Enrique Mario BarreraPortada

🗳️ Elecciones infinitas en un país estancado (y una provincia ídem)

No solo Mendoza, otros distritos gastarán infinidad de recursos para avanzar en comicios que a nadie le importan.

Se habla que hay departamentos y provincias que podrían llegar a votar seis o siete veces en 2023. A lo que se ha llegado, una barbaridad. Una lectura que se puede hacer de ello es que cada político lanzado a una elección prioriza su interés personal sobre los derechos democráticos de la población general.

Cada uno “cuidando su quintita” y demostrando desesperación por seguir en su cargo y miedo a enfrentar un comicio total a pesar de que el ciudadano vaya tantas veces a las urnas en un solo año. Evidentemente la política se ha convertido en un gran negocio y no se puede negar. Campañas interminables, gastos desmesurados y todo a cuenta de los fondos del estado, basta ver el manoseo que se le da al fondo de garantía de los recursos previsionales y a las reservas del BCRA.

El fanatismo partidario que se ve en todo el país y que incluye a todos los partidos políticos, lleva a que la especulación por la ambición de poder abarque cualquier cargo que se dispute , ya sea presidente, gobernador, intendente y entonces aparecen los artilugios que tambalean los verdaderos principios democráticos de la nación. El abuso de desdoblamiento se larga sobre la mesa y también aparece la búsqueda de la especulativa ley de lemas en varias provincias. Parece que todo vale, todo sea por un voto más que permita que sigan privilegios y caudillismos a toda costa.

Ahora, si se plantea el tema de Boleta Unica, voto electrónico y eliminación de la boleta sábana, que permitiría darle transparencia al sistema electoral, la mayoría se borra de la discusión, parece que el negocio es, mientras más turbio mejor.

En Argentina, en cualquier nivel de poder la eternización en los cargos parece ser la norma, cuando hemos visto a través de los años que nunca segundas partes de mandatos fueron buenas y eso es porque no hay alternancia democrática aunque sea del mismo partido en elecciones limpias.

Hay que darse cuenta que en una elección el principal actor no es aquel candidato o el otro, el principal actor es el elector, es quien emite el voto y al que hay que respetarlo siempre y no se debe “usar” aplicando artimañas de acuerdo a conveniencias mezquinas.

Otra faceta negativa para estos vicios políticos es la económica, una elección cualquiera necesita una gran logística, mucho gasto evitable, traslado de urnas, seguridad, informática, etc, etc y justo en tiempos de crisis económica aguda y muy preocupante, donde no hay reservas para nada productivo y hasta las obras de infraestructura importantes están en su mínimo de desarrollo o estancadas, sin embargo parece que para el juego de la política habría fondos en un año electoral como el 2023. Todo un despropósito.

Esperemos que los candidatos en cualquier nivel de poder, sean del partido político que sea reflexione por el tiempo delicado que enfrentamos, donde todos han comenzado demasiado temprano las campañas haciendo actos contínuamente y realizando tareas de gobierno en forma limitada. Que se acuerde la realización de la menor cantidad de elecciones en todo el país por respeto al electorado y cuidando las arcas públicas en estos tiempos complicados.

Se ve demasiado gasto en actos y campañas políticas y poco en las actividades que hacen mover al país.

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