La ONU, bloqueada por el caso palestino

Por Juan Gasparini, desde Ginebra.

La Asamblea General de la ONU concedió «por un amplio margen de 142 votos a favor, 25 abstenciones y 9 en contra, nuevos derechos y Privilegios a Palestina y pidió al Consejo de Seguridad que reconsidere la petición de Palestina de convertirse en el 194 miembro de las Naciones Unidas». La petición ya fue bloqueada por Estados Unidos el 18 de abril pasado, uno de los 5 miembros permanentes del Consejo de Seguridad, que allí se opone por su poder de veto.(1)

Pese a haber superado los dos tercios de los votos necesarios, con 128 sufragios sobre 193, Palestina continua empero siendo un «Estado observador no miembro sin derecho a voto en la Asamblea General ni en ninguna de sus conferencias. Estados Unidos ha dejado claro que bloqueará la adhesión y la condición de Estado de Palestina hasta que las negociaciones directas con Israel resuelvan cuestiones clave, como la seguridad, las fronteras y el futuro de Jerusalén». (2)

«La votación reflejó el amplio apoyo mundial a la plena adhesión de Palestina a las Naciones Unidas, con muchos países expresando su indignación por la creciente cifra de muertos en Gaza y el temor a una gran ofensiva israelí en Rafah, ciudad donde se han refugiado cerca de 1,3 millones de palestinos».(3) Al tiempo, la Corte Penal Internacional (CPI) estaría por lanzar pedidos de captura contra dirigentes israelíes y de Hamas, por crímenes de lesa humanidad en Gaza.

Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, no se desanima. Cifra esperanzas en una «cumbre» para revitalizar Naciones Unidas en septiembre próximo, que permita «ampliar el Consejo de Seguridad», paralizado por los conocidos vetos de Estados Unidos, ya evocados, y también los de Rusia y China, todos por razones diferentes, al parecer no favorables a incorporar un representante africano, ademas de Alemania, Brasil, India y Japón. (4)

Las reformas que se barajan para desbloquear el obstáculo permanente que paraliza el Consejo de Seguridad van desde eliminar el poder de veto de las 5 potencias que emergieron dominantes de la Segunda guerra mundial en 1945, hasta obligar a esas 5 potencias, a justificar dicho poder de veto ante la Asamblea General, debiendo obtener a tal efecto una mayoría de 128 votos para cada decisión, como se ha anteriormente evocado. (5)

Restarían por adoptar en el concierto de la ONU, medidas financieras de consenso, que consigan superar la fractura entre la mayoría de los Estados Miembros, pertenecientes al llamado «Sud global», acosados por deudas externas impagables, y los países ricos. Podrían articularse nuevas disposiciones del FMI, para que países subdesarrollados, pudieran destinar fondos, por ejemplo a la salud y la educación, que hoy solo sirven exclusivamente a reembolsar las deudas externas. (6)

Haría falta asimismo un refuerzo del presupuesto de la ONU, actualmente insuficiente para financiar el derecho al desarrollo de los países pobres, y las fuerzas de interposición o de paz para apaciguar conflictos internacionales. Esos «cascos azules», creados en 1948, gracias al aporte de militares y civiles, hombres y mujeres de unos 43 Estados Miembros, serian actualmente 73.000. En los últimos 12 años, han perecido en misión unos 12.000, de los cuales 32 cayeron en 2022.

(1, 2 y 3) Noticias ONU, y AP, 10 de mayo de 2024. Votaron en contra de la resolución, Estados Unidos, Israel, Argentina, Chequia, Hungría, Micronesia, Nauru, Palaos y Papúa Nueva Guinea.

(4, 5 y 6) L’Express, Francia, 11 de abril de 2024.

Artículos Relacionados