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Turquía se juega “una nueva era” en las elecciones de este domingo

Erdogan, pese al esfuerzo de la alianza liderada por Kemal Kilicdaroglu, se quedó el pasado 14 de mayo a escasas cinco décimas de ganar las elecciones en la primera vuelta.

Turquía amanece este domingo engalanada para una de las jornadas electorales más decisivas de su historia. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se enfrenta a una oposición fuertemente unida cuyo gran objetivo es desbancarle.

Erdogan, pese al esfuerzo de la alianza liderada por Kemal Kilicdaroglu, se quedó el pasado 14 de mayo a escasas cinco décimas de ganar las elecciones en la primera vuelta. Ambos candidatos se vuelven a enfrentar después de dos semanas de una dura campaña centradas en acusaciones de corrupción, acogida de refugiados y fraude electoral. El resultado de este domingo marcarán el devenir de una Turquía donde el ganador ya apunta a “una nueva era” en el país.

El 28 de mayo nos uniremos en torno al ‘siglo de Turquía’ y seguiremos nuestro camino hacia una Turquía grande y poderosa. Abramos juntos las puertas a una nueva era“. Con esta contundencia se ha referido Erdogan a la nueva votación. En la primera vuelta el actual presidente consiguió el 49,5% de los votos frente al 44,9 % de la oposición, con una diferencia de 2,5 millones de votos de ventaja (en un país de cerca de 85 millones de habitantes).

La derrota en la primera vuelta significó un golpe moral para la oposición, que las encuestas daban como vencedora antes del 14 de mayo. Consciente de la necesidad de una movilización sin precedentes, Kiliçdaroglu ha pedido a “todos sus hermanos y hermanas” que vayan a las urnas que se pregunten si Erdogan ha hecho algo bueno por el país en estas dos décadas en el poder.

Umut Özkirimli, investigador senior asociado en CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs), reconoce a 20minutos que estas elecciones “son las más importantes de toda la historia de la República“, ya que “podrían decidir si Turquía será una democracia o no“.

Aunque reconoce que es difícil considerarla como tal en este momento. Con el paso de los años, sobre todo desde el intento de golpe de Estado de 2016, el viraje autoritario de Erdogan ha sido más notable. Ese hecho fue utilizado por el presidente para hacer una gran purga no solo en el Ejército, sino también en la judicatura y la administración.

La oposición cuestiona la limpieza de las votaciones

Otra de las críticas que ha recibido en la última década Erdogan es la falta de transparencia durante las sucesivas elecciones. En esta ocasión, la alianza opositora ha apuntado que el pasado 14 de mayo se vivieron irregularidades que habían empañado la jornada.

El partido de Kiliçdaroglu, el socialdemócrata CHP, el mayor de la oposición en Turquía, ya ha anunciado que impugnará los datos de miles de urnas tanto de las elecciones presidenciales como de las parlamentarias.

A veces la diferencia es de un voto, a veces de diez, a veces de cien. Haremos seguimiento a cada voto, aunque no afecte al resultado final“, ha dicho el vicepresidente del CHP, Muharrem Erkek.

Se trata de discrepancias entre el acta electoral firmada en el colegio tras el conteo y los resultados que aparecen en el sistema digital de la Comisión Electoral (YSK). Por ello, impugnarán el conteo de algo más de 2.000 urnas en el caso de las elecciones presidenciales y casi 5.000 de las parlamentarias, es decir el 3,6% de las utilizadas.

Las elecciones no fueron justas, pero eso ya lo sabíamos“, afirma  Özkirimli. “Solo porque la gente pueda votar y hay una posibilidad, aunque sea ligera, de que tu posición pueda ganar, no significan que fueran justas. No sabemos cómo pudo votar la gente en las zonas del terremoto, ni la del sudeste y entre uno y dos millones de votos no están contabilizados”, añade.

El propio Kiliçdaroglu instó este jueves a sus seguidores que “defiendan las urnas” y eviten que se manipulen. El opositor reconoció que es un “deber moral y nacional participar en las elecciones e impedir peligros“, por lo que los colegios los vigilaran “al menos un millón de personas”.

