Política, narcotráfico, y crimen organizado: a 16 años del triple asesinato de General Rodríguez
Una trama de película, que involucra a importantes referentes de la política del kirchnerismo. Por Christian Sanz, desde la redacción de Diario Mendoza Today.
A fines de mayo de 2008, me llamó una fuente de información oficial a efectos de presentarme a un supuesto “arrepentido” en el tema farmacéutico. Sabía que unos meses antes, en Tribuna de Periodistas, el portal que dirijo desde 2003, habíamos publicado una vasta investigación acerca de la mafia que envuelve a algunos de los laboratorios medicinales más conocidos.
Interesado en la propuesta hecha por el informante, arreglamos en encontrarnos al día siguiente en una confitería ubicada en la intersección de las calles Viamonte y Paraná de la Ciudad de Buenos Aires. Allí, la fuente —que llegó con su respectivo chofer— me presentó a la persona que me relataría los pormenores de una supuesta “mafia farmacéutica”. Se llamaba Sebastián Forza y venía acompañado a su vez de un ex empleado llamado Pablo Florentín, luego presentado a los medios como supuesto testaferro.
Nos sentamos los cinco en el lugar central de la confitería y nos dispusimos a almorzar. Forza me había impresionado fuertemente, no sólo por su elegante vestimenta —imposible de costear para un periodista como yo— sino por la seguridad que demostraba en cada una de sus afirmaciones. “Yo trabajé con Rubén Romano, fui socio de él en una empresa llamada Prefarm“, me dijo para quebrar el hielo. “Rompimos relaciones en noviembre de 2007, porque quise abrirme de la joda. A partir de ese momento, no dejo de recibir amenazas”, prosiguió.
Le mencioné entonces que conocía la existencia de Romano y de una causa judicial que lo rozaba por jugosos negociados en el PAMI. “Es una causa que llevó adelante Carlos Stornelli, con quien tengo cierta amistad”, le aseguré para intentar ganar su confianza.
A partir de ese momento, Sebastián comenzó a describir una diabólica trama de corrupción que involucraba a laboratorios medicinales, organismos públicos e instituciones privadas y mostró un miedo reverencial hacia la figura de Aníbal Fernández. Algunas de sus afirmaciones:
-“Hay un fraude descomunal con medicamentos para hemofílicos, especialmente uno llamado Novoseven, es un factor siete (proteína de coagulación). Son medicamentos carísimos que encima son sobrefacturados por los mismos laboratorios (…) Hay que investigar a un tal Javier Gauna, gerente de laboratorios Novo Nordisk“.
-“Otra de las jodas era la de truchar recetas y prescribir de más medicamentos caros, como los oncológicos, contra el SIDA y los propios factores hemofílicos, a ciertos pacientes. Es decir, si una persona necesitaba tres dosis de un remedio, se le prescribían 20. Los 17 restantes eran revendidos en el mercado. (…) En esto estaban prendidos los mismos laboratorios, ciertos funcionarios del Estado y nosotros, los intermediarios“.
-“Grandes negociados se han hecho en la delegación 6º del PAMI, en Mitre y Junín”.
-“Te mentiría si te dijera que no estoy involucrado en esto, pero yo me quiero abrir. El problema es que conocer todo esto pone en riesgo mi vida. Acá no sólo estamos hablando de negociados y sobreprecios, también de adulteración de drogas y manejo de químicos (¿precursores?)”.
-“Un fraude interesante se ha dado entre el Ministerio de Salud y laboratorios Abbott en la provisión de remedios contra el SIDA. Muchos de esos remedios eran revendidos, a sabiendas de los funcionarios”.
-“Laboratorios Roche solía rellenar un remedio para el cáncer de mama llamado Mabthera. Con lo que le ponían, lo dejaban totalmente inocuo”.
