Christian Sanz

Grave amenaza contra Diario Mendoza Today por revelar la corrupción policial: “Te vamos a matar”

Las amenazas fueron contra el director periodístico del medio, pero también contra algunas de sus fuentes de información.

El mensaje llegó a mi teléfono celular personal, poco antes de las dos de la madrugada de este jueves: “Che chupa pija. Te dije un montón de veces que la cortes de publicar giladas, deja batir la cana. Hdp. Ya sabemos quiénes son tus informantes. Te los vamos a matar y a vos también Gil. Que querés ser el próximo Jose Luis Cabeza puto” (ver al pie).

La amenaza, brutal si las hay, tuvo un claro disparador: las revelaciones que Diario Mendoza Today viene haciendo sobre la corrupción policial. De diversa índole.

La impunidad es tal, que la persona que envió el mensaje lo hizo sin ocultar el número desde donde lo hacía: 2616 92-8182. Incluso aparece un nombre, un tal Carlos Tapia. Seguramente ficticio.

El final de la amenaza es más grave aún: “Ya sé dónde vivís. Retractate y limpiá los nombres de la brigada que largaste HDP. Vos te lo buscaste puto”.

No fui el único: algunas de mis históricas fuentes de información de la policía recibieron textos similares. Incluso aquellas que nada tuvieron que ver con las revelaciones de este diario.

“Le comento que a noche cerca de las 2 de la mañana recibí una amenaza donde me dicen que sigo pasándole información a UD van a matar a mi hija o me van a fabricar una causa para mandarme al penal”, me dijo uno de ellos, en consonancia con tantos otros.

En lo personal, decidí no responder la amenaza, porque ¿qué podría decir? A su vez, hice la denuncia correspondiente ante la fiscalía de turno. Es la N° D-16543/23.

Finalmente, responsabilizo a los funcionarios del Ministerio de Seguridad de Mendoza, ya que, si bien han avanzado contra los uniformados denunciados por mí en mis notas, nada han hecho respecto de los jefes máximos. Los que están en la cúspide de la pirámide.

Esa inacción es la que les permite sentirse impunes a los corruptos y avanzar contra aquellos que desnudamos sus desaguisados. Es casi de manual. A esta altura, uno sospecha que ya deberían saberlo.

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