La complicidad del silencio: ¿Por qué Milei es cómplice de Hlebowicz?
Foto; Infografía del entramado de complicidades: Karina Milei, Javier Milei, Juan Manuel Olmos, Coti Nosiglia, Mauricio Macri, Eduardo Elztain, Sergio Spolsky, Daniel Vila, Victor Santa María, Carlos Rosenkrantz, Ariel Lijo, Cristina Fernandez de Kirchner, Sandra Petovello, Guillermo Francos, Mariano Cuneo Libarona, Lilia Lemoine, Martin Menem, Luis Barrionuevo, Hector Daer, alrededor de Luis Hlebowicz.
La reciente omisión de la administración de Javier Milei ante las denuncias de corrupción sindical plantea un interrogante central: ¿Cuán comprometido está realmente el nuevo gobierno con su promesa de “acabar con la casta”? Las acusaciones contra Luis Ramón Hlebowicz, líder del Sindicato de Pasteleros CABA, en la que se documenta falsificación de firmas y balances fraudulentos, exponen un entramado de complicidades que va desde el ámbito sindical hasta los más altos niveles del poder ejecutivo, judicial, legislativo y los medios. En esta investigación, exploraremos la conexión entre Milei, su promesa de erradicar la corrupción y la aparente inacción frente a evidencias que implican a figuras sindicales.
Quién es Hlebowicz y qué denuncias enfrenta
Luis Ramón Hlebowicz es el actual secretario general del Sindicato de Pasteleros CABA, una figura sindical con poder consolidado y amplia influencia. Su trayectoria se ha visto ensombrecida por repetidas denuncias de corrupción. Estas incluyen, entre otros cargos, la falsificación de balances en el Sindicato de Pasteleros, su Federación, la Mutual y la Obra Social del gremio. Según pericias de la Policía Federal, firmas apócrifas y alteraciones de números en los balances dan cuenta de una gestión corrupta. Las denuncias fueron presentadas en la Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales (DNAS), Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), Ministerio de Capital Humano (ex Ministerio de Trabajo), la respuesta de las instituciones competentes ha sido llamativamente silenciosa.
La pregunta que surge es inevitable: ¿por qué el presidente Javier Milei, quien se ha autoproclamado el abanderado de la lucha contra “la casta”, ignora denuncias que afectan directamente a uno de los sectores que criticó en su campaña? Aunque el discurso presidencial se ha centrado en desmantelar los privilegios sindicales, su silencio sobre las acusaciones contra Hlebowicz sugiere un sesgo que merece una explicación. ¿Está Milei realmente comprometido en acabar con la corrupción sindical, o hay motivos para sospechar una protección a determinadas figuras?
Evidencias comprometedoras
Las pruebas contra Hlebowicz no solo provienen de declaraciones: existe un cúmulo de evidencia documentada que fue presentada ante el poder judicial y comunicada al propio presidente, con nro. de expediente “Hlebowicz Luis Ramón y otros s/falsificación de documentos publicos y defraudacion contra la administración pública”, Causa FGR 21940/2019”, presentado en el juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N°12, interinamente a cargo del Juez Ariel Lijo, secretaria N°23 . Entre ellas, destacan las denuncias de falsificación de firmas y balances “dibujados” (entre el año 2014 y 2018), avaladas por peritajes caligráficos de la Policía Federal y la Cámara Federal, que constatan las irregularidades en la administración del sindicato y sus entidades afines. A pesar de la recepción oficial en el Ejecutivo y el sustento probatorio, no ha habido respuesta alguna. Esta inacción denota complicidad del gobierno de Milei con la corporación sindical. El titular de Casa Rosada fue comunicado por carta, la cual fue recibida por el mismo mandatario.
Red de complicidades
La falta de respuesta por parte del Ejecutivo en este caso es solo un eslabón en una cadena de complicidades. Además del poder ejecutivo, otros paraguas, como el sindicalista Héctor Daer y Luis Barrionuevo, son parte de este ‘cono del silencio’ que protege a Hlebowicz. Los medios masivos de comunicación (sistemáticamente adjetivados como “ensobrados” por Milei), generalmente prestos a abordar temas de corrupción, especialmente si se trata del plano sindical, tienen blindado el caso. Mientras el poder judicial hace oídos sordos, en los más altos mandos del escalafón, tanto por Rosencratz, como por el Juez Ariel Lijo, propulsado por el oficialismo para la Corte Suprema de Justicia.
El legislativo no interviene, especialmente desde la Comisión de Justicia a cargo de la diputada kirchnerista Susana Haydee Gonzalez, que es la que lleva adelante la carpeta de Delitos y Corrupción, en los cuales se ha presentado toda la denuncia, por otro lado, los diputados de LLA, acólitos al oficialismo, con principales referencias en Lilia Leomoine, desmantelan toda posibilidad de que se trate, desde el pasillo dicen que ‘cajonean cualquier intentona de llevar a la luz el entramado de vínculos que sostienen el poder tras las sombras de pasteleros’. Estos vínculos fortalecen la teoría de que Hlebowicz y otros actores de la “casta” sindical cuentan con aliados en todas las esferas de poder, circunscriptos al entorno del presidente Milei.
La trama de vínculos y el hegemón de la casta
La situación expone un entramado en el que toda la rama de “castas” –política, sindical, judicial y mediática– se protegen. En la superestructura del poder, la promesa de Milei de acabar con la corrupción se diluye ante la realidad de este ‘Juego de Tronos’. Castas y neo-castas, lejos de verse amenazadas, están fortaleciendo sus lazos a medida que el nuevo presidente ignora todas las irregularidades, de quien le rinda pleitesía. La pregunta entonces se vuelve central: ¿Se trata de destruir la “casta” o de reestructurar su hegemonía para concentrar el poder en manos de Milei, Karina y su círculo?
Hegemón: Entidad (sea, estado, organización o persona) que ejerce un dominio preponderante, influyendo de forma desproporcionada en las normas y valores de una sociedad. Su autoridad se sostiene mediante consenso y legitimidad, estableciendo estándares y condicionando la percepción colectiva de la realidad. En este caso la entidad es la Casta, la cual segun el presidente, tenía los días contados.
A la luz de estas evidencias, queda claro que Milei, por omisión, está garantizando la continuidad de prácticas corruptas del ámbito sindical, a pesar de su perorata contra la “casta”. Su clara falta de acción en el caso de Hlebowicz manifiesta que su objetivo no es eliminar a la casta sino reorganizarla bajo su propia hegemonía, con él y su entorno en la cima del poder. Esta situación abre todo un circuito nuevo de preguntas cruciales:
-¿Cuál es el verdadero propósito de la gestión de Milei al encubrir figuras que prometió combatir?
-¿Qué intereses están detrás de esta protección y hasta qué punto influencian su accionar como presidente?
-¿Dónde termina esta red de complicidades y cuánto poder concentrará la nueva casta bajo el liderazgo de Milei?
La complicidad en todos los niveles del sistema revela que el discurso contra “la casta” es, quizás, solo una estrategia para consolidar el poder en manos de unos pocos. La historia nos ha enseñado que cada alianza, cada silencio y cada omisión de la justicia esconde un submundo de intrigas palaciegas y acuerdos espurios a espaldas de los votantes. Hoy, la realidad apunta a una verdad inquietante: la casta no se precipita a su extinción; solo se ha vestido de gala.