Trump, el hombre que salió de las sombras para marcar una victoria inédita

La victoria de Trump fue desde un principio un caso particular y llamativo entre los electores estadounidenses, sobre todo por la difusión de encuestas que daban un empate técnico entre el republicano y la ex candidata demócrata Kamala Harris luego de que obligaran a Joe Biden a bajarse de la contienda electoral.

Nicolás Sanz
Nicolás Sanz

En 2020 nadie podría haber predicho, tras el asalto al Capitolio, que Trump volvería a la Casa Blanca. Tampoco incluso que fuese a ser candidato a presidente, sobre todo después de ser el primer ex mandatario en recibir una condena.

De hecho casi no hay antecedentes de lo sucedido. Solo Grover Cleveland logró ser presidente de Estados Unidos con dos mandatos no consecutivos. Trump se convertirá en el segundo en llegar al conseguir la 45º y 47º presidencia.

Ello no quita que haya presidentes con dos o más mandatos, tales los casos de Franklin D. Roosevelt (quien gobernó durante tres períodos y quizás hubiera seguido al mando del país durante varios años más si no hubiera muerto a los dos meses de comenzar su cuarto mandato), Dwight Eisenhower, Ronald Reagan, Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama.

En fin, la victoria de Trump fue desde un principio un caso particular y llamativo entre los electores estadounidenses, sobre todo por la difusión de encuestas que daban un empate técnico entre el republicano y la ex candidata demócrata Kamala Harris luego de que obligaran a Joe Biden a bajarse de la contienda electoral.

La aplastante victoria de Trump (quien obtuvo 312 votos electorales contra los 226 de Harris) marcó un hecho trascendental en la historia política reciente de Estados Unidos.

Todo indicaba que el destino del hoy presidente electo estaría marcado por la inhabilitación, pero el Tribunal Supremo le concedió una inmunidad amplia. Era también de esperarse, puesto que los jueces que conforman el organismo de Justicia son en su mayoría conservadores y de hecho algunos fueron puestos en ese lugar por el propio Trump.

Las razones por las que ganó son multiples, variadas, y deberían estar sujetas a un análisis particular y profundo. Sin embargo todo puede resumirse en la pérdida de representatividad que hundió al Partido Demócrata en lo referido con la clase media y, sobre todo, los diversos problemas económicos en los que se vio sumergido Estados Unidos durante la presidencia de Biden, incluido el aceleramiento de la inflación.

Pero también es dable destacar que Trump es un showman, una persona capaz de reescribir la realidad para amoldarla fácilmente a las necesidades de los norteamericanos y llegar incluso a prometer una “era de oro”.

El carisma y la claridad discursiva del líder republicano son dos factores fundamentales a la hora de entender la victoria, con un mensaje claro, sin dejar lugar a la duda o a “los grises”.

Por otro lado, el equipo de campaña de Harris pareció no haber aprovechado una oportunidad única, que a diferencia de Trump, que terminó siendo el primer expresidente de Estados Unidos en ser condenado, la ex candidata demócrata podría haberse convertido en la primera mujer presidenta.

En fin, solo resta esperar para saber si la nueva presidencia de Trump se convierte en un remake de la anterior o si, en su defecto, gira hacia otra dirección, sea para bien o para mal.

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