✌️ Acerca de la política miserable, los gastos superfluos de los candidatos y la Mendoza relegada

Si bien la responsabilidad de gobierno a nivel nacional es del oficialismo, la democracia exige la participación de la oposición para controlar y evitar abusos de poder. Esta semana vimos que la Corte Suprema de Justicia reclamó sobre la desmesurada fabricación de moneda en nuestro país, tema que debería preocuparnos a todos los argentinos y principalmente a los partidos de oposición, más teniendo en cuenta que en un año electoral como éste, mucho dinero corre para fines políticos en detrimento de mejorar servicios en salud, educación e infraestructura por ejemplo.

No se debe estar permanentemente en campaña electoral en tiempos tan difíciles como los actuales y más sabiendo que la misma comenzó demasiado anticipada, recordemos que en abril de 2022 varios postulantes la iniciaron y continúan abarcando todo el 2023. Mientras el Congreso casi no trabajó, el Ejecutivo en estado de “pausa” y la sociedad en calma mientras sigue el festival de planes sociales con privilegios para los que no quieren trabajar.

Todo está mal en Argentina. Fanatismo político como no se ha visto nunca en el país, actos de campaña todo los días y nadie informa de donde salen los fondos para ello. Dinero del erario público que pasa de un municipio a otro en la provincia de Buenos Aires; un candidato político de Ciudad de Buenos Aires que dispone de una partida para hacer campaña en el “interior” del país. Esos dineros dejan de brindar los servicios y pasan a ser “gastados” en contínuos actos proselitistas para prometer cosas que, aún siendo gobierno en esos distritos desvian fondos que deben ser muy bien dirigidos.

Esto atraviesa a todos los partidos por igual y son rarísimas las excepciones a este ambicioso proceder.

El gobierno nacional piensa que está haciendo bien las cosas y eso es porque su proceder es mantener a todos los de su línea de pensamiento, así vemos que las provincias afines (Formosa, Chaco, Santa Cruz, etc) reciben contínuamente más fondos que las que quieren progresar (Mendoza, Entre Ríos, etc). Las primeras son provincias cómodas cuya principal característica es la de tener empleados públicos “súper numerarios” total la mala distribución de la perversa coparticipación federal actual las mantiene.

Lo mismo ocurre con los municipios donde vemos que los partidarios del gobierno nacional reciben partidas que pasan de un municipio a otro sin control a la vista, ejemplo Quilmes con La Matanza en Buenos Aires o más cercano a Mendoza, los municipios de Santa Rosa o La Paz entre otros, con partidas en gastos superfluos como los vemos contínuamente en detrimento de otros que reciben a cuentagotas.

Es doloroso ver que en estos tiempos tan difíciles donde la atención en salud está resentida, con récord de pobreza como nunca, hay reparticiones públicas que renuevan los celulares de los funcionarios por los de última generación o compra de vehículos de alta gama y hasta drones que se estrellan en el primer vuelo. El gasto en supuestos planes sociales desmesurados, producen un “agujero negro” en nuestra economía y la oposición sigue inmutable.

Estamos viviendo un tiempo de política miserable con gastos infinitos en eternas campañas electorales y no se ve cordura en los actos de gobierno del oficialismo y se nota mucha tibieza en el proceder de la oposición en cuanto a controlar dichos actos como manda la constitución.

La Argentina merece una dirigencia que esté a su altura y no necesita personalismos que se sientan superior a ella. Quien no cumpla esa condición debería dar un paso al costado y permitir que alguien más capacitado vele por el honor de la Nación.