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Historia de un millonario saqueo a la mendocina: Penitentes, política y sospechas por doquier

Una historia bien turbia. De amiguismos y complicidades. Por Christian Sanz, desde la redacción de Diario Mendoza Today.

El 31 de julio de 2019 se convirtió en ley el proyecto de expropiación del terreno del Centro de Esquí Los Penitentes, para explotación y desarrollo turístico.

Ese día, por mayoría de votos, la Cámara de Diputados dio sanción final a la iniciativa del Poder Ejecutivo, por la cual se declaró de utilidad pública y sujetos a expropiación, seis polígonos, propiedad de Los Penitentes.

Se trata de una superficie total de 42 hectáreas y 9.013,52 metros cuadrados, ubicadas en el distrito de Uspallata, en Las Heras. La norma fue aprobada por 24 votos afirmativos, 17 negativos (interbloque PJ) y 2 abstenciones del FIT.

Hasta ahí, la historia conocida, la “oficial”. Detrás aparece otra trama, algo más truculenta. Que los medios de comunicación omiten por completo. Refiere a la política, y los negocios, y el capricho de unos pocos por quedarse con un emprendimiento millonario.

“Mi viejo hace el centro de esquí por iniciativa de él, mi viejo era un tipo soñador, un empresario que había heredado de su padre unas acciones de una constructora. Siempre soñó con hacer un centro de esquí para Mendoza”, arranca contando a Diario Mendoza Today Emilio López Frugoni, ex propietario de Penitentes y principal víctima de la expropiación.

Acto seguido, revela parte de la historia de aquel emprendimiento: “En el año 79 empieza el proyecto, se juntan tres empresas y hacen el proyecto, se lo presentan al gobierno —en ese momento estaban los militares—, era un proyecto tremendo en su momento, colosal, era algo ciclópeo. Entonces se hace, se invierte, mi viejo entrega sus acciones y queda él solo como propietario en el año 83- 84. Y ahí arranca la historia de Penitentes, se hace una ley que fue ratificada por el primer gobierno democrático y se avanza en la ley por la cual se da la concesión”.

López Frugoni avanza en su descripción: “Yo no entiendo por qué mi viejo hizo una concesión, porque podría haber dicho ‘compro las tierras fiscales y acá hago un centro de esquí’, punto. Eso incluso le conviene a la provincia”.

Como sea, en aquellas tierras concesionadas hay mejoras millonarias, inversiones en dólares que pueden verse en la construcción de defensas de avalanchas, caminos, movimientos de tierra, hay baños, estructuras, etc. “Por todo lo invertido es que nos dejaron 70 años de concesión: primero eran 35 años y, si se cumplía con las inversiones, te daban 35 años más, que se cumplieron de hecho. Es más, se hicieron cosas de más”, dijo el hombre a este diario.

¿Qué pasó entonces? ¿Por qué, si todo avanzaba sobre ruedas, el gobierno de turno decidió quitarle la concesión a Frugoni, de un día para otro?

Según pudo reconstruir Mendoza Today sobre la base de entrevistas a puntuales fuentes de información de la política y el mundo del esquí, todo se habría iniciado por el capricho de Jorge Pérez Polo, dueño de Los Puquios. Es quien habría convencido a uno de los hijos del ex gobernador Alfredo Cornejo de avanzar en la expropiación de marras.

Frugoni se excusa de opinar al respecto, prefiere enfocarse en el “saqueo” que sufrió por parte del gobierno de Mendoza: “En el año 2019, después de que nos quitan la concesión y toma posesión la provincia, abren todos los galpones, todas las cosas que hay adentro de los edificios, los talleres, depósitos, etc y los tipos explotan, lo hacen sin licitación, con una contratación directa que para colmo nunca pagaron, nos utilizaron todos nuestros bienes, nos robaron hasta los uniformes, los montanieves, los equipos de seguridad, la maquinaria, repuestos, herramientas, todo lo que necesita un centro de esquí para funcionar, incluso los equipos de radio, equipos de seguridad y armas para la patrulla”.

Sin embargo, el problema es anterior. Nace antes de 2018, cuando se interviene Penitentes. “No lo explotan bien, es como un desastre lo que hacen, se afanan todo, el mismo flaco que estaba de gerente se afana todo. Era un gerente que tenía experiencia en Penitentes y entonces lo llaman, pero era un delincuente el flaco y empieza a cometer delitos de todo tipo, luego de eso la intervención que estaba en ese momento no se hace más cargo y entra la intervención provincial”, sostuvo una de las fuentes consultadas por este diario bajo estricta reserva de su identidad.

El mismo informante, conocedor del paño como pocos, revela que finalmente renunció aquella intervención pero que el gobierno de Francisco Pérez decidió que siga funcionando.

López Frugoni sí se anima a contar esa parte de la historia: “Nosotros avanzamos en la formalidad que exigía que al ‘año 34’ de la concesión había que presentar al gobierno la ‘voluntad’ de continuar con la misma, ya que habíamos cumplido con todos los puntos requeridos. Ello nos permitió quedarnos durante el gobierno de Pérez, pero llegado el gobierno de Alfredo Cornejo empieza el interés por Penitentes y allí empezó nuestro derrotero”.

Ello no es ningún secreto, en realidad: en aquellos días de diciembre de 2016 el entonces gobernador de Mendoza dio a conocer los primeros indicios de un proyecto ambicioso que tenía que ver con el turismo, la nieve y la montaña de Mendoza.

Cornejo expresaba entonces que buscaba imitar lo que sucede con Andorra en Europa, ese pequeño Estado que vive gracias a sus pistas de esquí, negocios gastronómicos y el incesante turismo que llega a ese lugar desde distintos países del mundo.

En esos días, el actual diputado nacional por el radicalismo afirmaba que “la licitación sale o sale el año que viene, queremos imitar lo que ocurre en Andorra”.

Para justificar su capricho, el otrora gobernador aseguró que Mendoza tenía “pistas de esquí sin inversión, circuitos turísticos desaprovechados”. Y añadió: “Hay que traer grandes jugadores que vengan a riesgo con sus inversiones y sumarlos a ellos”.

Según una de las fuentes consultadas por Mendoza Today, la idea surgió por el ya mencionado Pérez Polo, quien le habría metido en la cabeza al hijo de Cornejo: “Che, quedémonos con Penitentes”.

Allí mismo, el conocido lobbysta de Los Puquios le habría presentado al vástago cornejista unos empresarios andorranos, principalmente un millonario que tiene media docena de centros de esquí: Joan Viladomat. Allí arranca la segunda parte de la historia (Continuará).

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