Tras quedar expuesto por Mendoza Today, el empresario lavador decidió darles refugio a personas de la calle
De esa manera, logró lavar su imagen. Hipocresía, medios y hackeo a este diario.
La noticia se anunció a todo trapo: se dijo que “la Ciudad de Mendoza dio un paso significativo en su compromiso con las personas en situación de calle, al llevarse a cabo la firma de un convenio para proporcionarles refugio nocturno durante este invierno”.
En el acto de marras estuvo presente el mismísimo intendente Ulpiano Suarez; también el Padre Marcelo de Benedectis, delegado episcopal para la Pastoral Social del Arzobispado de Mendoza.
“Fruto del trabajo conjunto con el Arzobispado y la Pastoral Social de Mendoza, el sector privado, el Liceo Militar General Espejo y el gobierno provincial, hemos habilitado un espacio para que personas en situación de calle puedan pasar la noche y protegerse del invierno. Esta dolorosa realidad se aborda con acciones concretas y una mirada humana. Por eso, desde la Ciudad agradecemos a quienes se han sumado a este trabajo en equipo”, manifestó el jefe comunal. La épica estuvo de más, a pesar de que el propósito parece bien noble.
La trama detrás de la trama es bien diferente: el dueño del hotel que les abrirá la puerta a los indigentes, debió cancelar algunos de sus curros, que se motorizaban justamente en aquel lugar. Dinero negro y prostitutas. Revelados por Diario Mendoza Today.
Ello impulsó la idea brillante, la de dar refugio a indigentes del Gran Mendoza. Matando dos pájaros de un tiro: por un lado, lavar la imagen del empresario lavador, que quedó expuesto por este medio; por el otro, ocupar aquellas habitaciones, otrora utilizadas para el pecado.
De a poco volverá a la acción, porque así se lo exigen empresarios y políticos que necesitan de sus particulares servicios. No es el único que brinda aquellas facilidades, pero sí el más confiable.
De allí deviene su preocupación, que derivó en el intento de hackeo a este diario, a través de la mano firme de su yerno, Cristian Andrés, pareja de una de sus hijas, Ronit. “El chileno”, le dicen. Porque es oriundo del vecino país.
Dueño de una empresa de importación y exportación que hoy en día investiga la AFIP. Ubicada en pleno centro mendocino. Y testaferro de algunos de los negocios sucios de su suegro.
Dicho sea de paso, pronto se les acabará la impunidad a ambos. A pesar del apoyo de la política y los medios mendocinos, siempre hipócritas.