La clave de los seis Estados: qué dicen las encuestas sobre la contienda entre Trump y Biden
Tanto Obama como Pelosi creen que el empeño de BIden en concurrir a las elecciones podría "destruir" las posibilidades de los demócratas de ganar esos comicios en noviembre.
Tan mal lo ve el expresidente Obama, que ha sugerido en su círculo cercano que Joe Biden debe reconsiderar seguir en la carrera a la Cada Blanca. Nancy Pelosi ha sido más directa y le ha pedido que no lo alargue más y se retire. La expresidenta de la Cámara de Representantes llamó por teléfono a su compañero de partido no para sugerir o hablar con eufemismos. Según la CNN, la congresista instó al presidente de EEUU a abandonar la carrera electoral.
Tanto Obama como Pelosi creen que el empeño de BIden en concurrir a las elecciones podría “destruir” las posibilidades de los demócratas de ganar esos comicios en noviembre. Su argumento son las encuestas. Los sondeos de estos días, los elaborados tras el atentado fallido contra Trump, muestran que Biden no puede derrotarle.
Las encuestas son malas para el actual presidente, pero ¿tanto? Según la media de los sondeos de opinión del momento, el 16 de julio, que ha calculado The Economist, Trump ha subido hasta un 46% de intención de voto y Biden ha bajado tan ligeramente que conserva el 44%.
En realidad, según ese análisis, ni hay tanta distancia ni ha crecido mucho tras el episodio armado de Pensilvania. Por ejemplo, había más distancia entre ambos candidatos, siempre a favor del republicano, el pasado 3 de febrero. Trump tenía entonces una intención de voto del 45% por un 42% de Biden.
El problema de Biden fue el debate de junio
En los últimos meses, el mejor escenario para el demócrata se dio el 9 de abril. Ese día la media de las encuestas hablaba de empate (un 44% para cada uno). De modo que, desde entonces, Trump ha subido dos puntos y Biden… a la vista de los números, Biden no baja y desde hace meses se mantiene fijo en un 44% de los apoyos.
Otra referencia para leer y comparar sondeos en EE UU es 538, una web de la ABC que actualiza la media de cada candidato en las encuestas, teniendo en cuenta la actualidad de cada una de ellas, el tamaño de la muestra, la metodología y los efectos internos. Según su análisis, a fecha 17 de julio, la ventaja de Trump sobre Biden es efectivamente de dos puntos: 42,3% de intención de voto para el republicano y 40,3% para el demócrata.
Las gráficas señalan que tuvo más efecto el debate presidencial de la CNN, aquel terrible desempeño de Biden, que el atentado fallido del pasado fin de semana. El 26 de junio, antes del debate, el reparto era de 41% para Trump y un 40,9% para el presidente. Empate técnico. Pero fue tras el debate que la distancia comenzó a ensancharse en favor del republicano hasta llegar a los actuales 2 puntos porcentuales.
Finalmente, según los promedios de encuestas de Real Clear Politics, la distancia ahora mismo entre Trump y Biden es de 2,5 puntos. La media de las encuestas elaboradas entre 28 de junio y el 16 de julio indica que el republicano ganaría con el 47,3% de los votos, por un 44,8% del demócrata.
Crece la mala opinión sobre Biden
De verdad, ¿ha mejorado la opinión que los estadounidenses tienen de Trump tras el atentado? Puede que los votantes republicanos le veneren aún más, pero ¿y el conjunto del país? Según 538, el porcentaje de quienes tienen una opinión desfavorable era este 17 de julio del 53,9%, por un 41,5% que le ven con buenos ojos. La opinión favorable a Trump no ha variado mucho en los últimos meses y hasta era del 43,6% al inicio de 2024.
El problema de Biden es que en su caso sí crece la opinión desfavorable. Ahora el 57% de los norteamericanos tiene una mala opinión del demócrata y sólo un 38,6% la tiene favorable. Eso sí que ha ido a peor a lo largo de 2024, lo que invita a pensar que el presidente no tiene sólo el rechazo de los votantes republicanos sino de cada vez más hipotéticos votantes demócratas.
Las dudas sobre la capacidad mental de Biden
La última encuesta de AP-NORC se hizo mientras Biden trabajaba para salvar su candidatura dos semanas después de su fracaso en el debate. El sondeo revela que sólo 3 de cada 10 demócratas confían mucho o muchísimo en que tenga la capacidad mental para ejercer eficazmente como presidente. Es una cifra ligeramente inferior al 40% de la encuesta del mismo instituto de febrero. De manera general, siete de cada 10 estadounidenses creen que Biden debería abandonar.
La presidencia se juega en seis estados
El resultado de las elecciones presidenciales probablemente depende de seis estados: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin. En 2020, Biden consiguió ganar en ellos, pero ahora, cuenta Forbes, Trump va por delante en los seis, según los promedios de encuestas de Real Clear Politics:
Arizona: Trump lidera por 5,7 puntos, un aumento de 1,7 puntos desde principios de junio.
Georgia: el republicano sube 3,9 puntos en el estado, casi un punto menos para el expresidente en las últimas seis semanas.
Michigan: Trump mantiene aquí su ventaja más estrecha, 1,3 puntos, de todos los estados indecisos. Sólo uno muestra la victoria de Biden.
Nevada: el candidato republicano ganaría por cinco puntos.
Pensilvania: Trump mantiene una ventaja media de 4,5 puntos.
Wisconsin: el republicano gana aquí por tres puntos, según el promedio de Real Clear Politics (sólo una pone en duda la victoria de Trump).
Vergonzosos ambos
Dice The Economist que “las elecciones serán menos un concurso de popularidad que un referéndum sobre qué hombre creen los estadounidenses que es la opción menos mala“. Tanto es así que el 63% de los votantes está de acuerdo en que tanto Biden como Trump son “vergonzosos”, según una encuesta de Pew recogida por el medio 20minutos.
Incluso un tercio de los partidarios de cada candidato opina lo mismo: el 37% de los partidarios de Biden y el 33% de los de Trump consideran que sus propios candidatos son “vergonzosos”.
En los promedios de las encuestas de 538/Ipsos, gran parte del electorado potencial ve negativamente a cada uno de los candidatos: alrededor de 1 de cada 5 votantes probables eran “doblemente haters”.
Según escribe Geoffrey Skelley en ABC News, este nivel histórico de impopularidad “podría introducir incertidumbre adicional en un entorno de encuestas por lo demás estable, en el que el bajo entusiasmo de los votantes afectaría tanto a la preferencia por los candidatos como, sobre todo, a la participación“.