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“Fría, vengativa, dominante y mentirosa”: el perfil psicológico de la envenenadora de Guaymallén

Karen Oviedo, de 32 años, fue sentenciada esta semana a cadena perpetua por haber planificado y llevado a cabo el asesinato de su hijastro de 9 años, Elías Aquino, en el año 2019 y de Rolando Aquino, su pareja, en febrero pasado. Por Nadia Galán, diario Perfil.

Compras en Mercado Libre, historial de búsqueda en su celular, dos muertes repentinas de su hijastro y su pareja. Una personalidad “fría”, “vengativa” y con “falta de empatía por el otro” pero envuelta en un “personaje” amigable. Elías Aquino falleció en 2019. Nadie lo esperaba. Nadie lo sospechaba, pero el nene de 9 años se descompensó, entró como “dormido” al centro de salud de la localidad mendocina de Guaymallén y los médicos no pudieron salvarlo. Dos años y medio después, fue su padre quien ingresó en un estado similar y a los dos días falleció. En ese momento la autopsia determinó que lo habían envenenado y la mirada se posó sobre Karen Oviedo (32). Las pruebas en su contra terminarían de confirmar la sospecha y esta semana fue condenada a perpetua por ambos asesinatos.

La joven aseguró que la estaban culpabilizando de un “hecho aberrante y macabro” y que no había sido ella la autora. Durante esta semana habló y lloró ante el jurado popular que debía juzgarla y aseguró que le “dolía en el alma” que la responsabilicen por el crimen “de la criatura y mi exmarido”. Así los llamó, a pesar de que con Ronaldo convivió más de seis años hasta el momento de su asesinato y que con el nene compartía los días que estaba con su padre. Justamente, el 12 de julio de 2019, cuando Elías se descompensó y murió, estaba vacacionando en la casa de Rolando y Karen.

Cuando los médicos le preguntaron a la acusada, el 7 de febrero pasado, qué había tomado Rolando (un hombre sin patologías previas y deportista) para haber alcanzado ese estado de gravedad en el que ingresó a la clínica les habló de ácido kójico, un producto que se usa como tratamiento para la despigmentación de la piel. Pero no les dijo que en realidad había consumido Etilenglicol, un refrigerante para autos que es letal para las personas y que ella había comprado desde su usuario de Mercado Libre en los días previos, según se reveló en el juicio en su contra.

“La forma de ser de ella es la de mentir, ocultar la verdad y es lo que ha hecho siempre. Y esto lo reforzó el doctor Profili, el psiquiatra que la analizó, nos dijo que Oviedo tenía una personalidad que intentaba vender como virtuosa, como positiva, es decir, era un personaje. Porque en realidad, lo que dijo es que era una persona fría y que era muy difícil que se pudiera comprometer a través de un vínculo”, así lo explicó la abogada querellante Claudia Vélez (que representaba al otro hijo de Rolando) al hacer referencia a una aparente doble cara de la acusada.

Con un rosario blanco colgado en su cuello que contrastaba con su vestimenta negra, y de pie, Karen escuchó este jueves que el juez técnico de Mendoza David Gabriel Mangiafico resolvió condenarla a prisión perpetua luego de que el jurado popular la encontrara culpable del crimen de Elías y Rolando. En ese momento no lloró y se retiró de la sala de audiencia esposada.

Debate. Durante los alegatos de clausura, el fiscal jefe de Homicidios, Fernando Guzzo, también hizo referencia a la personalidad de Oviedo y destacó que el psicólogo oficial había hablado de una “actitud ganancial, falta de espontaneidad y escasa repercusión emocional” como rasgos característicos de su personalidad.  

“A pocos días (de la muerte de Rolando), porque ese examen psicológico se hizo el 4 de marzo, la repercusión emocional por haber perdido ‘al amor de su vida’ es ninguna”, destacó el fiscal y continuó la descripción de la personalidad: “Centrada en sí misma, oculta su actitud negativa hacia los demás, hostilidad excesivamente controlada, reacciones conductuales impulsivas encubiertas y desproporcionadas, sin indicadores de haber sido víctima de violencia de género”.

Por su parte, la fiscal Claudia Ríos destacó que tanto el perito oficial como el psicólogo que aportó la defensa “coincidieron” en que la condenada “es una persona dominante, tiene falta de empatía, inestabilidad emocional, puede ser vengativa cuando no recibe lo que desea y no maneja el enojo”.

Para los acusadores las pruebas expuestas en el debate daban cuenta de que Karen había ideado un plan criminal para matar, a través de un procedimiento “insidioso, oculto, engañoso”, haciéndoles ingerir Etilenglicol puro tanto a Rolando como al pequeño Elías “de una manera en que no pudieron saber qué les daba”. A Rolando le dijo que tenía que tomar el líquido que le puso en un vaso de whisky como parte del tratamiento por las manchas en la piel.

Elías era sano y hasta ese momento no había tenido ninguna complicación de salud. Los médicos le recomendaron a la madre del nene realizar una autopsia, pero ella se negó “para no maltratar su cuerpo”. Se refugió en la fe y pensó que su hijo debía partir. Karen propuso cremarlo y que la urna la compartieran una vez por semana cada familia. No lo hicieron. La idea la repitió, dos años y medio después, tras a muerte de su pareja.

Pero a Rolando sí le realizaron una autopsia por lo sospechoso del cuadro. Allí se descubrió que lo habían envenenado y así se vinculó con la extraña muerte que había tenido Elías.  Ambos habían ingresado con síntomas similares.

“Karen Oviedo planeó y mató a Rolando del mismo modo que lo hizo con Elías”, sostuvo la querella y apuntó: “Ya había logrado quitarle la vida a Elías y con éxito porque no se había sospechado de ella, con una aparente impunidad, y quiso repetir este procedimiento de manera insidiosa. Pero lo que ella no contaba era que la verdad iba a salir a la luz y que a los únicos que no iba a poder engañar era a la ciencia”.

 

Las búsquedas de Karen

Tanto la condenada como su defensa intentaron poner en duda el accionar que le atribuían a la joven, madre de dos hijas. Al inicio del debate, Karen Oviedo dijo que la víctima le usaba el celular, que era muy celoso, que había observado movimientos en sus cuentas y que se sorprendió cuando vio que habían comprado con su usuario de Mercado Libre el refrigerante para autos. Hasta aventuró que podría haber sido la empleada doméstica la que le usó el aparato o que se lo habían hackeado.

Es que los peritos descubrieron que en los días previos a la internación de Rolando el 7 de febrero de 2022 y su muerte, dos días después, Karen había googleado “cuál es el veneno más letal”, “envenenamiento por etilenglicol”. Mientras el hombre estaba internado en terapia intensiva ella puso en internet “tratamiento por las intoxicaciones”, “intoxicación por anticongelantes”, entre otras búsquedas de este estilo. “El teléfono fue secuestrado de sus manos el 9 de febrero y la última página buscada fue ‘cómo se borra el historial’”, detalló la fiscal Claudia Ríos.

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