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Vila y Manzano, dos mendocinos beneficiados (de nuevo) por una millonaria condonación de deuda de Massa

Se les permitirá cancelar $220 mil millones pagando sólo 80 mil y en 96 cuotas.

Lo contamos hace varios días: Daniel Vila y José Luis Manzano fueron beneficiados respecto de la deuda que ostentan a través de la recién adquirida Edenor para con la distribuidora Cammesa. Sergio Massa les regalaron el “changüí” de pagar en cómodas cuotas.

Sin embargo, ahora se supo que les han condonado más de la mitad de lo que debían. Junto a Edesur, la firma de los mendocinos llegó a un acuerdo de refinanciación de la deuda que acumularon durante los últimos años, cuyo monto total asciende a 219.615 millones de pesos.

Sin embargo, sólo deberán pagar 80.210 millones entre ambas, en 96 cuotas y a tasa en pesos subsidiada, ya que el resto, $ 139.405 millones, es una fabulosa condonación de deuda otorgada por el Ministerio de Economía como parte del acuerdo.

Otras distribuidoras del interior también fueron beneficiadas con un modelo similar de acuerdo de refinanciación, incluida Edemsa, también de Vila y Manzano. Pero Edenor y Edesur representan casi la mitad de una deuda total de las distribuidoras de todo el país con Cammesa por $486.419 millones: casi medio billón de pesos.

La deuda de marras se fue acumulando como consecuencia, en parte, del modelo de “privatización asimétrica” (más beneficioso para los concesionarios que para los usuarios, en todos los casos) del sistema energético implementado durante el gobierno de Carlos Menem (década de 1990). El sistema eléctrico se dividió en tres tramos: la generación (usinas térmicas e hidroeléctricas, que se privatizaron de a una), la transmisión (administradores del cableado de alta tensión) y las distribuidoras por región (que le venden la energía eléctrica a los usuarios).

A su vez, se creó como mecanismo regulador una compañía administradora del mercado mayorista eléctrico (Cammesa, por su sigla), bajo conducción de la Secretaría de Energía, para que se ocupara de comprar la energía a las distintas fuentes alternativas de generación, y se la vendiera a las distribuidoras, garantizando el abastecimiento de todas ellas a un precio equivalente.

Cuando empezaron los reclamos de las distribuidoras por un aumento de tarifas buscando recomponer sus márgenes de ganancias, Mauricio Macri (presidente hasta diciembre de 2019) lo resolvió con un sideral tarifazo, cargando sobre las espaldas de los usuarios la satisfacción de la demanda de más ganancias de los concesionarios de la distribución.  La consecuencia fue que la medida alimentó, como si se echara nafta al fuego, el ritmo de la inflación, que impactó especialmente en los últimos dos años de gestión macrista.

Ya con Alberto Fernández en el gobierno, y ante una nueva oleada de reclamos de las distribuidoras por más aumentos, la respuesta fue postergar primero el debate tarifario y luego permitir que las distribuidoras le compraran a Cammesa la energía con pagos parciales o, directamente, sin pagarle. Así, se financiaron a través de la empresa bajo control estatal el flujo de ingresos, sin pagar por la energía que vendían.

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