Christian SanzPortada

👉 Quiénes y por qué operan contra el único denunciante de la cooptación a la Justicia mendocina

Un Quijote moderno llamado Leonardo Pasccon, acosado mediáticamente por animarse a rascar el fondo de la olla.

El único secreto de una operación de prensa, cualquiera que fuere, es que “no se note”. Esto es, que parezca una noticia periodística. Para lograrlo, aquel que se anime a la “operata” debe hacerlo solapadamente, con alguna información veraz, mezclada con el dato que se busca “colar”.

A nivel local, hay dos ejemplos claros y cabales respecto de lo que NO se debe hacer a la hora de avanzar en aquel sentido. Es el trabajo que llevan adelante Mendoza Post y Memo-lotudo, ambos medios pertenecientes a la empresa Plataforma Digital SA.

No son los únicos que operan, desde ya, pero son los que peor lo hacen. Ayer nomás hubo un claro botón de muestra al respecto, a través de la columna “Quincho”, donde se suelen dirimir cuestiones privadas como si fueran situaciones que le atañen a la ciudadanía. Al respecto, el analista del discurso neerlandés Teun Van Dijk lo define como “publicidad burguesa”.

Respecto de esto último, es curioso que el Post haya “colado” en su Quincho un párrafo que nada tenía que ver con lo que se venía hablando. Demasiado obvio, como se sostuvo.

Allí se habló sobre las presuntas trapisondas del abogado Leonardo Pasccon, “que estaría comiendo de los dos lados del mostrador,  representando a una víctima y también a (Giovanni) Caroglio”, el “Cositorto” mendocino.

No es intención de quien escribe estas líneas defender al letrado al cuestión ni mucho menos —quien, dicho sea de paso, adelantó la opereta hace un mes en un escrito presentado ante la Magistratura local—, pero sí aclarar algunas cuestiones que subyacen detrás de lo publicado por el Post, que refieren al republicanismo mendocino.

Antes, debe explicarse que el abogado Pasccon representó a una víctima de Caroglio y ha aportado a este cronista data de sobra sobre el expediente en cuestión. Más aún, explicó cómo debe manejarse el fiscal Hernán Ríos para lograr que el curro de Caroglio no quede impune.

Es todo un tema, porque el funcionario judicial solo ha puesto el foco en el incombustible Giovanni -lo cual es correcto- pero nada ha hecho respecto de Walter Vázquez, verdadero factótum de la estafa piramidal mendocina.

Tampoco se entiende la liviandad del fiscal Ríos respecto del chileno Hans Dieter Breuer, a quien le concedió la prisión domiciliaria a pesar de que un peritaje aconsejaba lo contrario.

Es una trama densa, con centenares de damnificados que esperan que se haga justicia para poder cobrar grandes cantidades de dinero que aportaron oportunamente. Se detallará en un futuro próximo.

Ahora, lo importante es lo otro, lo que ha expuesto Pasccon, que deja en evidencia cómo se manipula la Justicia en Mendoza. Lo ha hecho a través de media docena de denuncias cargadas de documentos probatorios. Allí abundan audios y chats de Whatsapp.

¿Qué onda Mendoza Post y Memo-lotudo acerca de ello? ¿Por qué ni una sola línea escrita en sus portales siendo que ello sí es un tema periodístico que urge contar?

Y afloran más y más preguntas. ¿Tanto les piden? ¿Que se bajen los pantalones? ¿Cuánto les pagan por ello?

Ciertamente, algo huele mal en Mendoza. La política ha infestado al Poder Judicial. Marcelo D’Agostino, Sebastián Soneira y otros tantos bravucones avanzan sin prisa, pero sin pausa para imponer sus tujes allí.

Pero lo importante no es ello, sino destrozar al único que lo está revelando. Un Quijote moderno, contra mil molinos de viento.

Una imagen vale más que mil palabras. A quien le quepa el sayo, que se lo ponga…

Diario Mendoza Today

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