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🤔 Por qué la propuesta de paz de China por Ucrania descoloca a los países latinoamericanos

A poco más de un año de la invasión rusa, la oferta de paz elaborada por el Gobierno de Beijing es observada con escepticismo por EE.UU. y la Unión Europea y plantea interrogantes en el Cono Sur.

El 24 de febrero de 2022, el statu quo observado desde la Segunda Guerra Mundial, en lo que a invasiones de países implica, fue violentado por la Rusia de Vladimir Putin e inauguró un conflicto armado entre dos naciones que, con un año y un mes de constantes batallas, se ha convertido en la guerra más extensa en suelo europeo desde 1945.

Desde entonces, el mundo vive una conflagración que ha dejado un saldo de 100.000 soldados muertos o heridos, en los dos bandos en pugna y más de 40.000 civiles muertos en el conflicto, según los cálculos realizados por el general Mark Milley, Jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU en coincidencia con observadores independientes.

Además, la implicación de las grandes potencias mundiales indica que el mundo está atravesando una nueva “guerra fría” de características similares a la que sucedió entre los EE.UU y la Unión Soviética, en un mundo sumido en una grieta y ante la cual el Papa Francisco aseveró: “Estamos viviendo la tercera guerra mundial”.

Es claro que la agresión de Moscú ha repercutido en todo el mundo, provocando innumerables problemas económicos y financieros por verse obstruido el suministro de energía y de alimentos, además de provocar crisis humanitarias, sociales y económicas y amenazar con transformar el orden internacional.

La deriva del conflicto armado puede prolongarse indefinidamente y la reciente propuesta de paz del gobierno de Xi Xinping hecha en Moscú ante el presidente de Rusia, Vladimir Putin, solo ha traído dudas en las capitales occidentales que tomaron nota del apoyo de China a Rusia y la unidad, aparentemente inquebrantable, de dos gobiernos autócratas que pretenden avanzar sobre los intereses de naciones identificadas o autopercibidas como democráticas y respetuosas de los derechos humanos. Aunque, en ocasiones, cedan a la tentación de los desvaríos populistas que terminan en tiranías.

En ese contexto, la propuesta de la República Popular de China para un alto el fuego, no hace más que traer más desconcierto a Latinoamérica, teniendo en cuenta los fuertes lazos económicos y financieros que muchas naciones, como Argentina, tienen con el gobierno de Beijing.

El Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) elaboró un informe donde señala las divergencias de los gobiernos de la región en el apoyo o condena a la invasión de la Federación de Rusia a Ucrania. Una ambivalencia de opiniones que se reflejan en los resultados de las votaciones de los países latinoamericanos en los organismos internacionales más relevantes como la OEA y la ONU.

El think tank que encabeza el embajador Octavio Bordón informa que, para empezar las reflexiones en torno a la invasión de Rusia a Ucrania, han abierto paralelismos con la Guerra Fría, especialmente en términos de alineamiento/apoyo/neutralidad respecto de Occidente o de Rusia: “Resurge nuevamente la idea de enfrentamientos en el dominio político, económico, social, ideológico, militar e informativo entre grandes poderes opuestos. Esta línea de análisis conduciría a suponer que los países latinoamericanos habrían de posicionarse en función de este antagonismo”.

Ahora bien, en ese momento, comienzan las divergencias: “En América Latina se han mostrado, en distintas instancias multilaterales, el escaso valor de la idea de plegamiento a uno u otro poder y puesto al descubierto que la noción de una “nueva Guerra Fría” es una herramienta narrativa de dudoso valor, antes que una apropiada categoría de análisis”.

La votación de los países latinoamericanos en ámbitos multilaterales frente a la invasión de Rusia a Ucrania, es resumida en la siguiente tabla, teniendo en cuenta si apoyaron, se abstuvieron o rechazaron la invasión: (1) la declaración de la Organización de Estados Americanos presentada el 25 de febrero que condenaba la invasión, (2) la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en condena a la ofensiva rusa, (3) la moción del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas para abrir un debate sobre Ucrania del 28 de febrero, (4) si votaron para reprender a Rusia en la Asamblea General de Naciones Unidas el 2 de marzo, (5) si votaron la resolución del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas para establecer un comité de investigación sobre Ucrania.

Tabla: Votos de los países latinoamericanos en instancias multilaterales frente a la invasión de Rusia

Fuente: CARI Argentina.

La administración de Alberto Fernández en Argentina ha votado en la OEA en contra de condenar la invasión de Rusia, pero, con el correr de los días, votó a favor de reprender al gobierno de Putin en la Asamblea General de Naciones Unidas.

Estas idas y vueltas y divergencias entre los gobiernos de la región se explican, según los analistas de la Fundación Carolina, por la ausencia de liderazgos fuertes y las necesidades financieras de países con graves problemas sociales.

El trabajo firmado por Pablo Stefanoni ,entre otros catedráticos, señala que La invasión rusa de Ucrania ha ocurrido en un momento de fuerte heterogeneidad de América Latina, debilitamiento de sus instituciones de integración, cambios políticos acelerados, expansión económica de China, y lo que algunos analistas consideran que es una creciente “irrelevancia” internacional de la región. La América Latina de los “ciclos largos”, liderazgos personales fuertes y alineamientos internacionales más o menos definidos —se tratase del ciclo “neoliberal” de los años noventa o de la “marea rosada” de las décadas de 2000 y 2010— parece haber quedado atrás. Al mismo tiempo, las diversas tomas de posición reflejan las pugnas políticas internas, entre gobiernos y oposiciones e incluso en el marco de coaliciones de gobierno, sean progresistas o conservadores”.

Acaso se trate de un párrafo que bien podría señalar el desconcierto existente en la política exterior nacional ante una clara agresión de Rusia a un país soberano.

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