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La Favorita, ¿zona de guerra? Balas perdidas, tiroteos y niños con cuerpo a tierra

Evelyn Figueroa es presidenta de la Escuela Comunitaria de Fútbol para Niños Cipolletti, del barrio La Favorita, en la Ciudad de Mendoza. En diálogo con Radio Nacional Mendoza contó el episodio de terror vivido el miércoles pasado, cuando lo chicos durante un entrenamiento nocturno quedaron presos de una balacera que tendría origen en “un ajuste de cuentas”.

Si bien no hubo muertos, el temor gana terreno en la zona.

“Nos han llegado mansajes de chicos que nos dicen que les da miedo continuar.”

La escuelita de fútbol

Evelyn contó que hay cinco escuelitas de fútbol en el barrio, y que son verdaderos lugares de contención, más allá del deporte. “Vienen desde los 5 años, y algunos de 4 también nos piden venir. No solo enseñamos futbol, sino respeto, educación, sobre bullying. Chicos que antes no salían de su casa hoy no faltan ni a un entrenamiento”, detalló Evelyn.

EL FÚTBOL, LA OTRA ESCUELA DEL BARRIO LA FAVORITA - PressReader

“Comenzamos esta escuelita con 10 niños, la idea era sacarlos de la calle en las cuadras aledañas donde estaban. Hoy ya tenemos a 150 niños, y tenemos categoría femenino”, añadió.

El día de la balacera

“El miércoles 8 de febrero, estábamos esperando nuestro turno en la canchita, había entre 40 y 45 niños. Entrenábamos tipo 20:30, pero por un problema la entregaron a las 21, y yo ya me preocupé porque era muy tarde y había chicos muy chicos”, contó la mujer.

“Uno de los chicos que estaban tirados en el piso, de los más chiquitos, se orinó encima del miedo”

“Faltando 20 minutos para terminar comenzó una balacera que no sé cuánto duró, pero a mí se me hizo eterno. Uno de los profesores les pidió a los nenes que se tiren al piso, no teníamos otra protección para darles, ya que la cancha está a la intemperie, en plena esquina. Otro profe les pidió a los chicos que corran hacia las tribunas con sus padres. Fue todo una locura”, detalló Evelyn.

Uno de los chicos que estaban tirados en el piso, de los más chiquitos, se orinó encima del miedo. Otros llorando decían que no querían venir más. Todo entre gritos, pidiéndoles que se cubran. Otras veces hemos escuchado balas, pero nosotros no nos acostumbramos a algo así”, agregó Evelyn.

“Los móviles policiales llegaron a los 15 o 20 minutos, estábamos conteniendo a mamás y niños. Un solo móvil que llegó preguntó por los delincuentes y siguieron de largo, nos dejaron solos con los chicos”, añadió.

“Acá hay una comisaría con un móvil policial para todo el barrio, pero la demora que tiene estando tan cerca es increíble. El barrio es muy grande y no tenemos protección. Acá hay muchos asaltos y casos de balas perdidas”, contó.

Y agregó: “Todavía no nos han llamado del Ministerio de Seguridad, solo de la Municipalidad de la Ciudad, pero no es su trabajo. Yo les agradezco, pero ellos no pueden cargar con esta mochila. Venimos viviendo situaciones de violencia desde que inauguró el año pasado, contamos con móviles policiales desde que pasó eso, pero tuvo que pasar esto para que reaccionen”.