Luis RossiPortada

🥴 El país de las realidades paralelas (por no decir de las decepciones)

Alicia en el país de las maravillas, un poroto. El problema no son unos u otros, son todos. Una nota (casi) editorial.

Uno no deja de sorprenderse con la clase de políticos que tenemos. En una de sus últimas declaraciones, Alberto Fernández dio a entender que ser repartidor de pizzas es un trabajo indigno, de poco valor. Vale la pena puntualizar que gracias al intenso trabajo del equipo de científicos que nos gobierna ya casi no se ven deliveries por las calles. Indudablemente escuchar este tipo de declaraciones nos lleva a pensar que vienen de una persona que siempre vivió de alguien (sobre todo del Estado).

Si hacer ese tipo de declaraciones (por nombrar solo una) no es vivir una realidad paralela ¿qué es entonces?

Habría que recordarle al Señor Presidente que cualquier trabajo, sea el que sea, que permita llevar un plato de comida a la mesa o permita que esa persona se pueda desarrollar en la vida a través del propio mérito, es muy digno de valorar y de destacar.

A la vez, indicarle también que regalarle plata a la gente para que se quede en su casa esperando cada vez más asistencia por parte del Estado, eso es fomentar la cultura del no trabajo y de la vagancia. Y así estamos.

Seguro que ya se me están parando en dos manos muchos fanáticos y defensores del modelo nacional y popular (generalmente por conveniencia y no por convicciones) y van a decir que soy un anti peronista, anti patria, etc., etc., algo que por cierto poco me importa, venga de donde venga.

Sí, soy un anti, pero de muchas otras cosas y no justamente de esas que me quieren atribuir.

Soy anti populismo o pseudo progresismo, porque estoy muy lejos de ser como aquel que mientras mandaba a todos a que se mantuvieran encerrados en sus casas (yo por suerte no, gracias a mi profesión) organizaba fiestitas privadas por cualquier cosa; soy anti populismo porque no soy como aquel que ante sus ojos y quizás con su complacencia (¿por qué no?) dejaba que se organizara un vacunatorio vip para darle prioridad a sus amigos y a sus obsecuentes; soy anti populismo porque no comparto regalar dinero o cosas a cambio de obtener voluntades a través del voto para seguir atornillado en el Estado.

También soy anti capitalismo voraz y explotador, porque sé lo que significa eso, y tiene que ver más con el oportunismo de algunos golosos que con una teoría económica o una cuestión ideológica; soy anti capitalismo explotador porque laburé desde muy chico para colaborar con una mejor calidad de vida de mi familia y para poder lograr las metas que me propuse a lo largo de los años, porque el Estado, capitalista o populista, como casi siempre hace, mide con una doble vara cuando le conviene y a veces cree que somos todos iguales o muy diferentes. Y es por lo general el propio Estado el que se transforma en el primer explotador.

Soy anti oportunistas que viven del erario público y sobre de aquellos que lo hacen desde hace mucho tiempo, porque yo creo saber tanto de lo que es la carrera espacial como Malena Galmarini de administrar el agua; soy anti oportunistas porque me hago cargo de las cosas que dije hace tiempo atrás en relación a mis posiciones de pensamiento, no como lo ha demostrado Usted Señor Presidente o su Ministro de Economía Sergio Massa, ¿Qué no? Hay un famoso dicho que expresa “nadie resiste a un archivo” y los dos son una clara afirmación de ese dicho con su accionar y el decir tanto en el pasado como en el presente.

También soy anti políticos mentirosos, y aquí voy a incluir al Ingeniero Macri (al que usted tanto menciona en algunos de sus discursos) cuando dijo que íbamos a lograr la pobreza cero y bla, bla, bla. Un desacierto más y otra afirmación de lo que son capaces de decir y prometer los políticos a la hora de tratar de llegar al poder, como con lo de la heladera llena ¿le suena?

Soy anti corporación política, porque no quiero esa inmunidad que le otorgan los fueros a los dirigentes y funcionarios que son escondidos y tapados por sus pares como sucedió con Menem o sucede hoy con Alperovich y otros tantos, sí, tiene razón, del gobierno de Macri y de otros tantos gobiernos anteriores también, no es nada nuevo, en eso coincidimos: ley pareja para todos. Soy anti corporación política porque no quiero que después de una gestión se vayan con una jubilación de privilegio de por vida y sin ni siquiera haber sido juzgados por su mala praxis o por sus mentiras. Ustedes no son más que ciudadanos comunes y por lo tanto deben estar sometidos a ley, a la se someten todos los ciudadanos y nada de situaciones de privilegio. Soy anti corporación política porque quiero que todos los funcionarios, legisladores, etc., y sus entornos, sean investigados respecto al crecimiento de sus patrimonios. Podemos señalar a muchos con el dedo, incluso aquí en el humilde pueblo en el que vivo, donde los que llegaron a la política lo hicieron para quedarse y con un sueldo han crecido patrimonialmente de manera inexplicable. Soy anti corporación política y levanto mi voz porque nadie o pocos lo hacen.

Pero nada de lo que planteo se escucha decir en los gobernantes de turno, ni tampoco dan muestras de que se lo recriminen o propongan hacia sus adentros. Estamos siempre dando vueltas en un mismo círculolos que estuvieron y se fueron descubrieron que hoy tienen la solución, y los que están ahora nos dicen que nos encontramos a tan solo un paso del éxito, que nos falta muy poco para ser potencia, solo tenemos de por medio un pequeño detalle, el “ah, pero Macri…” y luego llegará el “ah, pero Alberto” y desde 1983 son casi todos los mismos.

Los políticos viven en un país que para Alicia sería el de las decepciones, pero para nuestros políticos es el de las realidades paralelas. La que vivimos y sufrimos nosotros y la que viven y disfrutan ellos. 

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