PortadaSociedad

En medio de graves acusaciones, renunció la presidenta del Colegio de Psicólogos de Mendoza

Fuera de la política, este fue el escándalo de la semana en la provincia.

La Licenciada en Psicología, Gabriela Dik, quien presidia la presidencia del Colegio Profesional de Psicólogos de Mendoza presentó su renuncia indeclinable esta semana al publicar un comunicado extenso en difundido en sus redes sociales.

La profesional hablo con Radio Nacional y explicó que presentó su dimisión ante el Consejo Directivo y la Sindicatura, ya que ante la violencia, hostigamiento y trabas para gestionar como presidenta mujer, se vio obligada a renunciar y “nuevamente por las mismas lógicas y prácticas, otra mujer deja su cargo en el Colegio Profesional de Psicólogos y Psicólogas.

Al mismo respecto, añadió: “Desde el año pasado cambio el juego político y comenzó una serie de problemas como hostigamiento, violencia maltratos mas visibles y cuando comencé hablar y al no coincidir con mi visión con perspectiva feminista denuncie manejos de la mesa chica del Consejo. Fuimos cuatro profesionales que renunciamos por la violencia institucional, política y de género“.

 

A continuación, el comunicado completo

Hoy, miércoles 8/3/2023 he presentado mi renuncia ante el Consejo Directivo y la Sindicatura, al cargo de Presidenta del Colegio de Psicólogos/as y quiero hacer llegar a todxs ustedes las razones que me condujeron a tomar esta decisión:

Creo firmemente que mientras más podamos visibilizar y compartir las prácticas que se dan al interior de las Instituciones, las iremos convirtiendo en más democráticas, restándole opacidad al ejercicio del poder, máxime en nuestra profesión donde la palabra devela y la escucha orienta.

Nuevamente, ante la violencia, hostigamiento y trabas para gestionar, una Presidenta mujer, a un año y meses de gestión, se ve obligada a renunciar. Nuevamente, y por las mismas lógicas y prácticas, otra mujer deja su cargo en el Consejo Directivo del Colegio Profesional de Psicólogos/as.

Renuncio sabiendo que esta acción conduce a la Sindicatura (órgano de contralor que representa a lxs colegiadxs) a hacerse cargo de la gestión del Colegio mientras se concrete un nuevo proceso electoral. Confío plenamente en el trabajo, seriedad y responsabilidad con que llevarán a cabo esta tarea.

La gestión en los últimos meses se ha visto seriamente entorpecida. Los incumplimientos frente a tareas claramente establecidas en nuestro Reglamento Interno de dos de las Secretarías de mayor

responsabilidad, han generado, a sabiendas de los mismos, un nivel de inestabilidad que no puedo ni debo silenciar.

Renuncio entendiendo que es una oportunidad para nuestro Colegio, que se nos abre una posibilidad de comenzar a escribir otra historia. Una historia transparente, sincera y que realmente defienda los intereses de lxs colegiadxs.

Creo en las Instituciones y en la democracia. No estoy dispuesta a “hacer de cuenta que no pasa nada”, a ser cómplice de irresponsabilidades y a ocultar la violencia que ha llevado recientemente a tres miembrxs del Consejo Directivo y a esta Presidenta, a renunciar por esta razón.

En los últimos meses he sido víctima de un proceso sistemático de difamación, a partir de denuncias sin sentido y aprovechándose de situaciones personales dolorosas vividas recientemente. Siendo colegas, trabajando como agentes de salud mental y estando al tanto de las situaciones que estaba viviendo en lo personal, no puedo dejar de considerar las últimas acciones mencionadas como intencionales y dirigidas a dañarme. Acciones violentas, recurriendo a la violencia psicológica, de género y política por el cargo que ocupo en la gestión.

Fui convocada en septiembre de 2021 por el actual Secretario General y el actual Tesorero de la Institución (en aquel momento Presidente y Secretario General) a conformar una lista supuestamente plural, garante de derechos y con perspectiva de género. Así fui votada Presidenta, gracias al apoyo de muchxs de ustedes.

Desde un primer momento las diferencias a la hora de gestionar se tornaron evidentes. La insistencia en conformar una “mesa chica” para tomar decisiones pretendiendo evitar al conjunto del Consejo Directivo, y de esa manera acallarlo, fue la primera señal de alarma. A la par que, mientras quería poner en práctica aquellas acciones e ideas que “suponíamos” teníamos en común y por las cuales fui convocada, comenzaron los intentos por silenciarme y deslegitimarme.

Los obstáculos, las dilaciones, la violencia revestida de burocracia y la comunicación burlesca e irrespetuosa, han ido creciendo con los meses. El hostigamiento es permanente, diario y cotidiano, dificultando en extremo las posibilidades de gestionar.

Pese a las dificultades, durante estos 16 meses de gestión, junto a una gran parte del Consejo Directivo logramos abrir el Colegio a lxs colegas y a la comunidad, generamos espacios de formación y discusión integrando a todos, todas y todes. Realizamos convenios con varias instituciones y se entregaron becas para que cada vez más colegiadxs tengan acceso a formarse. Realizamos un diagnóstico completo de la realidad de lxs colegas de los departamentos alejados del Gran Mendoza. Reabrimos la solicitud y entrega de matrículas de especialidades valorizando y reconociendo a nuestrxs especialistas. Generamos más de 25 convenios con beneficios para todxs. Apostamos por una comunicación más fluida y dinámica con nuestrxs colegiadxs y la comunidad.

Abrimos el Colegio y lo tornamos una Institución más accesible. Logramos tener, después de muchos años, las ocho Secretarías que conforman el Consejo Directivo funcionando activamente. Llevamos todas las decisiones a ser evaluadas, discutidas y consensuadas o votadas democráticamente en las reuniones de Consejo y para eso empezamos a reunirnos todas las semanas. Comenzamos a preguntar y cuestionar. Generamos una dinámica de funcionamiento más abierta, transparente y colectiva, modificando viejas prácticas anquilosadas y opacas del ejercicio del poder.

Esta dinámica develó resistencias y actitudes violentas por parte de quienes habiéndolo ya gestionado, intentaron nuevamente colocar a una mujer con la responsabilidad de la conducción sólo como un efecto cosmético y con la intención de gobernar en las sombras.

Renuncio a la presidencia pero no a la lucha ni a mis convicciones, en coherencia con mi historia, mi ideología y mi militancia. Creo en una profesión menos elitista y más cercana a la comunidad, en el acceso a la salud mental como un derecho para todos, todas y todes, en una profesión que sea garante de derechos. Trabajo por reconocimiento gremial y salarial para todxs lxs psicólogxs que ejercemos nuestra profesión en el Estado, Instituciones privadas y recibiendo obras sociales. Para que a las mujeres y disidencias se nos respete y terminemos con este sistema patriarcal y opresor.

Comparto esta carta porque entiendo que lo personal es político y que la gestión es un hecho político. Sé que la lucha continúa y es larga. Sin ninguna duda seguiré trabajando con la sinceridad y compromiso de siempre para que nuestro Colegio pueda llegar a ser un espacio de intercambio y de construcción colectiva.

Confío, esto contribuya a profundizar el debate serio sobre las dificultades, vicisitudes y violencias que recibimos las mujeres que de diferentes maneras ocupamos lugares de poder y toma de decisiones. Nos seguiremos encontrando.

Artículos Relacionados