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En La Pampa, Alberto Fernández confundió El Baqueano con Portezuelo del Viento y advirtió: “Mendoza no puede hacer nada”

Por momentos, el presidente de la Nación pareció confundir El Baqueano con Portezuelo del Viento.

El presidente Alberto Fernández aseguró que el oficialismo no “está muerto” y apuntó contra el precandidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei. Lo hizo en un acto en Santa Rosa, La Pampa, junto al flamante gobernador reelecto, Sergio Ziliotto.

“Estamos en un momento en donde toda la prédica es que estamos muertos, que no tenemos ninguna posibilidad de ganar. Ha aparecido un personaje que dice barrabasadas; quiere privatizar las calles de las ciudades; dar libertad a cada uno para vender sus órganos y vivir de ese dinero; que dice que hay que derrumbar el Banco Central y dolarizar la economía“, sostuvo el mandatario.

Preguntado por la obra El Baqueano, el jefe de Estado se mostró errático, confundiendo esa obra con Portezuelo: “Yo ahí dicté un laudo y dije que hay que hacer los efectos… el impacto ambiental que pueda generar en las 5 provincias sobre el Río Atuel y el Colorado” (sic). Mientras, Ziliotto trató de “soplarle.

Acto seguido, agregó: “Objetivamente Mendoza no puede hacer nada porque hay un laudo que se ha pedido ya salió y está esperando un impacto ambiental“.

Ante la insistencia de los periodistas, Alberto insistió: “Hay un sistema establecido que requiere el laudo del presidente, lo pedí, ya está, cumplanlo”.

El Baqueano es un eslabón de una larga cadena elaborada en los últimos años para una Mendoza sostenible de aquí a medio siglo: desde la inauguración del dique Potrerillos, en 2003, no se habían vuelto a generar fuentes de energía eléctrica en la provincia. Hoy se han sumado más de 150 megavatios con Pequeños Aprovechamientos Hidroeléctricos, paneles solares, parques fotovoltaicos como el PASIP y energía térmica como la que produce Anchoris.

Con esta obra, Mendoza aumenta 15% la capacidad del embalse del Complejo Diamante, instalando 120 MW de potencia, capaces de abastecer a unos 60 mil hogares.

Además, crea un nuevo polo turístico, con la apertura de la ruta del Cañón del Diamante y la conexión entre Malargüe y San Rafael mediante un camino que tendrá un atractivo paisajístico único en Argentina. Con una inversión de 525 millones de dólares, se crearán solo en la construcción de la represa 800 empleos directos y cerca de 1.500 empleos indirectos.

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