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La Justicia benefició a un presunto testaferro de Zannini que tiene negocios en Mendoza

Gustavo Benvenuto, el hombre del cual nadie habla.

La Justicia benefició al empresario Gustavo Benvenuto, que tiene negocios en Mendoza y es dueño de la firma Adcon SA, que, gracias a contratos con el Estado, facturó cientos de millones de pesos mientras Carlos Zannini manejó la secretaría de Legal y Técnica. De hecho, se lo presume su testeferro.

Él y Carlos Liuzzi, ex “número dos” de Legal y Técnica, fueron favorecidos por un fallo que no es nuevo pero se conoció este lunes.

Fue firmado en octubre del año pasado por los camaristas federales Eduardo Farah, Roberto Boico y Martín Irurzun. Gracias a ese fallo, la causa que los involucra quedó muy debilitada porque la Cámara declaró que buena parte de lo que hay en el caso ya había sido analizado y cerrado en otros expedientes.

Según recuerda diario La Nación, esta causa, en manos del fiscal Carlos Rívolo y el juez Julián Ercolini, fue iniciada en 2017 por una presentación de la Unidad de Información Financiera (UIF), que le informó a la Justicia la existencia de operaciones, bienes y propiedades que ligaban a Benvenutto y a Liuzzi. El juez Marcelo Martínez de Giorgi, que entonces llevaba adelante la investigación por enriquecimiento ilícito contra Liuzzi, consideró que este informe aludía a hechos nuevos y, por eso, mandó la denuncia a sorteo. Así llegó a las manos de Ercolini y Rívolo, que hoy tienen vedada por la Cámara Federal la posibilidad de avanzar sobre una línea de investigación considerada como ya explorada.

“Benvenuto, un empresario de 63 años, es uno de los dueños de la Adcon SA (Administradora de Conocimientos SA), una firma creada en 2005 con un capital social de $12.000 y que, menos de dos meses después de haber sido dada de alta, recibió, gracias a un convenio de cooperación firmado por Zannini, una contratación directa del Estado para digitalizar toda la información del Boletín Oficial, un servicio que hasta entonces brindaba la firma La Ley SA”, según La Nación. 

Desde entonces, y hasta diciembre de 2015, la firma, que no estaba inscripta como proveedora del Estado, facturó aproximadamente $134.000.000, según reconstruyó el mismo diario. Benvenuto multiplicó su patrimonio y hoy es dueño, entre otras empresas, de la mendocina Finca Sophenia. Un pequeño detalle que ilustra la buena sintonía entre Liuzzi y Benvenuto: en Legal y Técnica, según declaró en una causa (que fue cerrada por el juez Luis Rodríguez) un testigo que trabajaba en esa dependencia durante el kirchnerismo, recibían con frecuencia a modo de obsequios cajas de vino de esa finca.

“Más allá de los detalles de color, para la fiscalía que busca investigar estos hechos, la relación entre Liuzzi y Benvenuto está acreditada a través de documentación que los liga. No solamente registros de compra de propiedades, sino también actas societarias de distintas empresas. En el informe presentado ante la Justicia, la UIF señaló que Liuzzi y Benvenuto son socios en otra constructora, Desarrollo y Construcción SA, que tiene a su vez el mismo domicilio fiscal que ADC SA. Ese informe incluye un listado de bienes adquiridos por sociedades de Bevenuto en Mendoza y en los Estados Unidos. Pero la Cámara Federal ordenó acotar la investigación y no indagar en los vínculos existentes entre ellos ni en los contratos por considerar, frente a un planteo de las defensas, que se trataba de cosa juzgada”, según La Nación.

Dos jueces federales de primera instancia habían allanado el camino y tomado decisiones muy favorables para Liuzzi y Benvenuto: el exmagistrado Norberto Oyarbide sobreseyó al primero de ellos en una causa por enriquecimiento ilícito en 2013, en tiempo récord, y Luis Rodríguez los sobreseyó días antes de las elecciones de octubre de 2015 en una causa que debía investigar los contratos concedidos por el Estado a Benvenuto. Un tramo de la causa que llevaba Rodríguez sigue vigente, en las manos del juez Martínez De Giorgi, quien tiene abierto hace casi seis años un expediente por enriquecimiento ilícito que no le despierta grandes preocupaciones a Liuzzi.

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