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Alerta dengue: cómo es la técnica de insecto estéril que lleva adelante un instituto en Mendoza

Hasta el momento, se registran 48 muertos y más de 67 mil afectados en la Argentina. Tras comprobar su efectividad en el control de la Mosca de los Frutos, el ISCAMEN avanzó y superó con éxito las fases de laboratorio con respecto al mosquito Aedes aegypti. Cuándo se podría aplicar a nivel nacional. Por Romina Cansler, Infobae.

El 2023 es un año que marcará un triste récord en lo que se refiere al dengue. Es que, hasta el momento, se registran 48 muertos y más de 67 mil afectados, con circulación viral en 15 jurisdicciones, según el último Boletín Epidemiológico Nacional del Ministerio de Salud de la Nación. El principal responsable, además del propio virus, es el mosquito Aedes aegypti, quien se comporta como un vector de contagio. Es por este motivo que este zancudo también es foco de ciencia, ya que si se reduce su población, también caen las chances de transmisión.

Quienes levantaron el guante en esta lucha fueron los expertos del Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza (ISCAMEN), quienes ya lograron importantes resultados en su lucha contra las Moscas de los Frutos en Mendoza mediante la Técnica de Insecto Estéril (TIE). Este método se trata de un control biológico que propone la utilización de insectos para controlar su propia población.

Para explicarlo de forma sencilla, esta técnica “consiste en la cría masiva de insectos de una especie a los que se esteriliza para luego ser liberados en la naturaleza y en gran número”. Los elegidos son los machos, quienes tras ser esterilizados compiten para aparearse con las hembras silvestres de su especie. De este modo, advierten los expertos de ISCAMEN, “se produce una reducción de la fertilidad de la población natural, disminuyendo así la cantidad de la misma, hasta provocar incluso su desaparición o erradicación”.

Lo cierto es que, pese a que ahora toma otro peso, este método se originó en la década del 1940, en el Centro de Investigaciones Entomológicas del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y fue propiciada por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Sin embargo, pasaron más de 70 años para que un grupo de argentinos pusiera la mirada este método.

“A partir de que asumimos en esta gestión, en 2016, y luego de asistir a un simposio en Viena, en 2017, pensamos en empezar a trabajar en esto. Vimos que había muchas presentaciones de un equipo de China que mostraban un desarrollo con mosquitos. Estaban muy avanzados y hasta habían hecho liberaciones urbanas. En ese momento pensamos, tenemos las instalaciones y las personas capacitadas, no era difícil abordar otro tema (además de las moscas) y empezar a trabajar con la cría y el comportamiento esta plaga”, explicó a Infobae Mariel Vanin, Secretaria Técnica de ISCAMEN.

Ellos advirtieron la importancia de esta técnica antes de que el dengue se convierta en un problema de salud pública nacional. Es que, ya advertían al Aedes aegypti como un insecto que podría generar una situación de alto impacto. “En ese momento no estaba tan fuerte en la Argentina, ahora ya tiene otro impacto. Sin embargo, para nosotros era ya importante, por eso presentamos un proyecto en el Organismo Internacional de Energía Atómica (IEA por sus siglas en inglés) para que nos brindaran un apoyo técnico”, continuó la experta.

Ese fue el inicio de un camino y proceso que, según indicó Vanin, ya se encuentra aceitado y a la espera de un mayor crecimiento. “Desde 2017, aproximadamente, nosotros venimos trabajando a nivel de laboratorio, con las crías, ajustando las dietas y evaluando la dosis de radiación, para que sea el punto justo. Es que, cuando es muy elevado dejan de ser competitivos y tienen que competir por la hembra. A fin de cuentas, todos estos ajusten llevan tiempo”, relató la experta.

Ya terminamos una primera etapa y ya nos aprobaron la segunda, que estamos empezando también con el soporte de la IEA. Ahora, comenzamos con el sistema de liberación y empaque de los mosquitos para que, a los que producimos acá, si los queremos liberar en Chaco, tengamos la técnica de embalaje y transporte para poder enviarlos. Acá, en Mendoza, algunas liberaciones a nivel piloto ya hicimos. Tenemos los parámetros ajustados a la escala de laboratorio y nos estamos preparando para poder llevarlo a otra escala en el momento en que sea necesario”, adelantó la experta.

Aunque gran parte de los procesos ya estén ajustados, Vanin aclaró que para elevar la escala estiman que tardarían un año. Más aún cuando uno de los procesos esenciales de esta técnica se hace a mano. “Siendo prudentes técnicamente, podríamos elevar la producción de acá a un año, porque se hace de forma paralela la cría y se tiene probar la estructura y las jaulas. Además, nos falta un dispositivo separador de pupas, que sirve para sexarlas y dividirlas entre macho y hembra. Hoy, eso lo hacemos de forma manual”, indicó.

“En este dispositivo se ponen todas las pupas, que son los capullitos, y se pueden separa millones de ellos, así poder realizar el proceso de forma sistemática. Incluso, nos permitiría realizar envíos, en un futuro, de 10 millones de machos dos veces por semana. Esas son las escalas que estamos hablando”, explicó la secretaria técnica de ISCAMEN. En ese tono, advirtió que antes de alcanzar estas producciones, el paso innegable es realizar una liberación con un monitoreo de parte del Ministerio de Salud nacional y la definición de un área piloto.

“El área piloto puede ser una provincia, una localidad o alguna extensión similar. Estudiamos la zona y se toman medidas, igual que hacemos con la mosca y con el manejo integrado de plagas. Hacemos un relevamiento de la zona, se limpia y se hace el descacharrado y hacemos tratamientos en los espejos de agua que puedan contener los estadios inmaduros de los moquitos. Luego se toman distintas medidas y se hace un plan de liberación. Igual, nosotros ya comenzamos a analizar la liberación mediante drones, un experto que fue a Brasil está acá, en Mendoza, y nos está asesorando para poder implementarlo”, detalló.

En pocas palabras, la experta señaló que “todo lo que se podía avanzar a nivel de laboratorio se hizo. Ahora, nos tienen que decir un plan para adaptar el trabajo y hacerlo a nivel del Ministerio de Salud para estimar qué estaríamos necesitando a nivel de infraestructura, que no es mucha. El presidente de ISCAMEN, Alejandro Molero, tuvo reuniones con el Ministerio de Salud de Mendoza y nacional, elevamos la propuesta y estamos a disposición. La herramienta ajustada está porque sabíamos que, en algún momento, iba a ser importante”, agregó Vanin.

Es más, según indicó, esta misma técnica puede realizarse en otras provincias, ampliando aún más su capacidad de control de plagas. “En el caso de la mosca, nosotros liberamos acá, en Mendoza, pero también lo hacemos en la Patagonia, no solo enviando los machos, sino también sosteniendo el programa. Se puede hacer”, dijo la experta.

Y concluyó que, pese a que no se pueden realizar estimaciones sobre cuál sería el impacto real tras esta estrategia, afirmó: “Con un fuerte componente en comunicación, que va desde que no maten a los mosquitos (porque habrá más), hasta la liberación, y limpieza y sacado de recipientes con agua donde pueda haber reservorios, es decir con una acción intensiva, se limpia significativamente la zona”.

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