Sociedades secretas: ¿Cuánto hay de mito y cuánto de realidad?
Por Nidia G. Osimani, especial para Diario Mendoza Today.
Hay vivencias que graban a fuego la psiquis, sobre todo si se trata de la de un niño de cuatro años. A la edad mencionada (y entre la variedad de acontecimientos que todavía recuerdo nítidos), me había encaprichado ferozmente con un determinado juguete por el simple hecho de que todas mis amigas lo tenían. No se trataba de que mis padres no me lo pudieran comprar (y si el problema hubiese sido económico, sé que hubieran dejado de comer y hasta de respirar por darme lo que yo necesitara), se trataba de desarrollar en mi “un algo”, una herramienta lo suficientemente efectiva como para que me sirviera por el resto de mi vida, sin excepción.
Recuerdo que mi padre (un Ingeniero graduado con las más altas calificaciones de su promoción en la Universidad de Buenos Aires, seis posgrados y en varias especializaciones, obsesionado con la física cuántica, que hablaba a la perfección 9 idiomas, que había recorrido el mundo por su profesión, catedrático con ideas de vanguardia, capaz de resolver las más complejas y extravagantes ecuaciones matemáticas y de seguir la conversación que fuera, con quien fuera y sobre el tema que fuera) solía decirle a mi madre. “me resulta mucho más fácil entender la más controvertida hipótesis de estas disciplinas que criar a mi hija”,
Ante mi tamaño berrinche me alzó y me llevó al jardín. Mientras yo berreaba y gritaba como marrana, él me sostenía sobre su regazo sonriendo y esperando que me calmara. Una vez ocurrido esto me dijo: “¿Por qué querés ese juguete?”, porque Claudia, Sofía, Estela y Laura lo tienen…. “¿y como sabés que vos querés lo mismo que quieren tus amigas? (ahí ya no supe qué responder), entonces agregó “¿por qué, pudiendo querer por vos misma tus juguetes, elegís querer lo que quieren tus amigas?” (Demasiado para una nena de 4 años). Pero si me hubiera pegado un mazazo en la cabeza no me hubiera dejado tan perpleja.
¿Por qué cuento esto?. Bien, quisiera proponer un ejercicio intelectual partiendo de la premisa de que hay hipótesis que si bien intuitivamente nos inclinamos a dar por válidas, seguimos sin poder corroborarlas de manera fehaciente y es lógico, si algo es secreto está oculto y si pudiéramos saberlo dejaría de serlo, lo que nos habilitaría de inmediato su resolución.
La tenue línea que marca el limite entre lo “conspirativo” y lo “conspiranoico” puede perderse de vista demasiado fácilmente, y eso es exactamente lo que procuro evitar en todo momento, a cada paso.
Sin embargo, analizando las aparentes “casualidades” de los efectos que se manifiestan en la historia del mundo, y si lo hacemos lo más posiblemente desprovistos de pre-conceptos, quizás podríamos llegar a conclusiones interesantes.
Como dije anteriormente, la Orden de los Illuminati (llamados en su origen “Perfectibles”), puede describirse como una “sociedad paramasónica” fundada en Baviera el 1ro. de mayo de 1776 por Adam Weishaupt, quien además de ex jesuita, era Docente de Derecho Canónico en la universidad del mismo nombre, con ideas innovadoras que captaron la atención (y adhesión) a su Orden de muchos masones disidentes con sus logias y religiosos.
Su organización interna era “mas o menos así”. Dividida en tres niveles o grados: a) Almáciga, b) Masonería y 3) Misterios.
Dentro del primer grado se subdividía en: Preparatorio, Novicio, Minerval e Illuminatus minor. El segundo grado de la masonería simbólica se subdividía en: Aprendiz, Compañero y Maestro y en la Masonería Escocesa se agregaban Illluminatus Major e Illuminatus Dirigens. El tercer grado de Misterios Menores se subdividía en: Sacerdote y Regente y en Misterios Mayores se agregaban el Mago y el Rey.
Pensemos por un momento, más allá de la vinculación de cada grado con el hipotético “desarrollo” de ciertas aptitudes en los “hermanos de la logia” (que los harían más “confiables” a efectos de llevar a cabo alguna parte más o menos relevante de un plan), el tremendo poder que tienen en la psiquis los rituales, los símbolos, ciertas palabras pronunciadas de una manera especial, en un entorno especial, por personas consideradas “especiales”.
