Economía

Alta inflación o hiperinflación: los factores que las diferencian y los que inciden en la suba de los precios

Pese a una inflación interanual que está por encima del 102%, los economistas aseguran que el país todavía está lejos de los registros de hace más de tres décadas. Qué se debe hacer para no repetir el pasado y cuáles son los pronósticos a futuro. Por Gonzalo Molina Prado, TN.

La inflación de febrero volvió a marcar un momento bisagra en la Argentina. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) que dio a conocer el Instituto Nacional de Censos y Estadísticas (INDEC) mostró que los precios subieron un 6,6% durante el segundo mes del año y la inflación interanual se ubicó en las tres cifras (102,2%), algo que no ocurría desde septiembre de 1991, en la previa al plan de Convertibilidad.

El impacto de la cifra interanual trajo a la memoria subas de precios similares a las que hubo durante los años 1987 y 1989. Sin embargo, la Argentina todavía está lejos de retomar la senda de esos años, donde se alcanzó una variación interanual del 3079,5%.

En este contexto, TN consultó a distintos especialistas para saber si la Argentina se encuentra bajo un régimen de alta inflación o hiperinflación, y cuáles son los factores que influyen sobre la suba de precios en el país.

El economista Santiago Manoukian, de la consultora Ecolatina, explicó que la Argentina está transitando “un régimen de alta inflación” marcada por “un fuerte componente inercial”. ¿Qué significa esto? Que la inflación del mes pasado -en este caso febrero- se utiliza como referencia, por lo que la inflación resultante -la de marzo- “es la inercia más las perturbaciones o shocks que va recibiendo la inflación hacia adelante”.

Los shocks a los que refiere Manoukian son situaciones específicas como la renuncia del por entonces ministro de Economía, Martín Guzmán, quien dejó el Gobierno el 2 de julio y para ese mes el IPC fue del 7,4%, el más alto de todo el 2022. Esa salida y los posteriores vaivenes con el efímero paso de Silvina Batakis como titular de la cartera también repercutieron en agosto, donde la inflación llegó al 7%, la segunda más alta del año pasado.

¿Alta inflación o hiperinflación?

De acuerdo a lo que precisaron economistas en diálogo con TN, la gran diferencia entre la alta inflación y la hiperinflación está en la extensión de los períodos y la velocidad con la que se dan. Mientras la alta inflación suele suceder en un plazo más largo -la Argentina, por ejemplo, registra desde hace tiempo índices mensuales de entre el 5% y el 7% y una interanual que ronda el 100% todos los meses-, la hiperinflación ocurre en un proceso corto e intenso.

“La diferencia es que en la alta inflación todavía hay una necesidad de tener pesos para realizar transacciones”, puntualizó el titular de Analytica, Ricardo Delgado. Y Manoukian agregó en el caso de la hiperinflación se dan tres escenarios: “Hay un desplome de las tendencias de saldos reales, la moneda local diluye rápidamente sus funciones de unidad de cuenta y medio de intercambio, y hay un creciente déficit público”.

Sin embargo, el economista advirtió que los periodos de hiperinflación son precedidos por regímenes de alta inflación. “Dentro de una fórmula que te va llevando a una hiperinflación, hay una creciente indexación de los contratos con plazos cada vez más cortos, en precios, tarifas, dólar, tasa de interés y salarios. Eso se viene viendo en la economía argentina, pero todavía no a un punto tal de que haya comercios ajustando precios más de una vez por día”, sostuvo.

Si bien los especialistas aseguraron que la Argentina no está cerca de una hiperinflación, sí señalaron que es probable que en los próximos meses el país se mantenga en niveles muy altos, superiores a los que hubo en años anteriores.

“Es probable que pasemos de una inflación anual del 50% como tuvimos en 2019 o 2021 a una zona más cercana a la del 80% o 100%. Eso no constituiría por sí mismo un escenario de hiperinflación, sino que continuaría siendo un régimen de alta inflación”, expresó Manoukian.

De todos modos, hay indicadores -según el economista- que pueden ser “un condimento para pensar en la hiperinflación”. “Si hoy hay un salto en la devaluación, probablemente los salarios no se ajusten automáticamente. Deberían reabrirse las paritarias y negociar. Lo mismo con el alquiler que se negocia de manera anual. Se han indexado muchos contratos informales y formales que mantienen muy alta la inercia”, manifestó.

 

Por qué Argentina no está cerca de la hiperinflación

El componente de inercia inflacionaria del que habló Manoukian, lo menciona también Delgado, como uno de los principales puntos por los que la Argentina está lejos de la llamada hiperinflación. Según el economista, con este panorama “los contratos se van adaptando y ajustando a las tasas de inflación y establecen un piso del Índice de Precios al Consumidor”.

“Hay una tasa de inflación que se mueve según lo que pasó en los meses anteriores, y eso genera inercia en los salarios y en la economía. No estamos cerca de una hiperinflación, pero sí en una altísima inflación que provoca una caída muy fuerte en los ingresos de los argentinos”, agregó Delgado.

El otro punto por el que los precios no suben a niveles exageradamente superiores al 100% es el concepto de “inflación reprimida”. Así lo explicó el titular de Analytica“La hiperinflación se da cuando hay una muy violenta aceleración de la caída de demanda de pesos. Hoy, con cepo, restricciones y demás, es imposible que haya una salida masiva y una dolarización automática y eso de alguna manera impide o inhibe tener un proceso inflacionario”.

Al impulsar programas para controlar las subas, como Precios Cuidados o Precios Justos -que cada vez incluyen a más sectores- y acordar topes de aumento en distintos rubros como los combustibles, el Gobierno frena una posible escalada de precios que podría ser mucho mayor.

 

Un marzo que empieza con 7 y un panorama desfavorable

“Es difícil que no empiece con 7 el IPC del mes de marzo”, reflexionó Delgado, planteando un panorama incluso peor al que hubo en el mes de febrero, donde el índice de precios al consumidor registrado por el INDEC marcó 6,6%. Desde Ecolatina coincidieron con las proyecciones.

Ambos economistas destacaron que marzo es un mes “estacionalmente malo en términos inflacionarios”. Manoukian explicó que en este mes suelen incidir los mayores aumentos en indumentaria, por el cambio de estación, y educación, por el inicio de las clases. Para poder combatir estos posibles aumentos, el Gobierno incluyó a ambos rubros dentro del programa Precios Justos.

El referente de Ecolatina aseguró que en este mes incidirán los aumentos en colegios privados (16,4%); prepagas (7,7% para quienes perciban ingresos netos iguales o superiores a $392.562 y +5% para quienes tengan salarios inferiores a ese monto); tarifas de subte (38%); combustibles (3,8%); trenes y colectivos (6%); tarifas de agua y gas; precios de televisión, cable internet, taxis (30%) y servicio doméstico (+4%).

A futuro hay un denominador común que hace pensar un panorama desalentador: la sequía. “A partir de abril empieza una temporada muy dura de generación de divisas. Para el segundo trimestre, Gobierno esperaba contar con los dólares de la liquidación de cosechas de soja y maíz, pero el ingreso de divisas no va a cumplir esas expectativas”, insistió Delgado.

De esta manera, las proyecciones de los economistas estiman un índice de precios al consumidor elevado durante los próximos meses -rondará entre el 6% y el 7%- y ubican a la inflación del 2023 en la zona del 100%.

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