El papa Francisco y Grabois: relaciones peligrosas

Por Pablo Portaluppi

Mucho se ha escrito y reflexionado en las últimas horas sobre las declaraciones del Papa Francisco el pasado viernes 20 de septiembre sobre la Argentina y el gobierno de Javier Milei en el marco del 10° aniversario del Primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares, llevado a cabo en el Vaticano.

Rodeado por representantes de movimientos sociales del país, entre ellos Juan Grabois y el titular de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), Alejandro “Peluca” Gramajo, el Pontífice cuestionó duramente el operativo antipiquetes de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a la vez que deslizó la posibilidad de un hecho de corrupción en el gobierno.

No es la primera vez que el Papa Francisco se ve envuelto en cuestiones sensibles para con su país de origen. En ese sentido merece recordarse que en agosto de 2023, a través de un documento, el Vaticano decidió “la creación del Instituto para la investigación y promoción de los Derechos Sociales Fray Bartolomé de las Casas, con finalidades académicas, docentes y de formación sobre la temática de Derechos Sociales, migración y colonialismo”, designando al frente del organismo, al menos hasta 2028, al polémico ex juez de la Corte Eugenio Raúl Zaffaroni.

Más atrás en el tiempo, el 3 de junio de 2016, una nutrida comitiva de jueces y fiscales de todo el mundo asistió a una Cumbre junto al Papa Francisco. La excusa, debatir sobre la trata de personas y el crimen organizado. El motivo real de la “armada brancaleone” argentina, buscar la legitimación que otorga una foto con Su Santidad. Hacia allí fueron, entre otros, cuestionados jueces federales como Sebastián Casanello, dueño de todas las miradas, María Romilda Servini de Cubría y Julián Ercolini. También estuvo el entonces Presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.

Y los menos conocidos Daniel Adler y Claudio Kishimoto. La presencia de estos últimos, gracias a los buenos oficios del indescifrable Gustavo Vera,, pasó casi desapercibida. Pero logró generar indignación en muchos sectores. También Zaffaroni estuvo detrás de aquella Cumbre.

Pero volviendo al último Encuentro, en un momento de su exposición, el Papa arremetió contra el capitalismo, donde convocó a los más ricos para que “compartan sus riquezas de manera justa y fraterna”. “Dicen que el sistema que permitió amasar fortunas a las personas ricas, y permite agregar riquezas ridículas, es inmoral, que debe ser notificado, que debe haber más impuestos a los billonarios”, afirmó.

Y arengó: “Si los movimientos populares no reclaman, si ustedes no gritan, si ustedes no luchan, no despiertan conciencias, las cosas van a ser más difíciles”.

En rigor de verdad, aquellas declaraciones no deberían sorprender. En febrero de este año, con motivo de la inauguración de la nueva sede en Buenos Aires del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana (COPAJU), el Santo Padre había denunciado la idolatría del “dios Mercado y la diosa Ganancia, que conducen a la deshumanización y la destrucción del planeta”.

Además de Juan Grabois y “Peluca” Gramajo, escuchaban al Pontífice el pasado viernes distintos representantes de movimientos populares como Anuka Thirimadura, (La Via Campesina, Asia), Rose Molokoane (Slum Dwellers International, Africa), Alejandro Gramajo (Unión de Trabajadores de la Economía Popular UTEP, Latinoamérica), Susana Réfega (Movimiento Laudato si’, Europa), Naema Yaqoub (Mediterranea Saving Humans / Refugees in Libya, Africa), Nicole Leiva (Puente Alto Chile, Latinoamérica) y Gloria Morales (Pico Network, Norte América).

Ustedes salieron de la pasividad y del pesimismo. No se dejen abatir por el dolor y la resignación. No aceptaron ser víctimas dóciles; se reconocieron como sujeto, como protagonistas de la historia. Este es el aporte más lindo de ustedes”, aseguró en otro tramo de su alocución. Música para los oídos en los presentes.

Este dato no es menor, ya que no sólo se produce en un contexto de fuerte enfrentamiento entre el Gobierno nacional y los piqueteros, sino que le otorga un fuerte respaldo a la figura de Juan Grabois, justo en momentos en que parece que ni la justicia se quiere meter con él. O más bien lo contrario.

Como ya publicara este medio, el pasado 13 de mayo el Procurador General de la Nación, Eduardo Casal, inició un sumario administrativo contra el fiscal ante el Tribunal Oral de Mar del Plata, Juan Manuel Pettigiani, a la vez que le requirió “explicaciones” por unos dichos que aquel habría manifestado en un programa de televisión sobre el dirigentesocial.

Es que el fiscal marplatense había denunciado a Grabois a comienzos de marzo de este año por “la posible comisión de los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público, administración fraudulenta y defraudación al FISU” (Fondo de Integración Socio Urbana).

