El periodismo mendocino, el látigo del poder y los resquemores políticos con Diario Mendoza Today
La chatura de Mendoza y la cuadratura del círculo. Por Christian Sanz, director periodístico.
“Te agradezco por difundir nuestro trabajo, pero no puedo tuitearlo porque estamos expuestos a que nos caguen a pedos”. La frase me la dijo un poco locuaz intendente del Gran Mendoza hace unos meses.
Fue luego de que decidimos publicar una interesante gacetilla que promocionaba una “gesta” del distrito gobernado por él. Pero el mandatario comunal no podía darle difusión en sus redes sociales por temor a represalias.
Podría sonar a algo menor, pero es un botón de muestra de los tantos argumentos que recibimos cada vez que intentamos hablar con algún referente del oficialismo mendocino, de primera, segunda o tercera línea.
Por eso se excusan de concedernos entrevistas, todas y cada una de las veces que los contactamos. “No podemos hablar con ustedes”, nos dicen. Sin más.
¿Quién les dice que no pueden? ¿Por qué? ¿Qué es lo que temen? ¿Qué se les pregunte lo que ningún otro medio les pregunta?
Es curioso, porque son contadas las veces que refutan las revelaciones que publicamos, que siempre incomodan al poder local. Generalmente hacen mutis por el foro. O intentan explicar lo inexplicable. Justificar por qué hicieron tal o cual cosa.
Cuando les preguntamos qué les provoca Mendoza Today, sus respuestas gravitan entre el “respeto” y el “temor”. Algunos incluso creen que nuestro interés es hacer daño. Pero no, sólo buscamos informar. Contar lo que nadie más cuenta.
Ello nos hace merecedores de “advertencias” y amenazas de diversa índole. Millones de cartas documento. Ataques feroces a nuestro sitio web. Que nos dejaron fuera de línea durante varios días.
Sabemos quién lo hizo, dicho sea de paso, y vamos por él. Un reputado empresario, socio de tantos otros, afectados por nuestras revelaciones. Que contrató a un célebre hacker al que le dicen “El Chileno”. La venganza será terrible.
Se agradecen las muestras de solidaridad, provenientes de todo el arco político opositor. Ninguno del oficialismo, dicho sea de paso. Sintomático, por cierto.
Se insiste: sólo buscamos hacer periodismo. Algún día lo entenderán, pero se ve que es algo lejano, porque en Mendoza ninguno de los grandes medios lo hace. Apenas sí cuentan lo que el poder quiere que se cuente.
Pero esa no es la labor de la prensa, sino aquello que definió Horacio Verbitsky con enorme precisión, justo antes de convertirse en militante K: “Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa; el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar”.