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¿Podemos de verdad morir de la risa? Esto es lo que dice la ciencia (y la historia)

Morirse de la risa es una expresión de lo más perversa, si lo piensas bien. Será porque no hay circunstancias en la vida que suponen un claro riesgo de morir o, al menos, de dañar tu salud. Por lo general, son circunstancias (o gestos) poco agradables, ¿pero la risa? La risa es un antídoto, se dice también, contra el envejecimiento, la causa más evidente de muerte. Debemos aclararnos.

Si bien es cierto que -y seguro que te ha pasado más de una vez- la acción orgánica de reír puede llegar a ser molesta (no debemos olvidar que es una acción en la que interviene todo nuestro cuerpo), ¿de verdad podemos morir a causa de la risa? Para responder a esta pregunta hay que acudir a los orígenes del propio dicho popular, y a la ciencia, por supuesto.

Era marzo de 1975 cuando un hombre de 50 años, Alex Mitchell, se acomodó en su casa deNorfolk, Inglaterra, para ver una de sus series de televisión favoritas: ‘The Goodies’, una comedia británica que por entonces se transmitía por la BBC. En una de sus escenas, cuando el actor Bill Oddie se llevaba a la parodia las películas de kung-fu, Mitchell se echó a reír. Cada vez más intensamente, siguió riendo y riendo. Nessie, su esposa, aseguraría más tarde que pudo estar así durante al menos 25 minutos. De pronto, tras una carcajada, se desplomó del sillón y murió. Aquella curiosa muerte fue noticia en todo el mundo.

¿Demasiada risa?

Morir viendo tu serie favorita, si se piensa desde un punto de vista más sarcástico, tampoco está tan mal, pero en cualquier caso el asunto es extraño, “increíble”, como no podía de decir Nessie a los medios de comunicación deseosos del relato. “El médico me dijo que el lado izquierdo de su corazón falló… la risa fue demasiado para él. Al parecer, le puede pasar a cualquiera”, fueron unas de las declaraciones de la mujer que más traspasaron a la audiencia. Todo parecía convertirse en un inmenso cartel que avisaba a la sociedad de que su miedo más profundo estaba más cerca de lo que hasta el momento se había creído: Peligro, reír mata.

Antes de que tú también te sientas aludido como parte de aquella audiencia aterrorizada, lo de morir de la risa no es literal. En serio, no, si estás sano o sana no vas a morir por reírte. En 2019, desde el portal de Gizmodo plantearon la pregunta a varios médicos, incluido el profesor asistente de cardiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke, Jorge Antonio Gutiérrez. Según este último, la idea de que una persona pueda morir de risa está descartada, salvo por un detalle: “La risa puede aumentar la presión intratorácica, y si la persona tiene un aneurisma aórtico, esa presión puede transmitirse a su sistema vascular y se rompería”, explicaba este experto. No obstante, aclaraba, “es como decir que alguien puede tener un ataque al corazón mientras se ríe, claro que se puede, pero no a causa de la risa”.

Más allá del caso de Mitchell, en la literatura médica apenas pueden encontrarse estas situaciones recogidas. En el caso de una mujer que también se estaba riendo en el momento en que murió, resulta que tomaba medicamentos que pueden causar latidos cardíacos irregulares. Tenía, también, 50 años, cuando un ataque de risa más largo de lo habitual le provocó una arritmia fatal.

Un matiz importante

En este sentido, de acuerdo con lo que hasta ahora diferentes estudios han podido encontrar, la risa sí puede provocar disfunciones corporales. Así, por ejemplo, las cuerdas vocales podrían agarrotarse, bloqueando el flujo de oxígeno; o si nos encontramos comiendo, podría hacer que uno aspire comida a través de la tráquea (hecho menos aislado).

Además, ciertos trastornos del tejido conectivo, como los síndromes de Ehlers-Danlos, podrían dar lugar a reacciones adversas a los picos en la presión arterial, pero el asunto no se limita a la risa, ya que esforzarse o contener la respiración también podría hacerlo.

Igualmente, como apuntan desde Healthline, para las personas que padecen asma una risa extrema también puede derivarles en esta dolencia. En todos estos casos, debemos hablar de efectos de la risa que llevan a una posible muerte, un matiz importante.

De la misma forma, quienes tienen lo que se conoce como aneurisma cerebral roto (una protuberancia que se forma en un vaso sanguíneo del cerebro) o sufren de convulsiones gelásticas (convulsiones que comienzan en la zona cerebral del hipotálamo, a menudo como consecuencia de tumores cerebrales, y que generan risas incontrolables tanto si se está dormido como despierto) poseen riesgo al reírse.

Entonces, si un ataque de risa simplemente exacerba una condición potencialmente fatal, ¿qué le sucedió exactamente a Alex Mitchell? Según informaron en 2012 desde la BBC, el hombre podría haber sufrido el síndrome de QT largo, una anomalía en el sistema eléctrico del corazón (otra dolencia con la que la risa no se lleva demasiado bien). Se trata de una condición que puede ser hereditaria. De hecho, el asunto volvió a ser debate en los medios tras conocer que a la propia nieta de Mitchell se le diagnosticó aquel año.

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