En concreto, pidió que se investigue el accionar de Grabois en la construcción de viviendas mediante dicho Fondo y que nunca fueron terminadas en el barrio Fortunato de la Plaza de Mar del Plata, tema que fue revelado por este medio desde 2022.

“Hay una defraudación al FISU, destinado para urbanizar barrios populares, porque no se dotó en nada de infraestructura al barrio, y al programa Casa Propia [dependiente del Ministerio de Desarrollo Territorial, hábitat y Vivienda], que está destinado a facilitar la construcción de casas por parte de particulares”, explicó el fiscal general en diálogo con diferentes medios.

Justamente, fue en una entrevista periodística que Pettigiani manifestó, para graficar su denuncia, que “Pablo Escobar Gaviria tampoco era el responsable de estar en cada puesto de drogas, vendiendo, entregando, encargándose de la distribución, sin embargo era el responsable de un imperio”.

Ello motivó una denuncia por parte del amigo papal por haberlo comparado, según el, con el “famoso narcotraficante colombiano ya fallecido”.

Si bien el sumario contra el denunciante de Grabois no avanzó más desde entonces, tampoco lo hizo la denuncia de Pettigiani contra el dirigente social.

Cabe recordar que la misma fue realizada en los primeros días de marzo de este año, derivando, en principio, en el juzgado a cargo de Julián Ercolini. Pero dicho magistrado se consideró incompetente y envió el expediente a su colega marplatense Santiago Inchausti, que se pronunció en igual sentido.

Por lo que, casi siete meses después, la causa sigue sin juez, a la espera de la resolución de la Cámara.

A las viviendas de Mar del Plata, se debe sumar también un controvertido proyecto en San Martín de Los Andes, que este medio reveló hace pocas semanas, para la construcción de 324 viviendas vinculadas a varias cooperativas pertenecientes al Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) y a la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), de Juan Grabois.

El proyecto, canalizado a través del programa Acción para el Repoblamiento Comunitario de la Argentina (A.R.C.A.), perteneciente justamente al SISU, contempla la construcción de “324 soluciones habitacionales”, sobre lotes de 300 mts2, en una superficie total de 150.000 mts 2, en una zona conocida como “Vega Plana”.

El problema es que, según denuncian los vecinos, ese sector donde se pretende lotear pertenece a un humedal, y los humedales están protegidos como reservas ecológicas. La zona está declarada como tal por la Ordenanza Municipal 3012/98, y la 8390/2009, afirman los vecinos. 

En este sentido, cabe mencionar un hecho similar ocurrido en Cañuelas, provincia de Buenos Aires, a partir de un proyecto de viviendas conocido en la mencionada localidad como “Barrio de Grabois”, emplazado en el km 71 de la ruta 205 y canalizado, también, a través del Programa A.R.C.A.

Pese a la suspensión de las obras a fines de 2023, el secretario de Integración Socio Urbano del nuevo gobierno, Sebastián Pareja, confirmó en abril que la construcción de las viviendas “va a continuar”. Otro posible aval para Grabois, como el que le dio el Papa Francisco el último viernes.

Cabe recordar que en el primer encuentro realizado en 2014 entre el Vaticano y los movimientos populares, al grito compartido de las 3T: Techo, Tierra y Trabajo, se fijó como proclama: “Ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos, ninguna persona sin la dignidad que da el trabajo”.

Algunos años antes de aquello, en 2010, Grabois creó el Proyecto Artigas, desde dónde planteó la necesidad de avanzar con una agricultura familiar que haga un uso responsable del medio ambiente, hecho que derivó muchos años después en el intento de tomar los terrenos de El Marquesado, entre Mar del Plata y Miramar.

“Toda familia que se mete en un terreno lo hace por necesidad”, decía entonces, justificando las distintas tomas en el país que protagonizaban organizaciones ligadas a él.

En la apertura de la centésimo novena Conferencia Internacional del Trabajo, Francisco había pronunciado una frase temeraria, que anticipaba lo dicho en las últimas horas: “La propiedad privada es un derecho secundario que depende un derecho primario entendido como “el destino universal de los bienes”.

Difícil es saber lo que se viene ahora. Pero tal vez algunas pistas las brinde el propio Grabois.

“La idea de este aniversario es cerrar una etapa y abrir otra. Hemos planteado una renovación de la comisión organizadora para que haya gente más joven”, le dijo hace pocas horas a Radio Vaticana, durante el Encuentro en el Vaticano.

Y añadió: “Hay personas muy poderosas y muy influyentes que piensan que la vida de un migrante no vale, que piensan que la vida de una persona que está excluida socialmente no vale, y lo plantean de manera abierta. Esa es una forma de deshumanización, otra forma es la hipocresía, los que predican la justicia social, pero practican todo lo contrario”.

Artículos Relacionados