Luis RossiPortada

Cuál es el problema de algunas exportaciones mendocinas

El exportador tiene un socio que se lleva el 50% y que no pone nada, al contrario, le causa problemas, ese socio es claramente el gobierno de nuestro país.

Es conocido por todos el esfuerzo de muchas empresas, en este caso mendocinas, que tratan de lograr exportar sus productos al mundo. Entre ellos podemos mencionar tres, que son en cierta medida los más representativos de nuestra economía: el vino, el ajo y la aceituna.

Vamos a tratar de manera específica la situación con el ajo, que esta temporada no ha pasado por su mejor momento en lo que a exportación y precio se refiere, situación que ha provocado que gran parte de este producto se encuentre aún en los galpones de empaque existentes aquí en nuestra provincia o en manos de algunos productores que han reunido los requisitos necesarios para guardarlo y no venderlo esperando una mejora en el valor del precio.

Según hemos podido corroborar con empresarios locales y también brasileros, el principal problema es el valor del producto aquí en Argentina a la hora de liquidar las exportaciones, algo que no solo sucede con el ajo sino también con muchos productos si al mercado brasilero nos referimos.

Los países importadores de nuestros productos están dispuestos a pagar el valor internacional de las mercancías, pero no se pueden hacer responsables de que el gobierno argentino a la hora de liquidarle a los exportadores, lo haga a un valor dólar que es absolutamente inexistente en nuestro país en comparación con los demás precios de los tantos tipos de cambio que hoy existen. Eso lleva a que un exportador reciba aproximadamente el 50 % ($180) del valor real del dólar en la calle ($380).

En otras palabras, el exportador tiene un socio que se lleva el 50% y que no pone nada, al contrario, le causa problemas, ese socio es claramente el gobierno de nuestro país.

Otro inconveniente es la detección por parte de AFIP de empresas truchas o flojas de papeles, lo que ha ocasionado que muchas cargas de ajo queden trabadas durante mucho tiempo en la frontera, motivo por el cual los empresarios brasileros están exigiendo en la actualidad la mercadería puesta allá para realizar los pagos correspondientes de la misma.

Y mediante este juego perverso de una economía irreal, los argentinos somos claramente los perdedores. Pero también existen ganadores, es el caso puntual del ajo chileno, que cada día está entrando en mayor cantidad a Brasil. El por qué es simple, ni el brasilero ni el chileno tienen problemas con sus gobiernos al realizar el cambio de moneda. El argentino sí, y muchos.

Se tendrá que rever esta situación si no queremos perder mercados ni volumen de nuestras exportaciones.

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