¿Quién banca las cabinas sexuales ilegales que funcionan en pleno centro mendocino?
Todos saben que existen, pero todos miran para otro lado. Como si no fueran reales. Se trata de Cruising Box Mendoza, cabinas en las cuales se puede “jugar” al sexo casual.
De hecho, así se promocionan en redes sociales, con videos ad hoc que no carecen de sutilezas: “Sexo casual- cabinas- cruising- pajasberenjena- petesboca- nalgas melocotón- musculobíceps flexionado- hetero- bi- gay- casados y mucho mas!!”, sostiene su propia cuenta de Twitter.
A simple vista, puede verse que la gente de Cruising viola media docena de normas, incluyendo el Código Penal y las leyes de profilaxis. Con una impunidad que abruma. Incluso trabajando durante la pandemia, que no dejaba funcionar ni los cines ni los teatros.
Situación que obliga a preguntarse varias cuestiones: ¿Cómo puede funcionar un antro de tal tenor en pleno centro mendocino? ¿A qué funcionario —o funcionarios— han adornado para poder llevar adelante su oscura actividad?
Más aún: su eventual control, ¿es potestad de la Ciudad de Mendoza o de la provincia?
El más despistado podría suponer que están escondidos en algún lugar secreto de Mendoza. Pero no: su domicilio y demás datos aparecen en sus propias redes sociales.
Funcionan en calle Patricias Mendocinas 826, de Ciudad, con un abanico amplio de atención: de lunes a viernes de 10 a 23hs. Los sábados también, de 17 a 23. Y los domingos de 19 a 23.
Esto significa que, si hubiera voluntad política de avanzar contra esta gente, se podría hacer tranquilamente. En cualquier día de la semana. Pero se ve que no hay muchas ganas.
Por lo pronto, Diario Mendoza Today logró romper el cerco del secretismo y habló con un exempleado de las cabinas de marras, bajo obvia reserva de fuente.
-¿Cómo definirías lo que se hace en Cruising?
-Son como el sauna. Típico lugar de encuentro gay. Un cogedero disfrazado de ciber.
-¿Cuánto hace que existe el lugar?
-Esas cabinas tienen más de 10 años.
-¿Y cómo es que jamás nadie ha clausurado el lugar?
-Yo mismo no entiendo cómo siguen funcionando, más con el nuevo Código vigente. ¿Será que la cometa es grande? Quién sabe… Igualmente el lugar sí estuvo varias veces clausurado. Pero siempre vuelven a abrir.
-¿Quién es el dueño?
-Una mujer trans llamada Carolina De la Cruz. Es bastante pesada. Ha hecho mucha plata y está diversificada. Consultorios médicos, inmuebles, etc. Es hábil y bastante buitre.
-¿Quién o quiénes concurren allí?
-Políticos, periodistas… Todo gay asumido o sin asumir, pero muy caliente. Es una opción más económica y express que el sauna que está al lado de la catedral. Y como es más céntrico, para miles es una opción rápida y práctica. En menos de una hora pegaron un polvito o dos… y siguen con su rutina.
-¿Políticos? ¿Periodistas?
-Sí, no daré nombres, pero como botón de muestra sólo te digo que hay políticos de todos los partidos que son clientes históricos. Un candidato actual.… Un ex funcionario de primera línea de gestiones anteriores también. Y un ex director de una obra social muy importante.
De repente, el informante decide cortar la comunicación. Se excusa reconociendo que habló más de lo debido.
Es tarde, porque ya dijo lo que dijo. Y la historia quedó totalmente expuesta. Debe mencionarse que no se trata de las únicas cabinas que operan fuera de la ley. En la galería Tonsa hay un lugar similar. Más antiguo aún.
También funciona con total impunidad. Inexplicablemente. Y debe haber más sitios similares. ¿Cómo es que operan con tanta tranquilidad?
Una vieja frase solía decir: “Piensa mal y acertarás”.
