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De Carlos Menem a Alberto Fernández, pasando por Néstor Kirchner: imperdible carta de lectores en Clarín por el tren a Mendoza

Sorprende este domingo una carta de lectores en diario Clarín titulada “La burla del Presidente por el tren a Mendoza, más lento que hace 30 años”.

Allí, un inquieto lector analiza a los presidentes argentinos y los trenes: los engaños y las promesas truncas desde Carlos Menem hasta Alberto Fernández. De lectura imprescindible:

Miguel de Cervantes Saavedra en la segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha, inmortalizó una expresión que permanece vigente en nuestros días: “Plega a Dios, Sancho, que así sea, porque del dicho al hecho hay gran trecho”. La historia de la Argentina acumula cantidad de dichos que avalan la frase escrita por esta gran figura de la literatura. El regreso del tren a Mendoza nos trae a la memoria algunos capítulos que se produjeron con pomposos y burbujeantes anuncios presidenciales de hechos que jamás se vieron concretados.

Carlos Menem, en 1996, realizó una extravagante promesa al anunciar que “la Argentina tendría un sistema de vuelos espaciales”, afirmando que “dentro de poco tiempo se va a licitar un sistema de vuelos mediante el cual desde una plataforma, esas naves van a salir de la atmósfera, se van a remontar a la estratósfera, y desde ahí elegirán el lugar donde quieran ir, de tal forma que en una hora y media podremos estar en Japón, Corea o en cualquier parte del mundo”.

El anuncio no fue casual, ya que perseguía el objetivo de desviar la atención pública de los problemas que su gobierno enfrentaba, y se convirtió en una de las mentiras inolvidables de la política argentina. Fue una puesta en escena, al mejor estilo de la exitosa película del año 1997 “Mentiras que matan”, de un proyecto nunca se llevaría a cabo, o sea una burla a la ciudadanía en su máxima expresión.

Néstor Kirchner, en 2006, realizó una de las grandes promesas de su gobierno: la creación de un tren de alta velocidad, o tren bala, que uniría las ciudades de Córdoba, Rosario y Buenos Aires en tres horas. Cristina Fernández de Kirchner, en enero de 2008, siendo presidente de la Nación, en el Salón Blanco de la Casa Rosada anunció oficialmente la creación del famoso Tren de Alta Velocidad Argentino: el Tren Cobra.

La iniciativa prometía generar hasta 25.000 empleos sólo para la construcción de las vías que se extenderían unos 710 kilómetros. El tren tendría una velocidad máxima de hasta 320 kilómetros por hora y una capacidad de transporte de 1.018 pasajeros. En su discurso manifestó: “Es un salto a la modernidad.

Y la modernidad es una cuestión absolutamente estratégica”, explicando cómo funcionaría el Tren Cobra: “Uno accede en el centro de la ciudad a una estación de trenes, tiene que llegar solamente un minuto antes de que parta del andén y llega también al centro de la ciudad, a la cual decide ir, sin necesidad de trasladarse a los aeropuertos, que por lo general están siempre en las afueras de la ciudad y requieren de media hora para llegar o más a un aeropuerto y una hora, por los menos, de check in”. Como es sabido este faraónico y utópico proyecto quedó en la nada pasando a ser la anécdota de un fantasma ferroviario para el país.

Pero no así para Ricardo Jaime, ex secretario de Transporte del kirchnerismo, que fue condenado por el Tribunal Oral Federal a dos años y medio de prisión en suspenso en el juicio en el que se lo halló culpable de haber pactado una coima millonaria con la empresa que resultó adjudicataria de la licitación para construir el prometido y nunca realizado “Tren Bala”. Es evidente que la corrupción K no podía estar ausente en esta ocasión. Las oportunidades que se presentan no pueden ser desperdiciadas, esa parece ser la ley primera para sus representantes.

El presidente Alberto Fernández, en 2023, inaugura el tren de pasajeros a Mendoza que es más lento que el que dejó de funcionar en 1993, es decir hace 30 años. El primer mandatario manifestó en su discurso: “Estamos celebrando que el tren ha llegado a Mendoza y es un logro. Muchos creyeron que íbamos a vender una mentira pero acá está el tren” y expuso su conformidad diciendo que “Palmira dejará de ser una ciudad fantasma donde deambulaba gente sin trabajo”.

Además, como en su alocución no podía faltar la reseña histórica a la que nos tiene acostumbrados, improvisó una absurda alusión del evento con la cruzada llevada a cabo para la libertad de América expresando que “es una ironía, pero este es el tren de la línea San Martín, con lo cual – como tantas veces, en la historia – San Martín vuelve una vez más a Mendoza, esta vez en nombre del tren”.

Sus razones tendrá para omitir las pertinentes menciones de la realidad: la frecuencia será semanal, para recorrer alrededor de 1.000 kilómetros le demandará entre 26 y 28 horas en razón de que hay tramos en los que el tren debe marchar a 40 kilómetros por hora y serán insignificantes los nuevos empleos que se produzcan en la localidad mendocina donde el tren finalizará su recorrido la que, por otra parte, se ubica a una distancia de 40 kilómetros de la capital de la provincia.

Viendo de dónde hemos partido y adónde hemos llegado, la propia realidad testimonia por sí misma el resultado final del mentiroso relato peronista que no hace más que confirmar que “del dicho al hecho hay gran trecho”.

Oscar Edgardo García /  osedgar@yahoo.com

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