-“En algunos robos a camiones con medicamentos están involucrados los mismos laboratorios. Por un lado, cobran el seguro correspondiente. Por otro lado, revenden los remedios a través de un mercado paralelo”.
-“¿Quiénes me amenazan? buscá la solicitada en la que aparecemos todos los aportantes de la campaña de Cristina Kirchner y allí encontrarás los nombres”.
-“Si querés entender cómo es posible todo esto, investigá a algunos funcionarios del ANMAT y empresarios de una empresa fantasma llamada Profarma“.
Es dable mencionar que el temor de Sebastián era más que elocuente y no paraba de decir que lo iban a asesinar por las cosas que sabía. Pocas semanas después, el 7 de agosto de 2008, sus miedos se harían carne: Forza desapareció junto a sus supuestos amigos, Damián Ferrón y Leopoldo Bina para aparecer una semana más tarde acribillado junto a ellos a balazos.
¿Efedrina o medicamentos?
Si bien se habla incesantemente de tráfico de efedrina en torno a la muerte de los tres amigos, la realidad indica —y en esto coinciden la mayoría de los investigadores— que la principal hipótesis debería orientarse a una mafia ligada a la venta ilegal de medicamentos falsificados y eventualmente precursores químicos, totalmente coincidente con los dichos del joven occiso Forza.
A este último justamente es a quien más debería investigarse: pocos saben que tenía una mesa de dinero, tema en el cual estaba involucrado su propio padre. Gran parte de los ingresos iniciales de Forza estuvieron vinculados a este “emprendimiento”, luego engrosados por los jugosos cheques que cobraba por parte de diversos laboratorios medicinales y que cambiaba en diversos instituciones financieras, una de ellas es una cooperativa llamada Créditos Sur, perteneciente al empresario Jorge Fidalgo y presidida por Juan Manuel Manzorro, y Advantage Cooperativa Limitada, del Señor Fernando Caparrós Gómez, ex socio de Fidalgo. Fidalgo y Caparrós operaban depositando en cuentas de Forza o de sus empresas grandes sumas de dinero. En algunos casos, intercambiaban cheques entre ellos mismos para “blanquear” sus operaciones.
En ese marco, nadie entiende cómo es posible que este tuviera una deuda de ocho millones de pesos y estuviera en convocatoria de acreedores. ¿Un gesto para alejar sospechas? ¿Un mecanismo de lavado de dinero?
Por caso, una fuente vinculada a la familia de Forza admitió oportunamente a este cronista: “Todo es raro porque la familia de Sebastián no tiene problemas de dinero. Y muy probablemente en todo esto dejen sola a la viuda para que se encargue de levantar el millonario muerto en deudas”. Otras fuentes, como se verá más adelante, aseguran que debe ponerse el foco en las abultadas deudas de Forza.
Prosigue el informante: “Con respecto a Leopoldo y Damián, Leopoldo se empezó a juntar con ellos hace muy poquito. Leopoldo no era publicista como se decía, sólo trabajaba con su padre que hacía revistas de anuarios o publicitarias para algunas instituciones. Lo que el hacía era revender cosas, relojes, plasmas, zapatillas, lo que sea, él siempre estaba en la última, el último negocio él lo estaba explotando”.
Se sabe que Leopoldo anteriormente se dedicó a la onerosa venta de automóviles y se juntaba con personajes de frondoso prontuario y antecedentes.
La fuente anteriormente mencionada, insiste con las sospechas: “Andaban en algo, Sebastián andaba desesperado por conseguir alguien que invierta en alguna de sus ideas y era capaz de juntarse con cualquiera. Damián le hacía la segunda desde hace rato a Sebastián, pero lejos estaba de tener sus aspiraciones”.
Cada afirmación, genera más sospechas.
