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Vaca Muerta cierra un 2022 repleto de récords, y Malargüe tuvo algo que ver con ello

El 2022 marcó la consolidación de la formación shale en el escenario de los hidrocarburos del país. Más del 40% del total de la producción nacional ya proviene de sus áreas. Por Victoria Terzaghi, diario Río Negro.

Hace poco más de una década al hablar de Vaca Muerta había que hacer una larga introducción para explicar qué era eso de los no convencionales, de una formación shale ubicada a 2500 metros bajo tierra y de pozos que tienen múltiples fracturas. En este 2022 que hoy está cerrando, Vaca Muerta logró no solo consolidarse como la estrella en ascenso en el escenario de los hidrocarburos del país, sino también como la gran esperanza de reducir importaciones en el corto plazo y multiplicar las exportaciones en un par de años.

El término que mejor describe este 2022 para los desarrollos en Vaca Muerta es, sin dudas, el de récord. Quienes a principios de año aún pudieran haber tendido alguna duda sobre el potencial de la formación se han encontrado este año con un nivel de producción que no cesó de meterse en las páginas de la historia del sector.

En este año la provincia de Neuquén otorgó cuatro concesiones de explotación no convencional (CENCH) sobre Vaca Muerta, siendo la última la entregada esta misma semana a la firma Tecpetrol por el bloque Puesto Parada. Se llegó así a las 46 concesiones de explotación no convencional dadas para la producción de gas y petróleo tan solo en Neuquén.

Esta multiplicación de las concesiones con destino a Vaca Muerta grafica además de un lógico crecimiento, una extensión de los bordes del desarrollo de la cuenca shale, que en este año no solo creció al sur con Puesto Parada, un bloque ubicado a la altura de Senillosa.

Sino que también la actividad en el shale se extendió hasta el norte neuquino, bien en el límite con Mendoza como es el caso de El Trapial Este de Chevron, y claro está que hacia la propia Mendoza en donde YPF apura la perforación de los primeros pozos de estudio en la zona de Malargüe.

Gracias a la mejora en la eficiencia las fracturas rompieron todos los registros históricos.

Desde ese conjunto de áreas, los registros de producción de noviembre -que se conocieron hace pocos días- marcaron que no solo la provincia de Neuquén quedó a un paso de batir el récord histórico de producción de petróleo que data de 1998 gracias a los barriles shale, sino que esa producción de petróleo súper liviano ya representa el 91% del total de la provincia.

Dicho en volumen, durante noviembre se extrajeron en Neuquén un total de 303.257 barriles de petróleo por día, y de ese total nada menos que 273.925 fueron de shale oil.

Pero si el peso del petróleo de Vaca Muerta es determinante para Neuquén, también lo es para el país, dado que representa más del 44% de los barriles que en total se extraen en Argentina, un país que el mes pasado superó los 613.000 barriles diarios.

En el segmento del gas el registro histórico del 2004, en la era dorada de un desarrollo que marcó al país como fue Loma La Lata, ya quedó relegado. Y es que la provincia logró superar ese hito, al alcanzar en agosto una producción de 91,59 millones de metros cúbicos por día de gas, que llenaron a tope todos los gasoductos.

De ese total, la porción de gas de Vaca Muerta también fue determinante y con un peso del 60,8% en la provincia alcanzó su propio récord de 55,7 millones de metros cúbicos por día.

Para que se comprenda mejor lo importante de este volumen de shale gas no solo basta con decir que es el 40% del total de la producción del país, sino que desde hace muchos meses la producción de gas de Vaca Muerta ya supera a la producción que tienen todos los desarrollos de un país exportador de gas como es Bolivia.

Este crecimiento de la producción permitió que tanto en gas, pero en especial en petróleo, se generaran importantes saldos sobre el nivel de consumo nacional que se destinaron a las exportaciones.

El gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, días atrás le puso números al balance anual de las exportaciones, ya que sostuvo que en el total del año los envíos de petróleo neuquino al exterior llegarán al récord de 20 millones de barriles. Un valor que claramente podrá crecer en los próximos años, pero que ya contrasta con las cero exportaciones que hubo hasta el 2020.

Junto a las exportaciones de gas natural que se dieron principalmente en los meses de baja demanda y que están además limitadas por la capacidad de los gasoductos a Chile, los envíos al exterior que partieron tan solo desde Neuquén sumaron en este año 2.500 millones de dólares.

Este cúmulo fue un alivio, sin lugar a dudas, para una balanza energética que aún así, cerrará este años con un rojo de 5.600 millones de dólares.

Claro está que para que la producción de Vaca Muerta haya creciendo en el orden del 40% que está cerrando el año, es porque detrás de ello hubo un gran trabajo de perforación y completación de pozos.

En el primer caso, en este 2022 se perforaron casi 400 pozos, de los cuales fueron conectaron y puestos en producción varios menos, levemente por debajo de los 300. Sin embargo, el ministro de Energía de Neuquén, Alejandro Monteiro, fue muy claro al describir la magnitud del nivel de trabajos de este año, pues señaló que “se perforaron cerca de 350 pozos horizontales en este año, que son más que todos los pozos verticales que se hizo en los primeros años de Vaca Muerta”.

Pero si hablamos de la estrella de las métricas en la formación shale, tenemos que referirnos a las etapas de fractura, el fracking en sí, que es el trabajo que se hace previamente a poder poner en producción un pozo nuevo.

En este 2022 las fracturas fueron todo un récord y no solo se anotaron la nueva marca más alta para un mes con las 1379 punciones realizadas en agosto, sino que además el acumulado del año fue todo un récord ya que en noviembre se había superado la marca del 2021 con 11.495 etapas realizadas a las que aún falta sumarles las de este mes.

Estos récords de pozos y fracturas realizados se deben a otro gran récord, de esos que son clave y que muchas veces no se escuchan tanto: el avance en la eficiencia de los trabajos.

Las operadoras no solo pudieron aprovechar lo que fue la crisis de la pandemia para encontrar la firma de realizar más trabajos con menos recursos, sino que lograron elevar casi a los niveles de eficiencia que se tienen en los grandes desarrollos de los Estados Unidos el rendimiento de los sets de fractura y equipos de perforación, que son los mismos en el país desde antes de la pandemia.

Este año marcará que en Vaca Muerta se “enterraron” otros 5.500 millones de dólares, un nivel de inversiones que se espera sea superado el año que viene.

Pero el 2023 será un año de fuertes obras, de trabajos colosales para ampliar tanto los oleoductos como los gasoductos para permitir una tercera ola de crecimiento de la producción shale. Los desafíos no solo estarán en esos trabajos sino también en permitir las importaciones que el sector requiere y que fueron todo un cuello de botella en este fin de año.

Pero en especial, el punto clave del 2023 será el mantenimiento de las reglas de juego vigentes, las regulaciones y aranceles en un sector que en este 2022 demostró que, aún sin nuevo financiamiento externo, pudo prácticamente batir todos los récords.

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