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Mendoza y la importancia de la exportación de productos con marcas propias

Por Iván Nolazco, escritor especialista en agregado de valor y franquicias.

El objetivo de las empresas transnacionales es maximizar el diferencial de precios entre lo que pagan por productos básicos (no transformados) y las ganancias que obtienen con la venta de productos básicos transformados. Por lo tanto, la prioridad es minimizar el costo total de la adquisición de productos básicos.

En la época de la conquista española el comercio obtuvo importantes cambios en su general y tradicional naturaleza mercantil, el nuevo mundo se convirtió con la Casa de Contratación en el gran almacén de productos básicos, materias primas que llegaban a España, Inglaterra y Holanda, éstos los manufacturaban y devolvían en exportaciones, posicionando marcas y productos en beneficio de los empresarios habilidosos. Inhibiendo toda actividad industrial americana.

Han pasado más de 500 años del inicio de esta práctica y aún no aprendemos que la única manera de poder competir y ganar mercados es activando nuestra industria, generando marcas, agregando valor y calidad a lo nuestro, con procesos y estándares definidos que nos permitan competir y posicionarnos en nuevos escenarios comerciales.

 

Exportación de materias primas, una realidad latinoamericana

En un análisis a priori podemos apreciar que esta modalidad de colonialismo no ha cambiado aún en la mayoría de los países latinoamericanos. Por ejemplo: el Café Peruano uno de los mejores del mundo exporta la mayoría de su producción a granel, igual que lo hace Bolivia con la Quinua, Ecuador con Cacao y Argentina con el Vino. Sin embargo, cuando visitamos las grandes franquicias de mall o tiendas por departamento nos encontramos con marcas de Cacao, Café, Quinua y Vino de empresas que están en países en los cuales no existe su producción, pero si, una alta importación de productos básicos a granel y una adecuada y agresiva estrategia de posicionamiento de marcas.

Sin ir muy lejos nuestros vecinos del oeste con la tradicional escuela inglesa posicionan marcas en el mundo de muchos productos que no producen, pero que le son atractivos para generar mayores ingresos.

 

Ventajas de la exportación con marcas propias

Esta práctica comercial colonialista es la que tenemos que eludir para evitar el deterioro de la industria nacional, démosles una identidad a nuestras marcas, generando agregado de valor a nuestros productos básicos. Posicionemos nuestros productos regionales, como el vino argentino, el mejor Malbec del mundo. Hagamos con nuestro producto bandera la identidad de un país. Bodegas como Alta Bonanza de los Andes con sus varietales insignias galardonados con medalla de oro y plata en concurso nacional 2022, con procesos definidos en la comercialización, reingeniería que hoy no solo apunta al mercado nacional sino a ganar un sitial en mercados foráneos.

Alta Bonanza de los Andes no solo es la buena calidad del vino, es el diseño de etiqueta, el eslogan, el empaque, es ese diferencial que se denomina identidad y que va a cautivar los nuevos mercados.

Marcas como: Café Vino y Tú, Tierras de Ponte, Alto de la Alianza, Lucía, Gusto Noble, Luces en Ayari, El Misterioso Valle del Puma etc., son algunos proyectos con identidad. Vinos que marcan la diferencia y que se están logrando posicionar a través de la distribuidora mendocina Alto de la Alianza, evitando la práctica del diferencial de la venta a granel, teniendo en cuenta que las ventas con marca propia generan mayor ingreso de divisas y permiten el mayor desarrollo de la industria nacional.

Todo un reto en una economía cambiante, que podemos lograr con esfuerzo, calidad y conocimiento.

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