Julián GalvánPortada

La curiosa estrategia contra la inseguridad de Munives y Levrino: cuidate solo que nosotros te miramos

El gobierno de Rodolfo Suarez gastó millones de pesos de su presupuesto para combatir la delincuencia en Mendoza, aunque los resultados no son los mejores… incluso los casos de inseguridad que se dan a conocer desde los propios medios de comunicación, y los que no son visibles en la provincia, resultan cada vez más violentos y sin mucha reacción de respuesta efectiva por parte de las fuerzas de seguridad.

En agosto del 2020, Gobierno provincial gastó millones de pesos adquiriendo equipamiento altamente tecnológico para la fuerza policial, mientras el ministro de Seguridad, Raúl Levrino, vendió a la prensa la idea de «inauguración de la era drone en Mendoza».

«Estos drones permitirán reforzar las tareas de patrullaje al servir de apoyo a los recursos apostados en tierra, harán más eficiente la lucha contra el delito y brindarán respaldo para allanamientos, investigaciones, búsquedas de personas, rescates, observaciones con autorización judicial, narcocriminalidad, seguridad vial y persecuciones”, manifestaba Levrino orgulloso en medio de una enorme tormenta de humo.

También el Ministerio de Seguridad había incorporado nuevo equipamiento a la fuerza policial, integrado por drones, patrulleros policiales, bicicletas, armas y herramientas tecnologías, para mantenerla capitalizada, equipada y protegida. Se gastó mucho por la seguridad: equipamiento para el Observatorio, 60 PC, 6 monitores, 5 smart TV 43″, 18 smart TV 55″ y un sistema UPS. También llegaron a la fuerza policial 100 nuevas bicicletas mountain que han sido destinadas al patrullaje de la Unidad Ciclística de Acción Rápida (UCAR). En cuanto a patrulleros se incorporaron 35 vehículos: 20 automóviles Sedán – marca Ford Ka – y 15 camionetas chevrolet S-10, todos altamente equipados para la función policial. Por último, se sumaron 400 pistolas 9 milímetros marca Taunus.

El total presupuestado para el Ministerio de Seguridad 2021 asciende a $18.628.508.653, de los cuales el 76% corresponden a la Policía y el 24% restante al servicio penitenciario.

No obstante, a pesar de tanta parafernalia tecnológica de Levrino, el aparato represivo del Estado provincial no alcanza para combatir la delincuencia sino que apunta a lo más fácil, reprimir ciudadanos pacíficos que se manifiestan en las calles por aumentos de sus sueldos, los que defienden el agua, los chicos skaters que piden la apertura de una plaza, los transportistas de personas con discapacidad que piden que se les paguen lo adeudado y todas las expresiones que al gobierno de Suarez personalmente no le caen simpático.

Mientras tanto, el ministro de Seguridad, Raúl Levrino, y el jefe de la Policía, Roberto Munives siguen prófugos de la convocatoria en la Legislatura provincial para dar explicaciones sobre la «clande» que permitieron en la fiesta del centenario del Club Godoy Cruz, donde miles de hinchas ingresaron al Feliciano Gambarte y recorrieron las calles de Godoy Cruz con total impunidad, sin respeto de las normas sanitarias, ni barbijo y lanzando fuegos artificiales violando leyes y normas establecidas por el mismo gobierno radical.

Otro antecedente impune fue el del velorio del Loco Julio, hincha emblemático de Godoy Cruz que fue despedido por una multitud de personas. Eso ocurrió el 13 de mayo del 2020, en uno de los peores momentos de la primera ola.

El “Dúo Segurola”, Munives y Levrino, también le escaparon a dar serias explicaciones sobre el mal desempeño del 911 que ninguneó una denuncia y permitió el femicidio de Florencia Romano a fines del 2020. Un halo protector que recae en la figura de estos dos personajes y que juega en el maravilloso mundo de «la doble vara» menduca.

 

Si yo no puedo, arreglate vos

La ineficacia de la gestión del Dúo Segurola lo perciben a diario todos los vecinos, donde la delincuencia en la ciudad de Mendoza y Gran Mendoza sigue en constante crecimiento, más allá de los operativos de prensa que vienen realizando desde el mismo Ministerio de Levrino.

En consecuencia, ante la falta de fuerzas de seguridad que actúen con eficacia para evitar el delito, no queda más remedio que cuidarse entre vecinos por sí solos. Casi como en los tiempos del Far West.

El sistema de alarma vecinal

Así nace la idea del «Sistema de Alarmas Comunitarias» que ya se puso en marcha en la gestión comunal de Ulpiano Suarez y que tiene como finalidad  prevenir y disuadir el delito en la Ciudad. Una especie de «sálvense quien pueda» entre vecinos que se compone de «un cartel» y una «sirena vecinal»… para espantar a los delincuentes. La eficacia de este modelo actúa casi al mismo nivel como «un espantapájaros en un maizal»… pero más caro: $4.800 mensuales para cada vecino.

 

Los voyeurs del vecindario

El trabajo de la policía de Munives es de tan solo reprimir en los actos callejeros a gente inocente, sin antecedentes penales, que se manifiesta pacíficamente en tiempos de democracia. También sirvió para labrar numerosas actas a ciudadanos que no coincidían con su número de DNI con los días de circulación impuestas por el gobierno provincial, violando restricciones durante la cuarentena ¿Y la prevención del delito? bien gracias.

En lo que va de la gestión de Rodolfo Suarez, el Ministerio de Seguridad desbarató más de 400 kiosquitos que comercializaban estupefacientes (marihuana, cocaína) en todo el territorio provincial. Muy poca cosa en una provincia de frontera, que tiene un paso internacional transoceánico y donde el lavado del narcotráfico es moneda corriente.

Las más de 1500 cámaras de seguridad desparramadas en toda la provincia solo cumplen un rol de monitoreo intrusivo de las acciones de los ciudadanos, se meten en el control de la intimidad de los vecinos. No previenen la delincuencia, tan solo es un elemento disuasorio para los delincuentes y en caso que se cometa un delito ejercen como prueba inexcusable ante un juez. Solo eso.

Dado el millonario gasto en videovigilancia tanto del gobierno de Alfredo Cornejo como de Rodolfo Suarez sostienen unas expectativas excesivas respecto a las cámaras, pero no reducen la delincuencia, menos si no existe ningún patrullero cercano para acudir a los lugares donde las cámaras detectan a tiempo real el desarrollo de un delito ¿Vale la pena tanto gasto? (Bien Cuyano)

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