Biografía no autorizada de Forza
Sebastián Forza tenía 34 años, era flaco, muy alto y casi siempre se peinaba para atrás. Usaba trajes y perfumes caros, dejó un pequeño hijo llamado Santino y estaba casado con Solange Bellone. Se inició en el negocio de los fármacos como visitador médico —su padre es gerente de laboratorios Gador— y se lanzó con una pequeña distribuidora de medicamentos a metros del hospital Italiano gracias a la plata que su familia le dio, más la que le sacó a la madre de su entonces novia —y hoy viuda— Solange.
La distribuidora —Seacam SA— se dedicaba a intermediar en la venta de medicamentos a obras sociales —en el marco de este negocio aparecen sospechosos contratos con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires—, geriátricos y hospitales. Como solía recibir cheques en forma de pago por sus servicios, solía cambiarlos ante diversas empresas financieras.
Por los desarreglos financieros, muchos especulan que la muerte de Sebastián podría estar vinculada a esta actividad. “Para mí no cabe duda que su muerte y la de sus colegas está relacionada por garcar financieras (sic). Habría que bucear hablando con Caparroz —mencionado más arriba—, que se lo menciona como el Señor Muerte si no le pagás, o con Fidalgo, con prácticas similares“, aseguró una persona muy cercana a la familia.
Luego de casarse con Solange, Sebastián no paró de crecer a nivel económico: camioneta 4×4, casa en Pilar del Este, viajes al Caribe —fue a EuroDisney la semana santa del año 2008—, colegio bilingüe para su hijo y hasta un Mini Cooper de colección.
Al poco tiempo, Sebastián mudó la distribuidora a un lugar más grande y en el cortísimo plazo de tres años generó dinero de manera exponencial. Esto trajo aparejada otra realidad no tan promisoria: pastillas para dormir, adicción al trabajo y maltrato a su mujer —aparecen incluso amenazas con armas—, lo cual derivó en que tuviera que tratarse con un especialista de la salud mental, en este caso el mediático psicólogo Gabriel Rolón.
Los problemas cotidianos empujaron la separación de Sebastián y Solange, pero los ruegos del primero por no ser abandonado —junto a las promesas de cambiar su violenta actitud— prolongaron la relación. El concurso de acreedores estaba a la orden del día: casi 4 millones de dólares, sumado a más de 500 cheques rechazados. Su mujer estaba harta y a la vez convencida de que su status económico —en apariencias pujante— era, puertas adentro, desesperante. “Sebastián seguía armado y librando cheques, nadie podía entender cómo se animó en la última semana santa a viajar a Francia junto a su mujer y su hijo, con todos los problemas que tenía”, admitió una de las fuentes consultadas.
Otros arriesgaban hipótesis más oscuras: si tiene una droguería ¿sólo vende medicamentos o algo más?
A ese respecto, muchos recuerdan su faceta supuestamente “solidaria”, a través de la cual solía jactarse de que donaba medicamentos “a los pobres”, y que siempre lo llamaban de urgencia, para que abriera el negocio y les donara a aquellos que estaban urgidos de medicinas. ¿solidario o proveedor de precursores químicos y otros elementos a narcotraficantes?
“Si hay algo que Sebastián no era es justamente solidario. Cuando su querida suegra se enfermó de cáncer, ni siquiera con las drogas que necesitaba, aún cuando ella lo ayudó financieramente”.
Los sospechosos de siempre
La trama por la muerte de los tres “empresarios” es mucho más compleja de lo que supieron mostrar los medios y tiene concretas connotaciones políticas. Veamos.
Por un lado, hay un vínculo inevitable entre los asesinados en General Rodríguez y los aportes a la campaña de Cristina Kirchner en el año 2007. Sebastián Forza, por caso, admitió que aportó cheques sin fondos a efectos de permitir blanquear dinero de dudosa procedencia.
En segundo lugar, hay un vínculo directo entre Forza y Claudio Uberti, jefe no oficial de recaudación de campaña del Frente para la Victoria. No sólo hay una docena de comunicaciones entre Uberti y Forza, sino que han existido reuniones “sociales” en casa de la secretaria del funcionario, Victoria Bereziuk, a las cuales Forza asistió oportunamente con su esposa Solange Bellone. Esto ha sido admitido hasta por la propia viuda.