Este detalle no es menor en tanto mucha bibliografía al respecto lo único que hace es poner de relieve estos acontecimientos como los más importantes en torno al tema de estudio, descuidando y desviando la atención del “interesado” del tema de estudio real que puede resumirse en dos preguntas:
1) “¿Cual es el objetivo real, plan maestro de estas sociedades secretas?”
2) “¿Qué han hecho, hacen y siguen planificando para lograrlo?”
Para algunos, el fin perseguido por los Illuminati a efectos de desarrollar su plan era la “anarquía”.
Así por ejemplo existen documentos en los que Adam Wishaupt afirmaba: “He propuesto una explicación de la Francmasonería, ventajosa desde todos los puntos de vista, por cuanto se dirige a los Cristianos de todas las confesiones, los libra gradualmente de todos los prejuicios religiosos, cultiva y reanima las virtudes de sociedad por una perspectiva de felicidad universal, completa y rápidamente realizable, en un Estado donde florecerán la libertad y la igualdad, un Estado libre de los obstáculos que la jerarquía, la clase, la riqueza, arrojan continuamente a nuestro paso… No tardará en llegar el momento en que los hombres serán dichosos y libres”; mientras que Fabre (un iniciado superior de la Orden) escribía en 1913 en Francia: “Nada de autoridad, así pues, nada de gobierno; nada de leyes, de modo que nada de legislador; nada de familia; nada de sociedad; no más nacionalidades; no más fronteras, no más patrias”.
La Revolución francesa se sostuvo al grito de “Libertad, Igualdad, Fraternidad”.
En América Latina se viene llevando a cabo desde hace años el “Plan Patria Grande” relativo a los inmigrantes.
Paradójicamente, esta anarquía, no procura la libertad del individuo, sino que busca exacerbar el sentido de desamparo que experimentan la mayoría de las personas cuyas existencias se sumergen en este profundo sueño al que llamamos “vida” y entonces conducirlas como ganado al matadero hacia el nuevo programa. Y “paradójicamente”, mientras ello proclaman esa suerte de “anarquía” en aras de la “libertad individual” sus estructuras orgánicas son jerárquicas, donde el premio y castigo son moneda corriente, y con una cabeza conductora por sobre todas las demás.
Mas adelante hablaré sobre el sistema financiero, los Rothchild, Rockefeller, Godsmith, Bush, las Instituciones creadas ad hoc, el control masivo por la publicidad, la drogadependencia, la pornografía, la prostitución, las guerrillas, el terrorismo internacional, el negocio de la salud, las políticas públicas de sometimiento, etc. Ahora quisiera seguir con el ejercicio intelectual de cuestionarnos sobre los elementos de juicio disponibles que nos induzcan a poder resolver cuáles son las “Teorías Conspirativas” y cuáles son las “Teorías Conspiranoicas”, sin perder de vista las Teorías arrojadas ad hoc desde la perspectiva de la ridiculización como herramienta vital para quitarnos de la cabeza cualquier suposición de que “se trata de un plan maestro de dominación”, del que somos marionetas convencidas de lo contrario.
Pensemos por un momento si este planeta no resulta una suerte de cárcel de máxima seguridad donde con excepción de unos pocos privilegiados muy bien entrenados desde su nacimiento, el resto está sometido a una mente condicionada, un programa, un menú básico de opciones dentro del cual cada individuo se maneja y del cual no puede escapar.
Un mundo lleno de mandatos sobre lo que no se puede y no se debe, aunque en la mayoría de los casos resulten lo bastante ambiguos los motivos, donde todos hacen lo que unos pocos deciden que se debe o se puede hacer pero que a su vez, en otras áreas de sus vidas están sometidos a la voluntad o designio de otros sobre lo que tampoco pueden o deben.
Ahora bien ¿no es posible pensar en que una de las “teorías conspirativas” es que somos libres de elegir qué hacer con nuestras vidas, qué comprar, qué producir, qué estudiar, de qué trabajar, qué creer, qué rechazar, qué desear, qué aceptar, qué necesitar y qué no?, por dar sólo algunos ejemplos
Quien ose decir esto, es inmediatamente ridiculizado por el sistema que vuelve a convencer a las personas de que son libres por ejemplo, de elegir entre más de 100 canales de televisión cualquiera de las basuras que ellos quieren que uno mire, para determinar en su mente justamente lo que ellos quieren que uno crea.. Y ahí es donde implementan la ridiculización por ejemplo, diciéndole: “¿pero acaso no ve que Ud, tiene el control absoluto sobre el zaping y puede ver lo que quiera?” . De esa contradicción entre lo que uno “sospecha” y el mandato que le imprimen, empiezan a deformarse las ideas, resultando las famosas “teorías conspiranoicas” donde mucha gente se convence (sin cuestionar la factibilidad de los hechos) por ejemplo que somos dominados por unos marcianitos con forma de reptil muy malos que pergeñan toda clase de actos destinados a jodernos la vida. Al punto tal que si estamos conversando del tema y desde la mesa se nos cae la cuchara, ya no habría que pensar en la fuerza de gravedad terrestre que actuó de manera natural ante nuestro descuido de apoyarla al borde, sino que seguramente serán los marcianitos verdes reptilotes que intentan amedrentarnos. Y si nos manejan por las emociones, lo bien que les irá a estos personajes!!!! Porque del susto es difícil reponerse!!!! Nos controlan todo!!!!.
