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La furia de un funcionario mendocino contra la ley de humedales (y en defensa de la minería)

Emilio Guiñazú Fader cuestionó la norma que se encuentra estancada en el Congreso Nacional. Polémica en puerta.

Que avanza, que no avanza. La ley de humedales se debate y luego se posterga. Y nadie sabe por qué. Es más, casi nadie sabe de qué se trata la norma puntualmente. Que se escuda bajo un título aparentemente noble.  En las últimas horas, iba a tratarse en comisiones en el Congreso de la Nación pero ello se vio trunco.

En ese contexto, el gerente general de Potasio Río Colorado, Emilio Guiñazú Fader, salió furioso a cuestionar la norma desde sus redes sociales: “Desgraciadamente en general el ambientalismo no se fundamenta en ciencia y técnica y si en sentimentalismo y misticismo.
Vamos por orden y desde el principio: La confusión en el progresismo urbano es absoluta“, arrancó. Y prosiguió.

“1) A las ballenas las salvó la industria petrolera que remplazó su aceite (principal motivo por el cuales las cazaba) por petróleo y gas para producir energía. Si no se hubiera desarrollado el petroleo (on shore y off shore) hace 100 años, hoy no habría ballenas en los mares”, explicó.

Y agregó: “2) Hace 20 años se comenzó a discutir la necesidad de remplazar de los hidrocarburos por energías renovables, por lo cual el viento que ruge en la meseta y los rios que corren hacia el mar deben ser aprovechados para generar energía hidroeléctrica y eólica“.

Guiñazú Fader prosiguió: “3) Para generar y transportar la energía eléctrica y renovable para cargar el iPhone y mandar twiters, hace falta una gran cantidad de cobre, aluminio, hierro, vanadio, cobalto, molibdeno etc que se encuentran enterrados en la montaña y deben extraerse“.

Y avanzó: “4) Para fabricar las baterías de los autos eléctricos modernos y ambientalmente correctos hace falta litio que proviene de los humedales de la puna cuya explotación la ley quiere prohibir… y así podríamos seguir”.

Finalmente, sostuvo: “Sobran sentimientos y buenas intenciones y falta rigor científico y sentido común. El equilibrio entre desarrollo y medioambiente no se alcanzará consultando chamanes ni evocando deidades, se alcanzará desarrollando tecnologías novedosas y políticas responsables”.