Es secretaria administrativa de ATE Tunuyán y está acusada de “truchar” el analítico del colegio secundario

Su nombre es María Elena Barrera y carga con denuncias desde el año 2012. ¿Quién la protege?

Su nombre es María Elena Barrera y en la actualidad se desempeña como secretaria administrativa de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) seccional Tunuyán. De hecho, ahora mismo está con licencia gremial.

Hasta ahí, nada del otro mundo. El problema es que carga con una añeja denuncia por falsificación de títulos y honores. Puntualmente, por “truchar” su diploma del colegio secundario.

No se trata de una picardía, sino de un delito que aparece tipificado en el artículo 247 del Código Penal. Con todo lo que ello implica.

Lo curioso es que la avivada de Barrera ya fue investigada en el año 2012 y, en 2018, se comprobó, no sólo que había falsificado aquel documento, sino que también se pudo determinar a quién le “robó” el certificado analítico.

Según la denuncia, a la cual tuvo acceso Diario Mendoza Today, María Adela Rossi, directora ejecutiva del hospital Scaravelli, había recibido una denuncia telefónica “informando que Barrera, agente pública de dicho nosocomio, habría presentado en su correspondiente legajo un certificado analítico y un título apócrifos”.

El mismo documento prosigue: “Ante dicha denuncia, se comunican telefónicamente con la Dirección General de Escuelas, quien informan que la agente Barrera no figuraba como alumna de la Escuela Álvarez Condarco, siendo que la documentación presentada en el legajo de la causante supuestamente acreditaba dicha circunstancia”.

En virtud de ello, el director del colegio en cuestión remitió copia del legajo N° 14.288 -el mismo que había presentado Barrera en el Scaravelli- y se pudo constatar que el mismo pertenecía a un tal Sebastián Mauricio Crespo.

Por lo que pudo saber este diario, la mujer comenzó trabajando como auxiliar administrativa en el año 2008. Con una impunidad que sorprende.

Una de las que detectó sus trapisondas, Natalia Carolina Balmaceda, también auxiliar del Scaravelli, sufrió una dura persecución por parte de un delegado gremial (ver al pie), por lo cual decidió no denunciar nada más.

Ello benefició a Barrera, que hasta el día de hoy sigue impune en su irredenta “picardía”. El mundo del revés.

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