“Sacrificada en el altar del vicio”: el duro relato de la mujer que fue violada por decenas de desconocidos

Gisèle Pelicot declaró ante el tribunal de Aviñón, que juzga a su esposo y a otros 50 hombres que abusaron de ella durante más de 10 años mientras estaba inconsciente.

Fui sacrificada en el altar del vicio. El cuerpo está caliente, no frío, pero yo estoy muerta en mi cama”. Con calma y determinación, Gisèle Pelicot declaró ante el tribunal que juzga a su esposo y otros 50 hombres contactados por internet para violarla mientras ella estaba drogada e inerme.

En su testimonio ante el juzgado de Aviñon, en el sudeste de Francia, la mujer aseguró que la policía le salvó la vida.“Mi mundo se derrumba, todo se derrumba, todo lo que construí durante 50 años. Los policías me salvaron la vida”, manifestó.

De esa manera, recordó el momento en que los efectivos le mostraron algunas fotografías el 2 de noviembre de 2020, poco después de iniciarse la investigación contra su marido, Dominique Pelicot.

En la imagen, “estoy inerte, en mi cama y están violándome. Son escenas bárbaras”, relató ante los cinco magistrados sobre las violaciones organizadas por el padre de sus tres hijos.

Cómo es el megajuicio que se realiza en Aviñon

La víctima, de 71 años, comenzó a declarar este jueves ante el tribunal penal de Aviñón en el cuarto día de este megajuicio contra 51 hombres, entre ellos su marido, por violación con agravantes entre 2011 y 2020.

Este caso, que horroriza a Francia, salió a la luz por casualidad cuando su esposo, de la misma edad, fue sorprendido en 2020 en un centro comercial filmando bajo las polleras de las clientas.

Los investigadores encontraron entonces en sus computadoras, discos duros y llaves USB casi 4000 mil fotos y videos de la víctima, visiblemente inconsciente, mientras decenas de desconocidos la violan.

El 2 de noviembre de 2020, los policías quisieron mostraron a la mujer los videos, pero ella se negó. Son en total unas 200 violaciones que sufrió primero en la región de París y luego en Mazan, en el sur de Francia, hasta ese año. “Me tratan como a una muñeca de trapo. Me pregunto cómo aguanté”, aseguró.

Algunos acusados aseguran que desconocían que su marido le administraba medicamentos para dormirla y dijeron que pensaban que se trataba de una pareja libertina, algo que negó la víctima en su primera declaración ante el tribunal.

“Nunca he practicado (…) el intercambio de parejas. Me gustaría dejarlo claro. Luego, ante las preguntas del presidente del tribunal, Roger Arata, afirmó: “Nunca he sido cómplice” ni “he fingido que dormía”.

Al aludir a los hombres que la violaron, dijo que solo reconoce a uno, que acudió a su domicilio para hablar de ciclismo con su marido. “Me lo cruzaba a veces en la panadería y lo saludaba. No se me pasó por la cabeza que me violó”, explicó.

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