La versión falsa de una noticia publicada por el portal MDZ dejó toda una enseñanza acerca del desastre que regalan a diario los grandes medios de Mendoza y la penosa cualidad racional de los políticos de la provincia.
Todo arrancó este jueves cerca del mediodía cuando ese medio, uno de los más leídos de la provincia, aseguró que la FIFA le había pedido al gobierno de Rodolfo Suarez que cambiara el nombre del Estadio Malvinas Argentinas, por “Estadio Mendoza”.
La noticia era falsa, incluso desde el sentido común. Tal es así que fue refutada hasta por el ministro de Deportes, el peronista Matías Lammens, en su cuenta de Twitter.
“Participé de las reuniones con los delegados de FIFA, con el Presidente de la AFA Claudio Tapia, y en ningún momento se mencionó la posibilidad de cambiarle el nombre al estadio Malvinas Argentinas de Mendoza. Y si eso hubiera pasado no lo hubiéramos aceptado bajo ningún concepto”, sostuvo el funcionario. Algo similar dijo el secretario de Malvinas, otro peronista, Guillermo Carmona.
Mucho antes, yo hice lo propio: expliqué que el cambio es solo para el fixture, tal cual ocurrirá con el Estadio Bicentenario de San Juan; el Diego Armando Maradona de La Plata, y el Madre de Ciudades de Santiago del Estero. Todos los estadios serán denominados por el nombre de la ciudad donde se encuentran emplazados. Insisto, solo en el fixture.
No obstante lo dicho, diputados, senadores y reputados referentes de la política de Mendoza salieron a repudiar la presunta afrenta “contra las Malvinas” en sus redes sociales, como si fuera cierto lo publicado. Sin usar siquiera por dos segundos su capacidad de raciocinio.
Hay quienes llegaron a amagar con pedir informes al gobierno de Mendoza o avanzar en puntuales denuncias judiciales. No es chiste.
Más allá de lo hilarante, la situación deja una triste enseñanza sobre los grandes medios de Mendoza y la penosa dirigencia política que tiene Mendoza. Ello explica el fracaso persistente de una provincia destinada al éxito.
