proteger a las personas LGBTQ+. A pesar de estos desafíos, la lucha por la igualdad y la aceptación sigue siendo fundamental. Los esfuerzos de promoción dentro de Uganda pueden contribuir a un cambio a largo plazo, fomentando una sociedad más inclusiva y tolerante”.

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