Economía

🍎 El fruto prohibido: del campo a la góndola, la manzana aumentó 10 veces

Los precios de los agroalimentos se incrementaron en enero 3,5 veces desde su origen en el campo hasta su destino en los centros de consumo, aunque con casos extremos como el de la manzana roja, por la que el consumidor pagó 10,1 veces más que el precio que recibió el productor.

Así lo informó hoy la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en la presentación del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD)  de enero elaborado por el sector de Economías Regionales.

La entidad presidida por Alfredo González señaló a «la caída del poder adquisitivo de los consumidores» como el factor de contención de los precios de góndola de varios de los productos, además de señalar al «aumento de los costos logísticos», ya que en 2022 «insumos básicos como el gasoil y los neumáticos presentaron incrementos del 121% y 124%, respectivamente, subas que superaron a la inflación».

En promedio, la participación del productor explicó el 28,2% de los precios de venta final. Los productores de frutilla tuvieron la mayor participación (51,6%), mientras que la menor fue para los de manzana roja (9,9%).

Los precios de las 19 frutas y hortalizas se multiplicaron por 4,9 veces del campo a la góndola o, dicho en otros términos «el consumidor pagó $4,9 por cada $1 que recibió el productor frutihortícola».

Por su parte, por los cinco productos y subproductos ganaderos que componen la canasta IPOD, el consumidor abonó tres veces más de lo que recibió el productor.

La manzana roja (10,1 veces), la zanahoria (10), el zapallito (9,1), la pera (7) y la mandarina (6,4 veces), fueron los cinco productos que presentaron mayor diferencia entre los precios de origen y destino.
Entre los productos que presentaron menor diferencia entre el precio que recibió el productor y el que pagó el consumidor se encuentran dos productos de origen animal y tres frutihortícolas.

En el caso de la frutilla (1,9 vez), producto con la brecha más baja del mes, los precios aumentaron un 42,4% al productor y un 12,5% al consumidor. «Dado que es una fruta que todos necesitan tener en góndola, el verdulero y/o el hipermercado resigna rentabilidad, achicándose así la diferencia entre el precio que recibió el productor y el que pagó el consumidor», indicó CAME.

Los precios de la acelga y del repollo (2,5 veces), por su parte, registraron un aumento en origen de 52% y 96%, respectivamente, por altas temperaturas que quemaron las verduras de hoja verd. En tanto, en destino se incrementaron 21% en el primer caso y 8% en el segundo.

Con respecto a la baja brecha campo-góndola de los productos y los subproductos ganaderos, los huevos y el pollo (2,2 veces), por lo general tienen sistemas de producción integrados, lo que significa que todos los actores de sus respectivas cadenas de valor son parte del riesgo del negocio.

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