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Hamas en Moscú, la renuncia de Guterres y la amenaza de la guerra nuclear

El Buró Político de la organización islámica palestina fue convocado por Rusia para considerar la liberación de centenares de rehenes, algo que Israel rechazó al igual que repudió los dichos del secretario general de la ONU sobre el contexto histórico en que se da el conflicto y el temor a una mayor escalada que arrastre a otros países al conflicto en Medio Oriente. Por Hernando Kleimans, Agencia Télam.

Abu Marzuk, miembro del Buró Político de Hamas, fue convocado este jueves por Moscú para considerar la liberación de los más de 200 rehenes que el movimiento fundamentalista islámico retiene en la Franja de Gaza, arrasada por los bombardeos israelíes.

Según la información del MID (Ministerio de Asuntos Extranjeros de Rusia), la reunión desarrollada este jueves entre Marzuk y representantes diplomáticos del Kremlin, fue una “continuación de la línea rusa para la liberación inmediata de los rehenes extranjeros ubicados en la Franja de Gaza, y las cuestiones relacionadas con la garantía de la evacuación de ciudadanos rusos y extranjeros del territorio del enclave palestino”.

Es posible que la convocatoria haya sido efectuada en la reciente reunión mantenida en Qatar con los dirigentes políticos de Hamas por el vicecanciller ruso Mijaíl Bogdánov, según lo informó este jueves mismo el diplomático, mientras se desarrollaba la reunión moscovita con Marzuk.

Bogdánov aclaró que en Qatar las partes discutieron el destino de los prisioneros. Los representantes qataríes en la reunión pidieron al grupo palestino que acelerara el ritmo de liberación de los rehenes israelíes y extranjeros, incluidos mujeres y niños.
Fuentes diplomáticas rusas admitieron que “los qataríes están liderando este proceso, pero no todo les está saliendo bien. Moscú quiere comunicarse directamente con los representantes de Hamas y, de ese modo, presionarlos para que liberen a los rehenes”.

En el gran edificio del MID, en la céntrica Plaza Smolénskaia, voceros del ministerio confirmaron “la posición inmutable de Rusia a favor de la implementación de decisiones bien conocidas de la comunidad internacional, incluidas las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de la ONU, que prevén la creación de un Estado palestino soberano dentro de las fronteras de 1967 con su capital en Jerusalén Este y coexistiendo en paz y seguridad con Israel”.

De acuerdo con lo informado por el vocero presidencial Dmitri Peskov, Vladímir Putin no tiene previsto reunirse con la delegación de Hamas. Sin embargo, en una conferencia con representantes de todas las religiones acreditadas en Rusia, Putin calificó el enfrentamiento como una “catástrofe humanitaria” y afirmó que también concierne a Rusia, pues “todos en el país siguen con alarma y dolor la trágica situación en Tierra Santa, cuyo significado es sagrado para cristianos, musulmanes y judíos, seguidores de las religiones tradicionales más importantes del mundo”.

Putin advirtió que algunas fuerzas están tratando de provocar una mayor escalada y arrastrar a otros países al conflicto en Medio Oriente. “Quieren desatar una verdadera ola de caos y odio mutuo fuera de la región”.

En el Consejo de Seguridad de la ONU el secretario general Antonio Guterres condenó la agresión de Hamas pero al mismo tiempo recordó que el ataque no ocurrió de la nada. “No se pueden justificar las muertes, las heridas y los secuestros de pobladores -afirmó- del mismo modo que no se pueden justificar los ataques con cohetes contra objetivos civiles en Gaza” y recordó que el pueblo de Palestina “vivió bajo una ocupación asfixiante durante 56 años”.

Esto provocó una dura reacción desde Tel Aviv y sus voceros diplomáticos reclamaron la renuncia inmediata de Guterres.

Fuentes diplomáticas en Moscú argumentaron que los representantes de Hamas procuran el respaldo de Rusia y China, como pilares de organizaciones internacionales como los BRICS y la OCSh, en su enfrentamiento con Israel. De hecho, en el Consejo de Seguridad de la ONU se libra una fuerte disputa entre la posición asumida por los EE.UU y sus aliados, y la que sustentan Rusia y China.

Los países del bloque anglosajón rechazaron la propuesta consensuada conjuntamente por Brasil y Rusia, que reclamaba el inmediato cese el fuego, la liberación de los rehenes y condenaba el ataque de Hamas y los bombardeos israelíes a la población civil.

Por su parte, Rusia y China bloquearon la iniciativa norteamericana, que sólo condenaba la agresión pero nada decía sobre el alto el fuego. Según los representantes chino y ruso en el CS de la ONU, esa declaración dejaba la puerta abierta para la violenta represión israelí.

Hamas agradeció a Beijing y Moscú esta decisión. Ismail Haniyeh, líder del Buró Político del movimiento, afirmó que “aprecia mucho la posición de Rusia y China en el Consejo de Seguridad y su ruptura de la resolución estadounidense, que está del lado de la ocupación”.

El presidente estadounidense Joe Biden anunció hoy que había pedido al Congreso nuevas partidas financieras tanto para Ucrania como para Israel, algo que todavía no ha sido aprobado por la Cámara de Representantes, desde ayer dirigida por Mike Johnson, un republicano de estrecho contacto con el expresidente Donald Trump, claro crítico de estos préstamos de Washington tanto a Kíev como a Tel Aviv

Sin embargo, el actual habitante de la Casa Blanca, en una conferencia de prensa ofrecida hoy afirmó que “Israel tiene el derecho y, yo añadiría, la obligación de responder a la matanza de su pueblo. Proporcionaremos a Israel todo lo que necesita para defenderse de estos terroristas”, afirmó Biden, añadiendo que Estados Unidos “lo garantizará”.

Este respaldo norteamericano ha generado el endurecimiento en las posiciones israelíes, cuyas tropas blindadas hoy invadieron el norte de Gaza. Ibrahim Kraishi, representante permanente de Palestina ante la ONU en Ginebra, denunció que el ejército israelí utilizó municiones con fósforo blanco en este ataque. Según datos de Human Rights Watch, las mismas municiones prohibidas fueron utilizadas durante el bombardeo de zonas pobladas en el sur del Líbano.

Como consecuencia de estos ataques israelíes, aumentó la tensión entre el gobierno de Beniamin Netanyahu y los presidentes ruso Putin y chino Xi Jinping, pese a que en los últimos tiempos se habían incrementado los contactos entre los mandatarios.

Andréi Zeltyn, profesor titular de la Escuela de Estudios Orientales en Moscú, uno de los expertos rusos más prominentes, afirmó que “Israel no escuchará a nadie que no lo apoye directamente. Por lo tanto, hoy casi nadie puede detener a Israel. Aunque todavía no han iniciado una operación terrestre, porque los estadounidenses los están frenando bastante”.

Tras comentar que la reunión de los dirigentes de Hamas en Moscú fue a instancias del Kremlin, Zeltyn se mostró pesimista con respecto a la apertura de negociaciones con Tel Aviv. “Los israelíes no están negociando y no negociarán. Y no escucharán a nadie. Nadie puede convertirse en mediador”, aseguró.

En consonancia con este juicio, Israel ya manifestó su disgusto por la visita de los dirigentes de Hamas a Moscú. La cancillería israelí afirmó que “Israel considera esta invitación a los líderes de Hamas a Moscú como un paso indigno” y reclamó al gobierno ruso que expulse a la delegación.

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