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No hay avances en el Congreso sobre los proyectos que buscan reducir la jornada laboral

Hugo Yasky, Claudia Ormaechea, Mariano Recalde y Nicolás del Caño son solo algunos de los que presentaron proyectos en ese sentido.

El líder de la CTA de los Trabajadores y diputado nacional oficialista, Hugo Yasky, adelantó la última semana que en los próximos días se comenzaría a tratar en la Cámara baja la reducción de horas en la jornada laboral.

El dirigente habló puntualmente de dos iniciativas, una suya y otra de su par Claudia Ormaechea, dirigente de la Asociación Bancaria. En su caso, él propone reducir la jornada laboral de 48 horas, que es el régimen actual, para pasarlo a 40 horas, sin reducción salarial. De modo tal que el máximo de horas diarias sea de 8 horas y el máximo semanal, reiteramos, 40. En el caso del proyecto de Ormaechea, ella plantea una reducción a 36 horas.

Sin embargo, fuentes de la Comisión de Legislación del Trabajo consultadas por parlamentario.com aclararon que no está previsto allí el inicio de ese debate, sino que el mismo arrancaría en el Senado.

Con todo, allí tampoco pudieron encontrarse precisiones. En la Comisión de Trabajo y Previsión Social que preside la senadora Juliana di Tullio aclararon que no había información sobre el inicio de ese debate y que además la comisión todavía debía ser conformada.

Como sea, si el debate del tema finalmente avanza desde ese lado del Congreso, sería con el proyecto que acaba de presentar el senador kirchnerista Mariano Recalde.

El legislador porteño presentó la semana pasada una batería de iniciativas para “introducir mejoras en el mundo laboral”, y precisamente una de ellas busca unificar en un Código del Trabajo las normas para disminuir la jornada semanal a 36 horas.

El senador kirchnerista propone una reducción de la jornada de trabajo de 48 a 36 horas semanales, con el objetivo de fomentar la semana laboral de cuatro días. En ese sentido, sostuvo que disminuir la jornada de trabajo “incrementa la productividad, disminuye costos empresarios y accidentes, y permite una mejor distribución del empleo, así como de la conciliación entre la vida personal y laboral”.

El senador Recalde encuentra en su propio padre un inspirador para sus propuestas. El exdiputado Héctor Recalde fue autor de numerosas iniciativas en ese sentido y hablaba de una “repartición del trabajo”, y consideraba que “limitar la jornada laboral y evitar la sobreocupación de trabajadoras y trabajadores promueve la contratación y generación de nuevos puestos de trabajo”.

Está claro que en un año electoral, y sobre todo con las características que ha asumido el Congreso en este tiempo, con un oficialismo en minoría en ambas cámaras, se dificultaría semejante debate. Aunque podría valerle al oficialismo el esfuerzo de avanzar con esa discusión para vincularla incluso a la campaña electoral.

Más allá de la escisión que sufrió el interbloque Frente de Todos en febrero pasado, el oficialismo contaría con el número para hacer avanzar un proyecto de ese tipo en la Cámara alta.

En Diputados hay más proyectos que los ya citados. El de Yasky, data del 4 de marzo del año pasado, en tanto que el de Ormachea es de dos días antes y prevé una reducción de horas mayor que el otro.

Pero hay otras iniciativas que permiten albergar expectativas de que este sea un debate que más temprano que tarde pueda llegar a darse. Sobre todo porque no solo el oficialismo ha impulsado estas propuestas.

Hay un proyecto de julio del año pasado que fue presentado por Sergio Palazzo, y establece una jornada diurna de hasta un máximo de 8 horas, en tanto la jornada semanal no exceda de cuatro días.

La izquierda también tiene propuestas en ese sentido. Nicolás del Caño presentó el 9 de septiembre pasado un proyecto para reducir la jornada de trabajo a 6 horas diarias y 30 semanales. Hay también en el mismo sentido un proyecto de Eduardo Valdés para que la duración de la jornada de trabajo no exceda de 6 horas o 30 semanales. Y para contemplar eventuales aliados para un debate, hay que citar también el proyecto que el socialista Enrique Estévez presentó el 15 de marzo pasado para reducir la jornada laboral a 36 horas semanales, al tiempo que establece que las horas suplementarias no puedan exceder las 30 horas mensuales y las 200 horas anuales.

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