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Alberto Fernández recobra protagonismo pensando en 2023, con IDEA como plataforma de relanzamiento

En tono electoralista, el presidente pronunció un desafiante discurso ante el "Círculo rojo", mientras en su entorno lo arengan para que compita en una PASO oficialista el año que viene: una encuesta entusiasma al albertismo. Por Emiliano Rodríguez, agencia NA.

El presidente Alberto Fernández aguardó a que se disipara la efervescencia en torno de la designación de Sergio Massa como “superministro” de Economía y a que se apaciguara el “operativo clamor” promovido por el núcleo duro K para que Cristina Kirchner sea candidata en 2023, y con dos apariciones centrales sobre el cierre de la semana recobró parte de la centralidad perdida.

Cuando parecía que el kirchnerismo y ahora el massismo, tras el ungimiento del líder del Frente Renovador en el Palacio de Hacienda, iban a acaparar definitivamente una mayor dosis de protagonismo en el Gobierno, en detrimento del sector albertista y del propio Fernández en su rol de jefe de Estado, la figura del primer mandatario adquirió nuevos bríos en los últimos días. Esta situación, entre otras aristas, deja entreabierta la puerta para una interesantísima campaña electoral -y rosca proselitista- en el seno del oficialismo incluso.

Primero, el presidente aprovechó la intempestiva salida del Gabinete de Elizabeth Gómez Alcorta, disgustada por la tardía, pero harto necesaria intervención del Estado nacional en el conflicto con las pseudo-comunidades mapuches en zonas de la Patagonia, para oxigenar su mesa chica de colaboradores, con el ingreso de tres mujeres para cumplir roles de ministras: Victoria Tolosa Paz, Raquel “Kelly” Olmos y Ayelén Mazzina.

Sus nombramientos generaron, asimismo, un reverdecer de tensiones en el seno del Frente de Todos, ya que referentes del núcleo duro K, como el funcionario bonaerense y líder de la agrupación La Cámpora Andrés “Cuervo” Larroque, salieron a cuestionar a Fernández por haber resuelto puertas adentro con dirigentes de su círculo más cercano únicamente los desembarcos de Tolosa Paz en Desarrollo Social, de “Kelly” Olmos en Trabajo y de Mazzina en Mujeres, Géneros y Diversidad.

Por otro lado, apenas horas más tarde del acto de jura de las tres flamantes integrantes del Poder Ejecutivo nacional, el jefe de Estado pronunció un consistente y desafiante discurso en Mar del Plata frente a un nutrido grupo de empresarios y directivos de grandes compañías, entre otros asistentes, en lo que fue el cierre del 58º Coloquio de IDEA. Allí, destacó una serie de logros de su gobierno, especialmente en materia de crecimiento económico y actividad industrial, en un intento por sembrar la noción de que un futuro mejor en la Argentina es posible y probable.

Ante el “círculo rojo”, Fernández utilizó el escenario de IDEA como plataforma de una especie de relanzamiento de su gestión, con la mira enfocada en los comicios del año que viene lógicamente. En este sentido, sus colaboradores más cercanos arengan al jefe de Estado para que compita en 2023 en una PASO del oficialismo, en busca de poder revalidar -eventualmente- su mandato en las urnas, mientras se entusiasman con los peculiares resultados que arrojó una encuesta privada efectuada el mes pasado.

De todos modos, en Balcarce 50 saben perfectamente que cualquier pretensión de éxito del oficialismo en las elecciones generales del año que viene dependerá de la capacidad del Gobierno de mejorar las expectativas económicas de la población y, en especial, bajar la inflación: al menos, reducir el aumento del costo de vida a la mitad de los niveles actuales. Es decir, retrotraer la situación a fines de 2019, cuando el ex presidente Mauricio Macri abandonó la Casa Rosada con un índice de 53,8 por ciento anual.

 

Dos escenarios posibles para el peronismo

Fuentes del albertismo admiten en charlas de café que la coyuntura nacional y las exigencias del día de día no permiten a Fernández proyectar mucho más allá del corto plazo, pero insisten en que el jefe de Estado intentará llegar “competitivo” a una eventual interna del peronismo en 2023. En ese caso, en el entorno del presidente suponen, al menos hoy, dos posibles escenarios: uno que incluya al kirchnerismo dentro del Frente de Todos, presentándose a una PASO con sus propios candidatos para enfrentar a los postulantes de las demás “tribus” políticas que conforman la coalición gobernante; y otro que quizás encuentre al núcleo duro K rompiendo filas y yendo por afuera, con una fórmula cristinista que evite someterse a pulseadas con otras ofertas electorales del Partido Justicialista (PJ).

Ese abanico, en un contexto orgánico en el que, llegado el caso, confluyan diferentes expresiones pejotistas, podría abrir una confrontación en elecciones primarias entre representantes del kirchnerismo, del Frente Renovador -con el propio Massa tomando carrera actualmente-, del albertismo -con Fernández buscando hoy anotarse en la contienda o ¿promoviendo a Daniel Scioli en su defecto?-, de los gobernadores peronistas y probablemente también de los movimientos sociales: “Y después que termine compitiendo la fórmula que consiga más votos”, dijeron a NA fuentes cercanas a la Casa Rosada.