Bueno, ahí caemos en otra de sus trampas favoritas, las “teorías conspiranoicas” que nos desvían leguas de nuestro tema de estudio.
Retomemos el tema del control por las creencias.
Pensemos en las diferentes ideologías políticas por ejemplo. Nos hicieron creer que la extrema derecha (nazismo) es lo opuesto a la extrema izquierda (comunismo).
La extrema izquierda cree en el poder centralizado, la dictadura y un pueblo descerebradamente rebaño. La extrema derecha cree exactamente lo mismo. La parodia de su lucha no es más que para determinar quienes controlarán qué, de cada aspecto del sistema.
El capitalismo dice diferir del socialismo, sin embargo los dos deterioran al máximo los recursos naturales para beneficiar a unos pocos a expensas de la explotación de muchos. Ambos están convencidos en que el camino para implantar sus ideas es el control centralizado del sistema económico en cuanto a quien toma las decisiones. Asimismo ambos tratan de aniquilar todo aquello que no esté de acuerdo a sus intereses.
Pensemos en la información que nos viene del 99,9 % de los medios periodísticos. Cuando uno quiere tener alguna noción de lo que pasa en el mundo se ve obligado a escuchar a periodistas, especialistas o simplemente opinólogos sueltos de cuerpo que dan la versión oficial del asunto para que se “sepa realmente como deben ser las cosas”, y eso a uno lo tranquiliza porque inmediatamente advierte que nadie quiere meterle ideas raras en la cabeza, que nadie lo toma por idiota, que usted es quien tiene el control de su vida y por tanto es un privilegiado que tiene acceso a “la verdad”.
Pensemos en dogmas religiosos. Partimos de la concepción en todas las grandes religiones de un Dios bipolar o esquizofrénico que según le dé el brote ese día decidirá cuál será su pueblo elegido, o quienes, si los judíos, los católicos, los fundamentalistas, el Islam, musulmanes, los evangelistas, los que se le cruce en gana en un momento, serán los únicos voceros reales de Ël, dueños absolutos de la verdad, en nombre de la cual podrán cometer toda clase de aberraciones contra su prójimo, someter, torturar, matar, destruír, saquear, violar, en fin… al fin y al cabo, son los únicos herederos legítimos.
Debemos entonces entender que la humanidad es realmente libre. Libre de pensar como ellos quieren lo que ellos quieren, de hacer lo que ellos quieren, de vestirse como ellos quieren, de trabajar en lo que ellos quieren, de estudiar lo que ellos quieren, de relacionarse dentro del menú de opciones que ellos quieren, de sustentar el sistema económico que ellos quieren, de morirse por las causas que ellos quieren, por hambre, por falta de políticas de inclusión social, por epidemias o medicación vencida, o por guerras absurdas, por violencia promovida, por la droga… por todo lo que ellos quieren.
Ahora bien, ¿podemos a esta altura de las cosas creer que en aquellas teorías conspirativas a las que ellos tiñieron de conspiranoica ciencia ficción para que dejemos de cuestionarnos, no hay algo de realidad?, digo, ¿No es posible pensar que haya algo más allá de lo que perciben nuestros sentidos?, ¿algo que excediendo este nivel de pensamiento estándar nos colocaría frente a una hipótesis tan escalofriante, que por su calidad de tal no queremos ni enterarnos?
Hay muchas cosas en la historia de la humanidad que no tienen explicación, existen muchos fenómenos donde la ciencia se queda sin respuesta, demasiados indicios como para seguir negando la posibilidad de que este Plan Maestro viene desde mucho más allá de una o varias conciencias humanas. ¿Si nos seguimos cuestionando, no entramos en el álgido terreno de perder de vista la delgada línea demarcatoria entre lo conspirativo y lo conspiranoico?
Sin embargo, ¿no vale la pena acaso?