Este lunes, Aguas Mendocinas avisó que gran parte de la Ciudad de Mendoza se encuentra con “baja presión” de agua. El aviso abarca a gran parte del área residencial de la capital de la provincia, puntualmente la Primera, Segunda, Cuarta, Quinta y Sexta Sección. Hay zonas incluso que ya llevan 20 días sin agua.
Como es usual, jamás faltan las explicaciones, que siempre suenan a excusa: el motivo serían las bajas reservas en el establecimiento potabilizador Alto Godoy Cruz e inconvenientes en la red distribuidora.
Para resolverlo, el titular de Aysam, Alejandro Gallego, anunció que llevarán camiones con agua para llenarles los tanques y reconoció: “Eso no resuelve el problema, pero vamos a traerles agua”. Dicho sea de paso, ¿por qué entonces no soluciona la cosa, para no tener que llevarles el recurso?
Todos saben cuál es el problema, pero nadie lo resuelve: por un lado, los caños destruidos, que cada tanto “explotan”; por el otro, la construcción interminable de nuevos complejos de viviendas y barrios privados, que insumen la consiguiente cuota de agua. En una provincia que carece de ella.
Como puede verse, el problema es político. Y la política no se hace cargo de solucionarlo.
El concejal capitalino del PJ Gustavo Caleau describió este mismo lunes: “Me hice presente en la protesta por falta de agua en calle Roca, desde B. Sur Mer hasta Tiburcio Benegas, de la 5ta Seccion. Me comentaron que llevan 3 meses sin agua. Lamentable la ausencia de gestión municipal de Ulpiano Suarez. 10 mandatos de la UCR”.
Y añadió: “Se ve la falta de inversión, 3 mil millones de pesos de obra son para el maquillaje. Pasa hace 20 años en La Favorita, ahora acá, no mejoran lo que está mal y empeoran lo que está bien”.
Nunca mejor dicho.