Erdogan y Kilicdaroglu, a la búsqueda de apoyos

Tras acabar la primera vuelta tanto Erdogan como Kilicdaroglu se lanzaron en búsqueda de apoyos fuera de su órbita ideológica con el objetivo de arañar los votos que les faltan para hacerse con la presidencia.

El líder ultraderechista turco Sinan Ogan, tercero en la carrera presidencial del pasado 14 de mayo, ha declarado su apoyo al actual presidente. Guillem Farrés, profesor de Derecho y Ciencias Políticas y experto en relaciones internacionales de la UOC, sostiene que “estaba bastante claro que se aliara con Erdogan, porque es el más próximo políticamente” y apunta a que “seguramente sacará algo a cambio e intentará reforzar su posición”.

Aunque Erdogan ha insistido en que no ha negociado nada para conseguir este apoyo, lo cierto es que durante su encuentro con Ogan se abordó el proceso de repatriación de refugiados sirios. Este ha sido un apoyo que acerca al presidente turco a la reelección, dado el escaso margen con el que perdió el pasado 14 de mayo y que Ogan recibió en primera vuelta más de un 5% de los votos.

La cuestión de los refugiados ha sido también utilizado por el propio Kilicdaroglu, que ha acusado al presidente de haber negociado con terroristas en el pasado, de abrir las fronteras de Turquía a 10 millones de refugiados y convertir el país en un santuario para narcotraficantes.

En cuanto yo llegue al poder, enviaré a todos los refugiados a casa“, aseguró Kiliçdaroglu, que ha recibido fuertes críticas en el exterior por este tipo de declaraciones, en las que ha dado datos que no están contrastados por organismos internacionales. Naciones Unidas apuntan a que el número de refugiados ronda los cuatro millones.

Consciente de que para remontar en los comicios de este domingo debe acercarse a este tipo de posturas, Kiliçdaroglu ha endurecido sus posiciones en estos días, consiguiendo incluso el respaldo del líder de extrema derecha del Partido Victoria, Umit Ozdag, que ha pedido a sus votantes que le apoyen. “Si quieren que sus hijos estén seguros, que apoyen las políticas y a los políticos que enviarán a trece millones de refugiados a sus hogares en las elecciones. Voten por Kiliçdaroglu“, dijo en un mitin conjunto.

¿Última oportunidad de la oposición?

Las semanas previas al 14 de mayo parecía que la oposición daría la sorpresa, sin embargo los resultados de la primera vuelta respondieron a la normalidad de las últimas décadas en el país: Erdogan siempre gana. O por lo menos eso es lo que ha querido vender el actual presidente.

Parte de la sociedad turca se ha dividido entre votar por el Gobierno que, pese a llevarles a una situación económica limite (con una inflación de casi el 50%), creen que tiene los mecanismos para sacarles de ahí; o a una oposición que une a partidos muy diversos ideológicamente pero que podría devolver al país a la senda del histórico laicismo aperturista turco.

Esa gran alianza de partidos era un factor de esperanza, ya que, en vez de estar peleados, como era habitual, se había conseguido establecer una amplia oposición que podía confrontar o cuestionar a Erdogan“, afirma Guillem Farrés.

La Alianza Nacional liderada por Kiliçdaroglu congrega a seis partidos (llamados la mesa de los 6) de diverso signo político, pero con un manifiesto ya aprobado con objetivos comunes que disipen las dudas sobre la gobernabilidad de un Ejecutivo con tantos partidos.

Una de las dificultades que ha tenido posiciones es hacer creer que pueden ganar, porque también hay un sentimiento de desesperanza en los sectores alternativos a Erdogan“, reconoce Farrés, que considera que “no se ha conseguido ilusionar del todo“.

Los turcos saldrán este domingo a votar. La oposición busca darle la vuelta a unos resultados que apuntan a una victoria de Erdogan, que no pierde unos comicios desde que se presentó a la alcaldía de Estambul en la década de los noventa. La jornada de este 28 de mayo estará marcada, una vez más, por la observación del propio proceso electoral. Y por unos resultados que definirán esa “una nueva era” de Turquía. Un país fundamental no solo en la región, sino en todo el mundo.

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