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Los Kirchner y la impune estafa de los evaporados fondos de Santa Cruz

Por Christian Sanz, director periodístico de Diario Mendoza Today.

En el año 1993 Néstor Kirchner era un mero gobernador de la lejana Santa Cruz y no imaginaba aún, ni por asomo, que llegaría a ser presidente de la Nación.

En esos días, sus palabras eran harto elogiosas hacia el menemismo y era mencionado por los diarios como el alumno dilecto de Domingo Cavallo.

Durante ese mismo año, Néstor recibió una millonada de dinero que no esperaba: el entonces ministro de Economía le dio más de 650 millones de dólares en concepto de regalías mal liquidadas. Y ahí es donde empieza el escándalo, uno de los mayores de la historia argentina.

Es que, repentinamente, ese dinero desapareció y nunca más se volvió a saber de él. Ni Néstor ni Cristina se animaron a lo largo de los años a hablar del tema. Solo dieron pequeñas pistas en momentos muy puntuales, cuando se los requirió la coyuntura. Eso sí, en cada una de esos pocos indicios, no dudaron en mentir.

Una de esas veces se dio durante la Cumbre Extraordinaria de las Américas que reunió a los jefes de Estado de la norte, centro y sur América en Monterrey, México en el año 2004.

Allí, Néstor dio un discurso en el que reveló: “En la mayor crisis de mi país me tocaba gobernar la provincia de Santa Cruz y retiré los fondos de mi país llevándolos a la Reserva Federal de los Estados Unidos a una tasa del 1 por ciento anual, mientras había gente que invertía en el país al 30 por ciento anual, ganando en un año lo que nosotros nos proponíamos ganar en 30. Cuando uno tiene altas tasas de interés asume como meta el riesgo y no la seguridad de la inversión”. No hace falta aclarar que Néstor se refirió entonces a los fondos de Santa Cruz.

Extrañado por sus palabras y sabiendo que el Banco de la Reserva Federal opera como banco central de Estados Unidos y, como tal, no toma este tipo de inversiones, el analista Adrián Salbuchi tomó contacto, tanto con su sede política en Washington, como su sede operativa en Nueva York, solicitando que confirmen o rechacen la pretensión de Néstor.

La respuesta no deja lugar a dudas: “La información sobre inversiones que usted ha recibido es falaz o engañosa (deceptive). Usted debiera dar aviso a las autoridades. La Reserva Federal es el banco central de los Estados Unidos y, como tal, realiza transacciones con gobiernos, bancos comerciales y otras instituciones financieras. La Reserva Federal no participa en operaciones de inversión”.

Salbuchi es uno de los mejores conocedores del derrotero de los fondos de Santa Cruz: no solo hizo una denuncia judicial que aún está en etapa investigativa, sino que además escribió un libro donde puntillosamente se revelan detalles de esta estafa al pueblo argentino. Se titula “El caso de los Fondos Públicos de Santa Kruz”.

“Este caso conforma un caso paradigmático e inaudito. Tanto por sus características burdas como por su envergadura ya que, potencialmente, se trata de más de mil millones de dólares de dineros públicos que habrían desaparecido a manos de Kirchner y sus operadores y socios“, según denuncia el autor en el prólogo de su obra.

Cristina también hablo en algún momento sobre los fondos de Santa Cruz. Lo hizo a mediados de 2012: “(Él) dejó 650 millones de dólares cuando se fue de esa provincia (se refiere a Santa Cruz) en efectivo”… “Y realmente durante…bueno los posteriores gobiernos no voy a decir nombres, todos saben quiénes fueron gobernadores, pero los fondos se evaporaron con aumentos, que bueno sí aumentos que los sindicatos lograron maravillosamente, pero que hoy no hay plata para pagarlos”.

Obsérvese lo que dice la hoy vicepresidenta: que los fondos se “evaporaron”. ¿Es tan simple y sencillo decirlo? ¿Nadie dará explicaciones por ello? ¿Ni siquiera se mostrará un mísero asiento de contabilidad?

Con sus palabras, Cristina intentó decretar la prescripción de más de 20 años de impunidad en el manejo de esos fondos que Néstor Kirchner gestionó a cambio de su apoyo a la privatización de YPF, y que luego administró por cuenta propia sin fiscalización ni contralores.

Otro dato curioso es que la jefa de Estado haya hablado de 650 millones de dólares y no de 1.200 como ella misma supo mencionar en sus tiempos de diputada provincial. “Eran días en los que explicaba cómo su esposo gobernador había operado maniobras financieras de compra venta de acciones de YPF que multiplicaron por dos la suma original recibida del gobierno de Menem”, según el colega santacruceño Héctor Barabino.

Cristina también supo mentir con eficacia durante la sesión de Diputados del 21 de Octubre de 1993: “Hasta el habitante del último pueblito de Santa Cruz debe saber que la provincia tiene doscientos millones de dólares depositados en la Reserva federal de los Estados Unidos, la única entidad que puede garantizar un monto de esta envergadura con riesgo cero”.

En esos días, la hoy presidenta hizo una pregunta retórica que ella misma debería responder en estas horas: “¿Cómo se puede ocultar el manejo de 630 millones de dólares?”.

Como puede verse, el escándalo de los fondos de Santa Cruz está lejos de haberse aclarado. Cuanto más pasa el tiempo, más dudas se generan, y se suman a las ya existentes.

Es una postal de la filosofía más pura del kirchnerismo, donde nadie explica nada y se avanza en hechos de corrupción que superan cualquier capacidad de asombro. Eso sin mencionar cómo el gobierno sostiene a los funcionarios que han demostrado ser corruptos.

En el final de su libro, Salbuchi deja una frase que parece redactada para el desasosiego que se vive en la actualidad: “Nuevamente, se acercan días muy complejos y aciagos para la Argentina. Una vez más, el Pueblo debe exigirles a sus dirigentes su derecho inalienable a saber qué está pasando y qué están haciendo con nuestro país”.

No hay más nada que agregar.

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