Un zoólogo británico fue condenado por torturar, violar y matar perros: “Son Juguetes”
En el momento de su detención, las autoridades policiales hallaron ordenadores, teléfonos móviles, cámaras, discos duros externos, armas y juguetes sexuales dentro de su propiedad rural en Darwin, donde también se encontraron restos de animales heridos, cadáveres de cachorros en descomposición y cabezas de perros.
Un tribunal australiano condenó al zoólogo británico Adam Corden Britton, experto en cocodrilos, a diez años y cinco meses de prisión por torturar, violar y matar a decenas de perros, así como por poseer material de abuso sexual de menores.
Entre el 17 de noviembre de 2020 y el 22 de abril de 2022, día de su detención, el académico mató “intencionalmente” a al menos 39 perros, incluidos cachorros, tras torturarlos y violarlos, según los documentos judiciales. El agresor los compró a través de un portal de internet. Los mismos documentos apuntan que Britton violó también a sus dos mascotas, Ursa y Bolt, desde por lo menos 2014, debido a su “interés sádico” zoofílico.
En septiembre, durante la vista celebrada en una sala judicial de Darwin, la capital del Territorio Norte, el juez Michael Grant calificó los delitos de Britton como “inenarrables” y “grotescos”, según detalló la cadena pública australiana ABC. Britton se declaró culpable ante este tribunal por los abusos a animales, así como por acceder y transmitir material sexual.
Las mascotas “estaban bien”
El académico solía enviar fotos a los dueños que por motivos de viaje o trabajo le habían vendido sus mascotas, asegurándoles que estaban bien. Lo hacía antes de acabar con la vida de los animales y de depositarlos en un enorme contenedor lleno de cámaras y dispositivos de grabación que tenía dentro de su propiedad.
A través de un grupo encriptado de Telegram y bajo los pseudónimos Montster y Cerberus, Britton compartía el material que grababa con personas con inclinaciones al maltrato animal y actividades sexuales con animales, de acuerdo a los documentos. Según señala el juez Grant, estaba claro que obtenía “placer y excitación perversos del sufrimiento de estos animales”.
Sin embargo, aunque supuestamente abusara de sus propias mascotas, en otro chat de la misma plataforma de mensajería, el acusado sentenció: “Mis propios perros son familia y tengo límites. Solo maltrato mal a otros perros… No tengo ningún vínculo emocional con ellos, son juguetes puros y duros”.
Numerosas pruebas
En el momento de su detención, las autoridades policiales hallaron ordenadores, teléfonos móviles, cámaras, discos duros externos, armas y juguetes sexuales dentro de su propiedad rural en Darwin, donde también se encontraron restos de animales heridos, cadáveres de cachorros en descomposición y cabezas de perros.
En un grupo de chat, según documentos judiciales vistos por la BBC, Britton admitió: “De niño era sádico con los animales, pero lo había reprimido. Ahora no puedo parar. No quiero”. Además reconoció haber abusado de caballos desde que tenía 13 años.
“Los decepcioné a todos”
Britton escribió una carta desde prisión, leída por su abogado, para expresar su remordimiento. En ella se declaraba culpable y asumió “toda la responsabilidad” por sus crímenes “degradantes”. “Lamento profundamente el dolor y el trauma que causé a familias inocentes y, en consecuencia, a mi familia, amigos y miembros de la comunidad afectada”, añadió.
“Los decepcioné a todos. Lo siento mucho”, continuó en su carta, recogió el medio 20minutos. “Ahora reconozco que he estado luchando contra un raro trastorno parafílico durante gran parte de mi vida. Y esa vergüenza y ese miedo me impidieron buscar la ayuda adecuada que necesitaba”.
Continuó pidiendo que se le diera espacio a su familia para “sanar”, enfatizando: “No eran conscientes ni involucrados de ninguna manera”. Britton prometió buscar un “tratamiento a largo plazo”. Sin embargo, según ABC, el juez Grant no vio remordimiento alguno del condenado. En cambio, aceptó el diagnóstico percibido de zoosadismo de la Fiscalía.