En lo inmediato, Fernández insiste en la necesidad de fomentar la unidad del Frente de Todos y se muestra, de momento, férreamente partidario de mantener las PASO, más allá de algunas expresiones de dirigentes peronistas en favor de suprimirlas el año que viene, suponiendo que con esa decisión el oficialismo podría complicar los planes electorales de la oposición, en especial de Juntos por el Cambio, cuyos principales referentes se encuentran hoy enfrascados en una encarnizada disputa de protagonismo -y estrellato- con vistas a 2023. ¿Macri sí o Macri no? Aún deshoja la margarita el líder de PRO.

Tras haber levantado el perfil con un discurso de tono electoralista en IDEA, un territorio tradicionalmente hostil para presidentes justicialistas y a donde concurrió acompañado por Scioli -nuevamente embajador argentino en Brasil-, Fernández podría sin embargo mantenerse al margen de los festejos por el Día de la Lealtad peronista previstos para el próximo lunes 17 de octubre, aunque en su entorno le insisten en que sería atinado mostrarse en público y encabezar, al menos, un acto en el interior del país.

De cualquiera manera, no está prevista una celebración conjunta entre las distintas vertientes del PJ: el sector más tradicional, el kirchnerismo, el sindicalismo -que incluso se mostrará dividido-, etcétera. Por su parte, La Cámpora coincidirá, curiosamente, con el moyanismo en Plaza de Mayo, con Máximo Kirchner y Pablo Moyano entonando juntos las estrofas de la marcha frente a la Casa de Gobierno.

Las prioridades de Fernández, no obstante, están concentradas en la economía. En un contexto que muestra a un número significativo de votantes del Frente de Todos decepcionados con la gestión del presidente, en especial porque se duplicó en tres años de gestión el nivel de inflación “heredado” del gobierno de Macri, en el Palacio de Hacienda se encuentra en estudio un plan de “shock” para combatir el alocado aumento del costo de vida en la Argentina: el Índice de Precios al Consumidor (IPC) conocido este viernes arrojó una suba interanual del 83% en septiembre pasado, en promedio.

 

Fernández, por delante de Cristina y de Massa

“Algo hay que hacer”, aseguran en el albertismo. Está claro que Fernández no logró satisfacer las expectativas que había generado su designación como candidato a jefe de Estado en 2019 en cuanto a una pronta resolución de los problemas generados durante la administración anterior. De todos modos, en el círculo más cercano al presidente se entusiasman -así y todo- con los particulares resultados que arrojó una encuesta días atrás.

El trabajo, realizado en septiembre pasado por la consultora Management & Fit (M&F) y cuyos datos se acaban de conocer, muestra a Fernández por delante de Cristina Kirchner y de Massa en una clasificación sobre probabilidades de ser votados en 2023. El jefe de Estado se ubica tercero, nada más ni nada menos, en ese ranking, por detrás del alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y de la presidenta de PRO, Patricia Bullrich, con vistas a los comicios presidenciales que se avecinan.

Fernández absorbió un 36,4% de respuestas positivas (“seguro lo votaría” o “podría llegar a votarlo/a”) en la consulta realizada a 1.800 personas de todo el país, y pese al desplome de su imagen y a los elevados niveles de desaprobación de su gestión (72,1%), le pisa los talones a Bullrich, que acumuló un 36,2%. Rodríguez Larreta alcanzó un más holgado 47,8%.

Por detrás de ellos aparecen Macri, con un 33,7%; Cristina Kirchner, 33,3%; el libertario Javier Milei, 30,6%; Massa, 30,9%; y el economista liberal Ricardo López Murphy, y además diputado nacional de Juntos por el Cambio, con un 24%. El trabajo puso de manifiesto, además, algunos aspectos clave del humor social actual: ocho de cada diez personas dijeron que la situación del país es mala, muy mala o a lo sumo, regular negativa; en tanto, un 65% estimó que la coyuntura económica será peor dentro de un año, con la inflación encabezando cómodamente la nómina de principales problemas de la Argentina.

La misma encuesta dejó en claro que, en la actualidad, el mejor postulante que tiene Juntos por el Cambio para competir por la Gobernación bonaerense es Diego Santilli, pese a que el macrismo dentro de PRO le “pobló la cancha” de pre-candidatos afines más a los halcones que al sector de las palomas que tiene como principal referente a Rodríguez Larreta.

“Ese frente que se armó, para el ‘Círculo rojo’, busca condicionar a Rodríguez Larreta y a Santilli. Es una respuesta que se hace desde un lugar de debilidad, no de fortaleza, e incluso quienes critican a Diego desde dentro de nuestro espacio no hacen más que levantarle al precio en la Provincia”, dijo a NA una fuente cercana al ex vicejefe de Gobierno porteño, en referencia a la proliferación de aspirantes macristas a competir contra él eventualmente en una PASO el año que viene en territorio bonaerense.

Si bien en esa nómina figuran -y buscan levantar cabeza- Néstor Grindetti, Joaquín de la Torre, Javier Iguacel e incluso Cristian Ritondo, que de todos modos hace pocos días se mostró junto a Santilli y a Rodríguez Larreta en una recorrida por la Costa Atlántica, la estrategia del “Colorado” se mantiene inamovible de momento: polarizar y confrontar únicamente con el gobernador Axel Kicillof, a quien busca desbancar en las elecciones del año que viene.