En tercer término, se ha comprobado que existe una fuerte relación entre ciertas droguerías y la compra de grandes cantidades de precursores químicos en países de oriente para su exportación a México y Colombia. Esas droguerías pertenecerían a importantes políticos que pondrían al frente a jóvenes testaferros.
Para comenzar a trabajar en serio hay que investigar los acuerdos existentes a partir del año 2005 entre el kirchnerismo y ciertos grupos de narcotraficantes mexicanos y colombianos, con fuertes lazos con ciertas droguerías y farmacias vernáculas. A través de estos acuerdos se aportó dinero sucio a la campaña del Frente para la Victoria.
A cambio, se permitió ingresar al país a una veintena de personajes con profusos prontuarios delictivos —la DEA advirtió sobre esto mucho antes de que aparecieran los tres “empresarios” muertos—, se desmantelaron los radares en casi todo el país, se frenó la sanción de la ley de precursores químicos y se está destruyendo lo que queda del Sistema Informático María merced a la directora Nacional de Aduanas, María Silvina Tirabassi.
En resumen, los nombres que la Justicia debe investigar —y que de alguna manera ya figuran en el expediente— son los siguientes:
–Ibar Esteban Pérez Corradi: es a quien Forza había denunciado en dos oportunidades por amenazas y que la embajada de Estados Unidos ha sindicado oportunamente como el intermediario entre narcotraficantes mexicanos y droguerías vernáculas.
–Marcelo Abasto: titular de droguería Multifarma, también solía amenazar a Forza (1) y ostenta el mismo récord que él, ya que aportó dinero a la campaña presidencial y posee docenas de cheques rechazados por un total de $1.361.872,22.
Abasto tiene campos en Marcos Paz y es amigo personal de Luis Marcelo Tarzia, uno de los detenidos en el “laboratorio” de Ingeniero Maschwitz el 18 de julio de 2008.
Exclusivo: cheque a nombre de Marcelo Abasto
–José Luis Salerno: titular de Farmaz Group y empleador de Damián Ferrón, uno de los acribillados en agosto de 2008. Es uno de los que estuvo en la primera reunión con los narcos mexicanos y luego dejó a Ferrón para que negocie en nombre de él. Detrás de la figura de Salerno se esconde un importante político de la provincia de Buenos Aires.
–Marco Aurelio Lailson: El verdadero jefe de Tarzia y los pobres mexicanos que la justicia encontró en la quinta de Ingeniero Maschwitz.
Rubén Romano: titular de diversas droguerías, una de ellas Romalá, denunciada en el año 2005 por la titular del PAMI, Graciela Ocaña, por diversos negociados. Es a quien Forza sindicó como su “socio” en Megfarm y a quien le temía por supuestas amenazas de muerte.
-Carlos Torres: titular, junto a Héctor Lorenzo, de droguería San Javier, una de las más sospechadas por negociados con medicamentos y fuerte aportante a la campaña de Cristina Kirchner. Asimismo, habría importado grandes cantidades de efedrina en los últimos años.
–Héctor Capaccioli, ex superintendente de Servicios de Salud y su “ladero”, José Luis Salvatierra, interventor del Hospital Francés. Ambos fueron mencionados por Forza como “puente necesario” para hacer ciertos negociados relacionados con los fármacos y han manejado la oscura recaudación de la campaña de Cristina Kirchner en 2007.
Es dable recordar que, si bien Forza apareció como aportante en la campaña de marras, nunca puso dinero, sólo su firma.
