Este martes, el contador General de Las Heras, Javier Tolin, renunció a su cargo a través de una carta con duras críticas hacia el intendente Daniel Orozco.
Según el ahora ex funcionario su decisión “sobrevino con las situaciones generadas en la última liquidación de haberes del municipio”, en mayo, en el cual “quedó expuesta la desidia administrativa hacia la función pública, y la falta de interés por las responsabilidades instituidas por nuestro derecho positivo”.
Amén de lo suspicaz de su decisión, a menos de una semana de las PASO mendocinas, debe recordarse que Tolín fue eyectado del municipio de Guaymallén en junio de 2017 en medio de acusaciones de corrupción. Quien lo hechó de su cargo de director de Administración fue el mismísimo Marcelino Iglesias.
Se dijo entonces que Tolín fue despedido en muy malos términos. Desde el FIT señalaron que el malestar se generó porque algunas versiones indican que Tolín había empezado a “meter gente por todos lados”. Además señalaron que aparentemente en algunos casos otorgaba beneficios como la mayor dedicación a algunos empleados solicitando un porcentaje a cambio del favor.
“Hacía un manejo discrecional de ítems remunerativos y pedía comisiones por lo que daba”, acusaron en aquellos días desde el FIT. Además lo acusaron de “meter mano” en los barrios privados.
En el marco de las suspicacias de rigor, cabe preguntarse: ¿Hubiera renunciado Tolín con tan duras críticas a Orozco si este último no hubiera abandonado las filas de Cambia Mendoza para irse con Omar De Marchi?
Su renuncia es pertinentes, y sus críticas también. Lo que llama la atención es el momento elegido. Los que saben aseguran que en política, no existen las casualidades.
