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El coronavirus redujo los rayos en algunos lugares del mundo, ¿pero cómo?

Es sabido cómo las cuarentenas en todo el mundo redujeron las emisiones de gases de efecto invernadero, permitiendo ver con más claridad las estrellas y hasta permitiendo que animales salvajes se arrimen a la ciudad, pero ahora sabemos que también se registraron menos rayos por este motivo.

Así lo revela un estudio publicado recientemente por científicos del Centro Aeroespacial Alemán y el Instituto de Astrofísica de Andalucía. En él, analizan cómo disminuyeron los rayos durante la cuarentena en la zona con más actividad eléctrica de Europa: el valle del Po, en Italia.

La clave está en los aerosoles contaminantes que se emiten tanto a causa de la actividad industrial como por el tráfico de medios de transporte.

Las partículas que los componen actúan, en cierto modo, como andamios para que las gotas de agua se agrupen y, consecuentemente, se genere actividad eléctrica.

Estas partículas son muy pequeñas, de menos de 10 micras en este estudio. Cuando estas llegan a una nube, las gotitas de agua que se encuentran en ella empiezan a aglutinarse a su alrededor. Se forma así algo conocido como hidrometeoro. Y cuantos más aerosoles haya, más hidrometeoros habrá, explica Hipertextual.

El valle del Po no es solo la zona con más actividad eléctrica de Europa. También recogió muchos casos de coronavirus durante las primeras etapas de la pandemia y, además, dispone de un gran número de fuentes de emisión de aerosoles. El lugar perfecto para realizar este estudio.

Se observó que de marzo a junio de 2020, en plena cuarentena por coronavirus, la cantidad de rayos en esta región fue diez veces menor que en la misma época del año anterior.

Pero los rayos no se generan solo a causa de la presencia de aerosoles. También intervienen otros factores como la inestabilidad meteorológica, los movimientos ascendentes de aire o algo básico: la existencia de nubes.

 

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