–Martín Lanatta: funcionario inorgánico del Registro Nacional de Armas, muy cercano al jefe de Gabinete de Ministros, Aníbal Fernández. Es quien, inexplicablemente, dio permiso de portar armas a Forza y a Pérez Corradi. De este último fue socio en una empresa farmacéutica jamás investigada (1). Fue quien citó —y emboscó— a los tres “empresarios” el día que desaparecieron.
–Guillermo Martinero: un abogado que cambiaba cheques a Pérez Corradi, Forza y otros titulares de firmas sospechosas.
–Los hermanos Marcelo y Diego Colosa: proveedores de la obra social del Hospital Militar y asiduos viajeros entre Perú y Buenos Aires. El nexo entre estos y los demás mencionados es Martinero.
–Ricardo Martínez: Padre del actor Mariano Martínez y uno de los más importantes compradores de efedrina.
–Martín Magallanes: titular de Unifarma y ex socio de los fallecidos Forza y Ariel Vilán.
-Aníbal Fernández: el ex ministro de Seguridad, ex jefe de Gabinete, aparece en las sombras en las declaraciones de algunos de los testigos del expediente judicial. A pesar de ello, jamás ha sido complicado por la Justicia.
En sentido similar, debe investigarse el siguiente croquis de empresas y “empresarios” públicos y privados:
–Seacamp: relacionada a Sebastián Forza. Supuestamente aportó —nunca puso un peso— 310.000 y 70.000 en el 2007. Un dato crucial: Forza está vinculado a todos los mencionados en esta lista.
–Droguería San Javier: está relacionada a Javier Torres, Néstor Lorenzo y el ex agente de la SIDE Julio César Pose.
–Multipharma: está relacionada a Torres y Lorenzo. Estas últimas dos firmas —San Javier y Multipharma— están vinculadas no sólo a los aportes de la campaña, sino también a la adulteración de medicamentos.
–Droguería Urbana: relacionada a Marcos Hendler. Aportó a la campaña y está relacionada a la cuestionada farmacia ubicada en Viamonte 1483.
–Global Paharmacy Service: aportó a la campaña y es auditoria del PAMI gracias a un convenio con la cuestionada firma Siemens. Relacionada asimismo con Farmalink.
–Bristol Park S.A.: aportó a la campaña. Es comandada por Martín Magallanes.
–All Medicine: aportó a la campaña, está relacionada a Néstor Lorenzo.
–Fidei Salud: aportó a la campaña, está relacionada a Néstor Lorenzo.
–Audifarm: aportó a la campaña, está relacionada a Hendler.
–Nucleo Farma: aportó a la campaña, está relacionada a Martín Magallanes.
–Unifarm: aportó a la campaña, está relacionada a Magallanes y Vilán.
–Framaline: aportó a la campaña, está relacionada a Néstor Lorenzo.
–Fharmaz Group: está relacionada a Damián Ferron, la Obra Social de Bancarios, Néstor Lorenzo y Martín Magallanes.
–Droguería Del Plata: aportó a la campaña, está relacionada a Unifarma y San Javier.
–Eglis: está relacionada a Unifarma, San Javier y la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).
–Drogueria Plaza: está relacionada a Unifarma, San Javier y ANMAT.
–Hospital Francés: está relacionado a José Luis Salvatierra —ex interventor del Hospital Francés—, Capaccioli, Lorenzo, y Forza.
–Centro Oncológico De Excelencia (COE): está relacionado con Lorenzo.
Concluyendo
A 16 años del triple crimen de General Rodríguez existen más preguntas que respuestas. Si bien hay profusa evidencia para esclarecer lo sucedido, prevalece un gran temor por parte de la Justicia por el tenor de los nombres que aparecen tras el múltiple asesinato, algunos de ellos vinculados a lo más granado del kirchnerismo.
Sólo de esa manera pueden los resultados que arrojó un expediente que desbordaba de pruebas concluyentes y testimonios reveladores.
Sólo de ese modo puede comprenderse que una mafia tan putrefacta haya ocupado los lugares más relevantes del poder vernáculo.