Luis RossiPortada

🍷 Cuando la desidia de la política nos afecta a todos: acerca del vino mendocino y los privilegiados de siempre

Acerca de Sergio Massa y la justificación de la mentira. "Ah, pero Cornejo".

Por más que muchos pataleen, la industria madre de Mendoza es la vitivinicultura, le pese a quien le pese. Desde antaño es la principal actividad económica aunque se insista con otros sectores. La vitivinicultura es la que mueve la aguja junto con el sector hortícola. Y por ello es fundamental cuidarla como economía regional.

Debemos evitar que el sector se monopolice en manos de unos pocos grandes que también las van de viñateros, pero que en definitiva no son más que bodegueros con viñedos.

Los que no acompañan a la vitivinicultura como es debido son muchos de los funcionarios que pasan por los diferentes gobiernos, ya sean provinciales como nacionales.

Hace tan solo una semana atrás, Sergio Massa anunciaba en La Rioja que no permitiría de ninguna manera la importación de vino, pasando por alto el hecho que el grupo Peñaflor durante el mes de enero había importado alrededor de 500 mil litros de la variedad Sauvignon. Así es como nos surgen los primeros interrogantes sobre la figura de un funcionario por demás controvertido y cuestionado por sus cambios de opinión y posición. ¿Desconocimiento? ¿Mal asesorado?

Se supone que tanto Massa como Matías Tombolini (actual Secretario de Comercio) se encontraban en conocimiento de esta importación, pero indudablemente se la intentó mantener bajo siete llaves.

Pero hay más. ¿Por qué el grupo Peñaflor? ¿Casualidad? ¿Algo más entre medio?

Massa además esta semana se reunió en Buenos Aires con importantes empresarios bodegueros de Mendoza, integrantes de la Entidad que no da señales de vida en las reuniones que se convocan cuando se quiere tratar de encontrar soluciones ante la aparente magra cosecha de este año. Se trata indudablemente de una actitud especulativa más que de un problema de agenda. Pero estos empresarios se reunieron con el Ministro para ver cómo colaborar en mejorar la vitivinicultura, claro, pero siempre desde la perspectiva de ellos, nunca con una visión amplia donde todos los eslabones de la cadena vitivinícola salgan beneficiados.

Ya confirmado el tema de la importación de vino por parte del grupo Peñaflor, salieron algunos alfiles a tratar de poner paños fríos y a justificar de alguna manera lo acontecido en enero.

Algunos desde la arena política y otros para tratar de tapar el papelón sobre ciertas y aparentes inficiencias.

Gabriela Lizana hizo uso del “Ah pero Macri” mencionando las épocas de Cornejo como gobernador, donde la importación de vino era, según ella, moneda corriente. Pero en este punto cabe preguntarse si esas importaciones de ese momento eran autorizadas por Cornejo o por algún organismo nacional.

Por lo tanto, y no lo digo por lavar la ropa de Cornejo, las culpas en todo caso eran de la Nación o compartidas. Se podría resumir el concepto de Lizana diciendo “bueno, un poquito de vino importado no le hace mal a nadie”. Creo que son aclaraciones insuficientes. Culpar a otros no lava las propias culpas.

Por otra parte, se supone que el Instituto Nacional de Vitivinicultura también estaba al tanto de esta operación ya que es quien debe intervenir directamente ante cualquier movimiento de vino, debido a que es el organismo que tiene a su cargo el contralor de la calidad del producto importado y de la cantidad de litros ingresados, más allá de hacer cumplir a pleno las exigencias para una operación de este tipo. Si se autoriza la importación de vino sin la venia ni el conocimiento del INV, entonces este organismo no tiene una justificación clara para que exista. Su presidente, Martín Hinojosa, no puede desconocer lo que estaba sucediendo y debía, más allá de hacerlo público, oponerse a este tipo de operación, algo que indudablemente no hizo. Parecería que todos optaron por el silencio.

Aquí de lo que se trata es de defender a capa y espada la vitivinicultura de la Argentina, no las ganancias de determinados sectores.

Para mal de males, el INV acaba de publicar el primer pronóstico de cosecha para este año y, según pudimos recabar, no está ni cerca de lo que piensan y ven los productores en el rendimiento de sus viñedos. Entre ellos dicen que se trata de un pronóstico “al tanteo” o bien con cierta intencionalidad como sucede todos los años.

Como siempre el hilo se corta por lo más delgado, el productor. Si bien esta semana algunas bodegas salieron a mejorar los precios por la uva, aún falta bastante.

También hay mucho descontento con algunos referentes de algunas asociaciones de productores porque los viñateros dicen que habrían aprovechado los cargos y el protagonismo en esas agrupaciones para dar el salto a la política.

Y si usted es productor y no le va bien, dedíquese a otra cosa. Arranque todo y plante por ejemplo alfalfa. Total, si le va mal, volver a plantar viñas seguro que con unos pocos pesos lo hace.

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